Con la tecnología de Blogger.
¿Cuántas veces has dicho “Ya no puede pasarme nada peor” y te has equivocado? ¿Cuántas veces has dicho: “Algún día me reiré de esto…pasará mucho tiempo pero terminaré viéndole la gracia”?


Si has tenido un mal día, si crees que ya no puede pasarte nada peor o todavía no has olvidado eso de lo que tardarás mucho en reírte, entra en este blog y comprobarás que no eres el único. La idea no es consolarse con las “desgracias” ajenas, sino aprender a reirse de lo que haya podido convertir tu día en un infierno.

jueves, 29 de abril de 2010


El banquete y la tarde discurrieron sin muchos contratiempos. Olvidamos en casa los regalitos esos que se dan de recuerdo y luego uno nunca sabe qué hacer con ellos y los saca cuando viene la visita en cuestión. La vitola de los puros venía con la fecha equivocada. Un año antes. El que las hizo ya sabía que era la única forma de alargar el matrimonio.

23:00 p.m. Barra libre en un local de fiesta. Por algún motivo los encargados se olvidan de abrirlo. Todos los invitados esperan en la puerta hasta las 00:00 que aparecen.

24:00a.m. ¡El novio no está! Se ha enfadado hace rato con los del local y ha desaparecido. ¿Habrá ido a buscarlos? No creo porque no los conoce.

4:00 a.m. El Guadiana reaparece. Nadie sabe donde ha estado todo la noche y a día de hoy yo tampoco. Nunca se lo pregunté.

5:00a.m. Camino del hotel…sola.

5:15 a.m. Llegó al hotel…sola. Novio roncando encima de la cama con la ropa puesta.

5:30 a.m. Abro el champán, lleno la bañera de espuma y me lo bebo. ¡Viva los novios!

Nos separamos 2 meses más tarde. ¿Alguien tenía alguna duda? Y por favor, si alguien comenta mi boda que no haga la pregunta del millón: “¿Entonces, para qué te casaste?” Eso ya lo preguntó mi madre y no recuerdo ahora mismo cuantas veces.

Menos mal que tampoco soy de esas mujeres que están esperando con ilusión al que consideran el día más importante de su vida.

miércoles, 28 de abril de 2010

Mañana me voy de boda. Eso me trae a la memoria otro de esos días en los que mejor me hubiera quedado en mi casa.

Siempre me había sorprendido la capacidad de algunas parejas para convertir ese acontecimiento en una lista agotadora e interminable de arduas tareas que cumplir antes de la fatídica fecha. Así que yo decidí saltarme algunas por alto: las flores de la iglesia, el ramo de la novia, el video (esto sin duda estaréis de acuerdo que es lo peor de todas las bodas), los arreglos del coche, las medias….el amor….

Y llegó el día…

9 a.m. “¿! Dónde has colgado el vestido?! (Esos son los gritos de la histérica de mi madre)
“En una bolsa en la maleta” (esa soy yo viendo la tele tranquilamente)
“Ahhhrrr!!!!!!!!!!!!!!!! No cambiarás nunca!!!!!!!!!!!!” Esa es mi madre ya despelucada.

10 a.m. “¡Pero por qué te has cortado las uñas así!, ¡Ahora que hago yo con eso!” (Esa es la peluquera con todo el kit de manicura en la mano)

11 a.m. “He parado en una floristería de camino a tu casa. ¿Cómo quieres el ramo de novia?” (Ese es uno de mis hermanos). Menudo incordio el ramito todo el día. Me encantan esas novias que lo sujetan como si llevaran un bebé. Yo salgo en las fotos con el mismo glamour que si hubiera llevado una lechuga. “3 rosas atadas con una cuerda y ya está”. …………………………………(eso es la mente de mi hermano asimilando.

12:30a.m. “¡¿Todavía estás así?! ¡¿No te has vestido?!” Esa es mi madre, ya peinada, pero más histérica loca todavía…si eso es posible.

12:45 a.m. Resultado: Yo camino de la iglesia sin medias, sin pendientes y atándome las cuerdas del vestido.

13:00 a.m. Puerta de la iglesia. El novio no ha llegado. Hasta en eso tengo que ser la única novia ridícula. ¿Tendrá mi madre algo que ver?

13:10 p.m. Llega el novio en una furgoneta de alquiler con toda su familia. Han venido de Canarias…en la furgoneta no…claro.

13:15 p.m. Después de dar más vueltas que un tiovivo a la manzana bajo del coche con mi padre. “Çç}+**] {@” (Esa es la descripción de la cara de mi padre). Acaba de oír: “¿Y si no entro?” “Tira tía que ahora con el divorcio Express son 15 días” (Esa es mi amiga Helena que ha venido de Zaragoza para no perderse el espectáculo).

13:20 p.m. Llego al altar. “! Pero si estás hasta buena!” (Eso es un piropo de novio enamorado).

14:00 p.m. “Los anillos. ¡Qué originales! No se parecen.” Ese es mi amigo José Francisco el cura que nos está casando. “Es que ayer no encontramos dos iguales de nuestra talla”.

14:30 p.m. Fin de la romántica ceremonia. Salgo de la iglesia…sola. El novio tiene alergia al arroz. ¡Qué foto tan bonita esa del novio protegiendo a la novia del arroz! La mía fue más bonita. El novio escondido detrás de la puerta de la iglesia descojonándose de la risa.

14:35 p.m. Empieza a llover. Novia mojada, novia afortunada. Los cojones 33.


Fin de la primera parte



martes, 27 de abril de 2010




No tengo ninguna gracia para los niños. Y en realidad no me gustan. Yo lo reconozco. Pero, ¿Cuántas personas conocéis de esas que dicen: “A mi me encantan los niños” y cuando ven a un crío hacen un paripe que ni Mary Popins? Como mucho me atrevería a decir que les gustan un poco los suyos y eso porque no pueden devolverlos por defectuosos.


El otro día tomando algo en un bar, una mujer a la que sólo conozco de vista, le soltó perlas a mi hija como: “¿Por qué hablas tan alto? No estoy sorda”, o “Si te caes de ahí encima te caliento”. Yo no sabía si se le había subido el Rioja a la cabeza o quería que le arrancara los pelos uno a uno. Como siempre es mejor no escupir para arriba porque te puede caer encima, pues le pasó lo que le tenía que pasar y uno de sus hijos se pegó un guarrazo que la única pena fue que no se lo diera ella.


¡Qué manía tiene todo el mundo de opinar sobre los hijos de los demás! “Si fuera hijo mío”. Me encanta cuando mi hija responde: “Ya, pero no lo soy”. ¿Tengo que reñirle porque dice la verdad? Y los que no tienen hijos y dicen: “El día que yo los tenga…”. Pues eso, guapo, el día que los tengas y para eso hace falta hacer cositas que con tu carácter no creo que hagas muy a menudo.


¿Por qué algunos padres tenemos que estar estresados viendo como se estresan otros por el comportamiento de nuestros hijos?

Hago un llamamiento a todos esos padres, abuelos, familiares y amigos que se meten donde no les llaman: “Por favor, centraros en vuestros hijos si los tenéis, dejad a los de los demás en paz. Si os fijáis bien por una vez en los vuestros, seguro que os dais cuenta que son para echarles de comer a parte.

sábado, 24 de abril de 2010

La gente que me conoce dice que soy una rancia. Puede ser. No entiendo muy bien la necesidad que tienen muchas personas de besarse cada vez que se ven. O la gente que te toca con cualquier excusa. Me provoca ansiedad cuando alguien se me acerca e invade mi espacio sin pedir permiso. Me sube una cosa por el estómago que hace que mis hombros se mueven sin control. “Quita tus pezuñas de encima de mí”.

Mis hijas evidentemente son igual de rancias o más que yo y yo las aplaudo. Besan y abrazan a los que tienen que besar y abrazar. Tan pequeñas y ya tienen la capacidad de discernir entre besar a lo tonto y hacerlo con sentimiento.


Un niño entra en una tienda y escucha sin parar: “No toques eso”. Si a los niños les prohibimos tocarlo todo, ¿porque ellos tienen que aguantar y poner buena cara cuando una señora se les acerca, les coge de los cachetes y les dice: “¡Ay, qué guapa!”? Y todavía peor, cuando su madre dice: “Dale un besito a la señora”. ¿Por qué los niños tienen que besar a desconocidos que les tocan con manos que a saber qué han tocado antes? ¿Para dejar a los padres en buen lugar? No tengo la menor duda que si los niños pudieran elegir, llevarían un cartel que dijera: “No se toca” colgado del cuello.


Yo me siento bien cuando mis hijas dicen que no, o cuando se limpian si ya les han plantado el beso. Igualitas que mamá.

Si alguien no opina igual y tiene falta de cariño, se puede comprar un chucho…o una cabra. Se las vendo. Mi novio tiene unas cuantas.

jueves, 22 de abril de 2010

Si los pasos de cebra no me gustan nada, los peatones me gustan nada al cuadrado. Yo personalmente no pararía en ninguno, pero tengo a mi lado a Pepito Grillo: “Amor, un día tendremos un disgusto.”

Hay muchos tipos de peatones y me caen todos igual de mal.
Los acojonados que para decidirse a cruzar tienen que ver que casi apagas el coche.


Los memos que se quedan en medio de la carretera esperando a que pares. Pero, ¿Qué hacen ahí en medio? Si creen que les vas a atropellar, ¿por qué no corren?

Los chulos que encima de que paras, te miran desafiantes porque creían que no ibas a parar. Estos no pasaron su infancia viendo a súper coco: el coche es graaaaaaaaaande y tú una birria y si quiero te paso por encima.

Los indecisos que ni para adelante ni para atrás. Que si cruzo que si me espero y así hasta que a ti se te cala el coche con tanta duda.

Los miopes que creen que el paso de cebra está en otro sitio, cruzan por donde les parece y también te miran mal si no paras. Para estos, el peatón siempre tiene razón.

Las madres descerebradas que sacan primero el carrito con el bebé y cuando ven que el niño sigue intacto, salen ellas.

Las personas mayores que encima de cruzar a 2 por hora, lo hacen por donde les parece y si no paras, levantan el bastón y te insultan. ¿Y si el que va conduciendo te saca tres cabezas, y da macha atrás para saludarte?

Haga lo que haga el peatón, después de parar, siempre digo lo mismo: “Ya sabía yo que no tenía que hacerlo.”

martes, 20 de abril de 2010




Si estás estancada en una de esas relaciones que consiste básicamente en mirar al teléfono esperando a que suene. Déjalo ya. Es destructivo y tu tiempo irrecuperable.


En la vida ante todo hay que ser práctico. Hazte siempre la misma pregunta: “Si mañana me muero, ¿Qué hice hoy?”. Si la respuesta es: “Hablarle al teléfono y decirle que suene” no sabes usar tu preciado tiempo. No te engañes. Los milagros ni en Lourdes.



Cuando nos enamoramos vemos menos que un gato de escayola pero alguien que no te llama o nunca tiene tiempo para verte, no te quiere. Si de algo estoy segura es de que el que no come en casa está comiendo de restaurante. Para algunas cosas no pasan hambre ni en África.

Como para cualquier adicto a algo, lo más difícil será reconocer que no te quiere pero eso es como cuando te depilas, cuanto más rápido lo hagas, menos tiempo te duele.



Hay que aspirar a levantarse cada mañana con alguien que se despierte todos los días “entusiasmado”, y que antes de abrir los ojos ya te diga lo rica que estás. El cariño no se puede mendigar. O te lo dan o no te lo dan pero no se pide. Y si no te lo da uno, ya te lo dará otro.


No te equivoques, donde estaba ése, había más…y mejores…y a muchos los puedes catar sin sentir que te hacen un favor. Y todo eso no te lo puede dar el teléfono. Deja de mirarlo.

lunes, 19 de abril de 2010

¡El coche nuevo ya huele a cabra!


Supuestamente el único macho iba a venir en el camión atado para evitar que fueran ya procreando por el camino. Sospechosamente por el olor del coche no me extrañaría nada que hubiera venido en el asiento de atrás. Seguro que se les despertó ese sentimiento de machos que tienen algunos hombres y les dió lástima ver allí al pobre atado y sin poder sacar el chisme a pasear.

Así que amor, después de respirar ese agradable hedor todo el día, sólo me resta dedicarte esta bonita canción:

La Cabra!La Cabra!La puta de la Cabra! La Madre ke la Pario!

domingo, 18 de abril de 2010

¡Habemus cabras! Mi novio dice que son bellísimas. Claro que de mí también dice lo mismo. Si las cabras son bellas y yo soy bella, entonces yo soy lo más parecido a una…. Uy...este silogismo no me gusta nada. Dentro de nada me veo con un cascabel. Y eso en el mejor de los casos, que las cabras tienen cosas peores.



Teniendo en cuenta la hora a la que llegó a casa, pensaría que las cabras vinieron atravesando el monte pero no me ha dicho nada de que sean de esas que hacen la trashumancia.
Aquí les esperaba toda una comitiva para hacerlas sentir como en casa. Por parte de mi novio…mi novio. Por parte de su amigo, toda la familia. Yo creo que me lo recalcó bien por no repetirme otra vez el “no me apoyas”.


Quizás tiene razón y debería haber estado allí colocando a cada cabra en su sitio o mirando cómo lo hacían. Lo que no puede decir es que no le llamé para interesarme aunque a lo mejor la pregunta que le hice tampoco fue acertada: ¿Piensas quedarte a dormir allí con ellas o vas a venir a casa de una vez?”

Y encima nadie me avisó que el Madrid también jugaba hoy. Estoy que me salgo.

sábado, 17 de abril de 2010



Nunca me canso de hacer el ridículo. Aquí va un ejemplo más de mi capacidad innata para que la gente se ría de mí...

Hace un año mi hermano abrió un bar y unas semanas antes reunió a unos cuantos amigos en su casa para celebrar un concurso de tapas. Ese día me levanté con la seguridad de que iba a triunfar. Nadie se resiste a una buena ensalada de pasta. Los problemillas surgieron 5 minutos más tarde cuando me di cuenta que sólo tenía macarrones de los de toda la vida y poca cosa más.

Encontré unos tomates que corté en cuadraditos y para hacer salsa rosa resultó que no tenía ni tomate ni mayonesa así me presenté en casa de mi hermano muy puntual con una cazuela de dos kilos de macarrones con ketchup y trocitos de tomate. Fuimos los primeros en llegar y coloqué los macarrones en unas bandejitas pequeñas preocupada porque seguro que no había suficientes para todo el mundo. El resto de los invitados fueron llegando y desde el sofá en el que estábamos sentados vimos desfilar unas tapas que ni el rincón del gourmet del Corte Inglés.

La cara de mi novio era un poema. Cuando mi cuñada sacó unos dátiles rellenos de foie y espolvoreados con cacahuetes, mi novio me susurró: “Cariño, ¿no será mejor que lleve la cazuela al coche donde nadie pueda verla?”. “¿Te estas avergonzando de mí? Además no tienen por qué saber que son nuestros”. Le dije y seguí comiendo. Todos los platos se fueron vaciando poco a poco y mis macarrones seguían allí, intactos y cada vez más secos. Llegó el momento de las votaciones. Todo muy profesional. Y escuché al listo de mi hermano pequeño: “Yo creo que podíamos votar primero cual es el que no le ha gustado a nadie. Seguro que en eso hay unanimidad” Y mirándome directamente me dijo con sorna: “No te enfades que sabemos que esta cutrez sólo puede ser tuya”.

Estuve una semana comiendo macarrones. Puede que no triunfaran pero la comida no se tira. Me cagüen tanto Arguiñano y tanta delicatessen.

viernes, 16 de abril de 2010

¿No habéis hecho nunca algo que os da vergüenza hasta contarlo? Yo soy la number ONE en mangarla parda y si lo cuento aquí, es porque nadie me conoce. Si no, me lo quedaría pa mí pa siempre y para la señora que estaba detrás de mí flipando en colores.


El otro día me pusieron una multa de O.R.A. Era la primera vez y leí en el papelito que si pagabas 9€ en el día de la denuncia te la anulaban. Fui a la máquina con el sobrecito que te ponen junto a la multa en el parabrisas del coche. Metí un billete de 5€, 4 monedas, y la multa dentro del sobre. Pulsé el botón amarillo de anulación de la denuncia esperando que se abriera alguna parte de la máquina por donde meter el sobre con el dinero. Como no fue así, lo metí por el único agujero que ví: una minúscula ranura arriba. Me costó un huevo conseguir que entrara sin romperse. Pensé que lo hacían adrede para que la gente no pudiera pagar y se comiera los 60€ de multa. Encima no salió ningún papel que justificara que yo había metido el dinero. Así que me fui muy indignada.


Hoy comentando mi disconformidad con el mecanismo, me entero que el dinero se mete por donde caben las monedas. EVIDENTEMENTE y que cuando la máquina reconoce que has metido las monedas en el sitio correcto, sale el papelito de anulación. EVIDENTEMENTE. No sabía si reír o si llorar. Sólo podía pensar en la cara del agente de la O.R.A cuando abriera la máquina, viera el sobre y dijera: ¡Otra idiota! O a lo mejor soy la única. Decidme que no…por favor.


Lo peor de todo es que me va a caer la multa igual. ¿Alguno creéis que el agente en concreto sea tan honrado que después de haberse reído a gusto a costa de mi estupidez, decida no meterse el dinero en el bolsillo y además me anule la denuncia? Yo tengo fe que sea así…porque el coche, de nuevo, era el de mi exmarido

jueves, 15 de abril de 2010





¿Cuántas madres de las conocéis os hacen sentir que como madres os merecéis un cinco raspaó? Seguro que ya tenéis algunas en mente.

Yo tengo una compañera de trabajo que despierta a su hija por las mañanas ¡¡¡con música clásica!!! En mi casa lo único que se escucha a esas horas es: “¡Como no te levantes y te vistas ya, te arranco la cabeza!”.


Mi madre sin ir más lejos es el ejemplo perfecto. Cuando yo era pequeña, antes de ir al colegio dejaba las bragas y los calcetines en el cesto de la ropa sucia y cuando llegaba por la tarde estaban en el cajón de mi mesita, limpios, planchados y oliendo a rosas. Pero, ¿Qué suavizante usan las madres de antes para que la ropa que lavan ellas huela de maravilla? Yo plancho una vez al mes, la mitad de las veces se me olvida la ropa en la lavadora de un día para otro y mis hijas no han visto unas bragas planchadas en la vida…ah, sí, cuando eran más pequeñas y se hacían pis encima, en casa de mi madre.



Hay madres que tienen un planning de actividades para hacer cada día. Lunes parque, martes papiroflexia, miércoles natación, jueves marionetas….y así sucesivamente y sin descanso. Mis hijas se acoplan a mi planning, limpiamos, fregamos, cocinamos, hacemos recados varios. Todo muy didáctico.

Y ¿qué me decís de todas esas madres que nunca levantan el tono de voz y todo lo dicen muuuuuy suave? Mi novio dice que yo soy más rústica que bailarina con botas ortopédicas así que imaginaros...

¿Y las madres que están convencidas que sus únicas alegrías son las alegrías de sus hijos?, y ¿las que sólo saben hablar de niños, mocos, lactancia…?

A todas ellas las englobo dentro del grupo: “Nacidas para ser madres en la vida”. Tengo envidia sana de muchas de sus cualidades, pero no pertenezco a ese grupo. No sé si llego al 5 pero mis hijas también me quieren.

miércoles, 14 de abril de 2010

Atención, Atención, se avisa a todos los conductores que circulen por la Nacional León- Burgos que el sábado 17 de abril compartirán carretera con un camión de cabras que se dirige al municipio de Sariegos. Se espera la llegada a sus aposentos al atardecer aunque es más que probable que debido al stress del viaje ese día no peguen ojo.
Mi novio “Pedro” y su amigo “el abuelito” han decidido ir a buscarlas ellos mismos. No tengo todavía muy claro para qué si vienen en un camión pero me imagino sea para ir poniéndoles nombre por el camino y que ellas vayan reconociendo a papá y a mamá. Les compraré una banderita roja para que la ondeen por la ventanilla del coche…de mi exmarido por cierto, que es de Gasoil y consume menos. ¡Qué panorama! Sábado buscamos cabras, domingo ordeñamos cabras. Menos mal que el Madrid esta semana juega el jueves.

lunes, 12 de abril de 2010


Mi novio ha decidido convertirse en cabrero y desde que tomó la decisión su frase favorita es: “No me apoyas”. Ya tenía 3 cabras en casa (sus hijas y yo) pero no le parecía suficiente. No es que yo no le apoye pero es que yo de Heidi no tengo nada. No me gustan los animales…ninguno. Tengo un amigo que dice que no te puedes fiar de las mujeres a las que no les gustan ni los animales ni el queso. Yo pertenezco a ese grupo. Y ahora mi novio va a tener animales y queso a raudales. ¡Qué yupi!

Las cabras no han llegado todavía pero ya tenemos pulgas. No está mal para empezar. Y lo peor es que sólo nos pican a nosotras. Ya es mala leche. Ahora está prohibido entrar en casa con la misma ropa con la que esté en la nave. El otro día se olvidó cambiarse antes de venir a casa y le hice desnudarse en el descansillo de la escalera. ¡Le pareció mal! No importa. Yo prefiero que le vea alguna vecina a que entre un bicho de esos en casa. A lo mejor se refiere a eso cuando dice que no le apoyo…A eso y a que todavía no le he dicho ni una sola vez que va a salir bien, que siga adelante. Yo prometo pedirle disculpas si me equivoco. Por algo hay que empezar. Y después si tengo que hacerle la ola pues se la hago.
Ya han comprado 80 cabras pero están buscando más y resulta que están agotadas. A ver si va a ser el negocio del siglo…

¡Colabora!