Con la tecnología de Blogger.
¿Cuántas veces has dicho “Ya no puede pasarme nada peor” y te has equivocado? ¿Cuántas veces has dicho: “Algún día me reiré de esto…pasará mucho tiempo pero terminaré viéndole la gracia”?


Si has tenido un mal día, si crees que ya no puede pasarte nada peor o todavía no has olvidado eso de lo que tardarás mucho en reírte, entra en este blog y comprobarás que no eres el único. La idea no es consolarse con las “desgracias” ajenas, sino aprender a reirse de lo que haya podido convertir tu día en un infierno.

lunes, 21 de febrero de 2011

¿Quién me mandaría a mí usar las máquinas de musculación en el gimnasio? Mira que me lo había repetido: “Rosa, los domingos, sólo los domingos, que es el único día  que no hay nadie y así puedes experimentar  el amplio mundo de posibilidades que ofrecen esos aparatos”.  ¡Qué necesidad tenía yo hoy  de hacer el ridículo cuando el gimnasio estaba lleno de machos con más músculos que una oruga!
Todavía me quedaban 10 minutos antes de ir a casa y me animé. Mala decisión. “Venga, un minuto en cada máquina”. Definitivamente tengo que acabar algún día con esta  puta obsesión de volver a tener las tetas como cuando tenía 18 años. Con mi toalla (no sé para qué la llevo si no sudo) me senté en la primera. Y claro,  tenía que venir el monitor cachas a pisar mi arranque. Cabrón.

1ª situación de humillación pública

Monitor: “¿No puedes levantar esos agarres?”
Yo: “Pues no, yo empujo y empujo pero no se mueve nada”
Monitor: “¿Has probado a quitarle pesos?”
Yo: “¡Pero si ya tengo el tornillo en la mano! Ya no tiene peso”
Monitor: xxxxx (esto es lo que se llama “haciéndose de cruces”). Prueba con otra. Alguna habrá que puedas mover…digo yo.”

2ª situación pero aún que la primera.

Monitor: “Una curiosidad, ¿Qué estás haciendo exactamente en esa máquina?”
Yo: “Pues poco, porque tampoco estoy poniendo peso. Pero es que si no, tampoco puedo moverla”
Monitor: “Ya veo, ya. Pero, ¿Qué músculo estás ejercitando realmente?”
Yo: “Estoy haciendo remo, ¿No?”
Monitor: “¿Tú sabes para qué músculo es esa máquina?”
Yo: “Pues con este dibujo tan raro no sé cómo quieres que lo interprete. Pero si te digo que estoy haciendo remo, digo yo que será para el bíceps.”
Monitor: “Mira, esa palanquita que ves ahí no es para tirar de ella como si remaras. ¡Este aparato es para los gemelos! Las dos almohadillas son para ponerlas encima de las rodillas y no para saltar por encima de ellas.”
Yo: “Y ahora me dirás que soy la única a la que has visto hacer esto, ¿verdad?”
Monitor: “Pues si te soy sincero en todos los años que llevo aquí sí.”
Yo: “Pues me voy para mi casa y ya las usaré el domingo cuando no haya nadie”
Monitor: ¡¡¡TÚ!!! Tú no puedes usar ninguna máquina de éstas sola.
Yo: “Ni que fuera un peligro”

 Me giré y salí disparada de allí  con  la poca dignidad que me quedaba. Por supuesto no me giré pero sin mirarle,  podría describir perfectamente la cara que tenía el musculitos ese.  Ya querría verle yo delante de un Excel. Seguro que ese musculito no lo ejercita tanto.

sábado, 19 de febrero de 2011

Hoy me he acordado de la única persona que en mi trabajo ha conseguido sacarme de quicio en 6 años…y no sólo una vez si no muchas. Tengo que reconocerle su mérito.  Supongo que me han venido a la memoria muchos episodios inolvidables   porque me la he cruzado hoy y sentí las mismas ganas de estamparla contra el teclado que cuando coincidía con ella a diario. Si os pongo un ejemplo entenderéis por qué me provocaba ansiedad, entre otras cosas mucho peores.

Paola (¡Qué nombre más bonito se me ha ocurrido!): “Hola Rosa (sonrisa Esperanza Aguirre que me provocaba  romperle todos los dientes de uno en uno para que no pudiera abrir la boca nunca más)
Rosa: “Dime Paola”
Paola: “Raúl quiere saber por qué le has denegado la semana de vacaciones que pidió en diciembre.”
Rosa: “Sólo se podía conceder cada semana a 13 personas y había 13 personas más antiguas que él en la empresa. Ya sabes que  la antigüedad es el criterio que prevalece.”
Paola: “Ya, pero él quiere saber por qué,  con lo antiguo que es, se ha quedado sin ella.”
Rosa: “Como ya te he explicado, él es muy antiguo  pero había 13 personas más antiguas todavía”
Paola: “Pues no lo entiende y no está de acuerdo”
Rosa: “No lo entiende él  o ¿No lo entiendes tú? Si quieres te doy la lista de las 13 personas que tienen esa semana para que él  mismo compruebe que es verdad que son más antiguas.”
Paola: “No es para que te pongas así. No me parece necesario. Sólo era una pregunta. Además se la has concedido a Loly  que está de baja médica”
Rosa: “Ya, pero si Loly la pidió es porque no pensará seguir de baja en diciembre.”
Paola: “La vi el otro día y está embarazada”
Rosa: “¿Sabes de cuanto está?
Paola: “¡Bueno sí…ni que tuviera yo una bola de cristal! No te jode…”
Rosa: “Como dijiste que la habías visto pensé que igual habías hablado con ella o por lo menos,  por el tamaño del bombo te habías hecho una idea.”(No sé si a estas alturas estáis escuchando ya mi rechinar de dientes pero me faltaba poco para echarla de allí a patadas)
Paola: “Sale de cuentas a principios de diciembre”
Rosa: “¡¡¡¡¡¡Entonces!!!!! ¿¿¿¿Tenías o no tenías bola de cristal???? ¿¿¿Lo sabías desde el principio y venías a tocarme los cojones o no lo sabías??? Uffff….uffff….uffff…. (Esta es la respiración de las embarazadas que aunque nunca me sirvió de nada las veces que tuve a mis hijas, después le  he encontrado su uso.) Vale, como Loly no va a estar en diciembre le quito su semana y se la doy a Raúl y así todos contentos. Espera que lo cambio en todos los archivos”.
……..
(Cuando ya he terminado de hacer todos los cambios)

Paola: “Espera, espera porque a lo mejor ahora Raúl ya no la quiere y tú ahí precipitándote sin consultar antes.”

Rosa: “¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Piérdete!!!!!!!!!!!!!!! Y pienso poner un cartel en mi puesto que diga que no puedes acercarte por aquí antes de las 12 de la mañana para joderme todos los putos días desde primera hora. Petarda los güevos. Toca pelotas. Mema. Si te pillo por la calle te arranco la cabeza que para lo que te sirve no lo ibas ni a notar.” (Todo esto eran mis pensamientos. Si lo hubiera pronunciado en voz alta estaría en la puta calle porque encima la lerda tiene sus contactos. ¡Qué lástima no poder desfogarse a veces y  decir y hacer  todo lo que le viene a uno a la cabeza!”



jueves, 17 de febrero de 2011

Internet abduce y trasforma a las personas. La primera vez que abrí el facebook me pregunté: ¿La gente no tendrá vida propia? ¿Por qué cuelgan  públicamente fotos personales? No podía imaginarme a mí misma enseñando los álbumes de mis recuerdos  a todo el que viniera a mi casa. Pero si lo peor de las bodas es cuando los novios te invitan a la vuelta de su luna de miel a ver las fotos del evento y del viaje. Me reí muchísimo cuando mi novio me explicó que la gente escribía lo que estaba pensando en “su muro” y después,  se me pusieron los pelos de punta al comprobar que los pensamientos más absurdos generaban interminables comentarios tan tontos  o más  que la frase que los había generado.

Ej.:

10:00 AM: “Me acabo de levantar. Todavía tengo sueño”
10:10 AM: “Desayunando”
10:30 AM: “Fregando los platos del desayuno”
11:00 AM: “Yendo al baño”
11:10 AM: “Hola chicos. Ya estoy de vuelta.”

Los usuarios también cuelgan videos de música. Algunos interesantes pero éstos casi nadie los comenta. Normal. No tiene comparación con:

“Me he roto la uña. ¡Uy! ¡Qué daño!”

Comentarios:    “¡Qué dolor!
                        “Lo siento guapa. A mí también me pasó y se terminó cayendo”
                        “No te preocupes. Eres igual de guapa con uña o sin ella”

                        “Gracias a todos por vuestro apoyo. No sé qué habría hecho sin vuestra ayuda.”
           
            Hay una ley científica que no falla: “Cuanto más escupas para arriba, más te cae en la cara.” Yo no iba a ser la excepción. Así que todo lo que critiqué, lo hice después. Aunque debería darme vergüenza decirlo, reconozco públicamente que miro todos los álbumes de fotos que lleven por título “boda” aunque no conozca a nadie. No puedo evitarlo. También comento, chateo, mando mensajes, veo videos, lo último en youtube, las noticias…vamos, de lo peor.

Pero yo no soy la única. Hay casos más sangrantes aún. Como ejemplo va aquí el último pensamiento colgado por mi suegra hace unos días: ¡Jamás mujer alguna estará completamente satisfecha en el día de los enamorados. Porque no hay hombre que tenga un pene de chocolate envuelto en dinero y que eyacule diamantes!”

Nadie lo ha comentado hasta ahora. Normal. Yo también me quedé sin palabras…

miércoles, 16 de febrero de 2011

Siempre que me enfado, ¿Tengo que gritar? Si algo no me gusta, ¿Tengo que gimotear y quejarme? ¿La palabra contención  no significa nada? ¿Ya nadie cuenta hasta 10 antes de saltar a la yugular de los demás?
Pregunto a mi hermana (histérica por naturaleza) si por fin ha conseguido algo que quería y me responde: “No me jodas, Rosa”. Mi hija se enfada con su padre y me grita a mí que la deje en paz. ¿Tendré aspecto de saco de boxeo? No importa,  mi capacidad para atraer malos humos es directamente proporcional a la de atraer a la gente cuando necesita algo, así que a esperar tocan... A lo mejor algún día yo también empiezo a responder lo primero que se me venga a la cabeza. Con decir después: “Lo siento, ya sabes cómo soy, todo arreglado”.
Me rodeo de gente en el trabajo  que se calienta de 0 a 100 en 3 segundos. Les va la vida en todo lo que hacen y lo peor, en lo que hacen los demás. ¿Cómo se lo tomarían todo si de nuestro trabajo dependieran las vidas de otras personas? No soy mejor que ellos. Diferente. Igual peor  porque juego con ventaja. Me resbala todo lo que allí pasa y aunque algún día me queme, tengo la frialdad necesaria para no enviar correos con comentarios inapropiados, para que no me de la pataleta y llegue a decir cosas como: “Es que fulanita dijo, es que menganita salió, es que…, es que…” Según el día que tenga, puede resultar divertido a veces y cansino otras. Luego llego a casa y escucho: “La tata me pegó” “No fui yo, fue ella” “¡Mentirosa!” Y entonces tengo la sensación de no haber salido nunca del trabajo.
Es mucho mejor no gritar ni levantar la voz. El que pierde las formas pierde la razón. Sólo es cuestión de contenerse o de indiferencia. Mi novio está jodido. Cuanto más callo yo, más grita él. Cuanto más grita él, más razón tengo yo. And the winner is: Rosa again.
Lo malo no es la gente que se exalta con facilidad, si no los Manoletes que nunca han escuchado  eso de: “si no sabes torear pa qué te metes”. Está muy bien lo de ponerse gallito  pero si lo haces, aguanta el tirón  hasta el final. No hay nada peor que ir de chulo por la vida y que en cuanto te digan: “Uhhh” te pongas a llorar. Un poquito de dignidad ante todo…

martes, 15 de febrero de 2011

La dieta no ha sido suficiente. Ahora le toca  el turno al gimnasio milagroso. Llego allí y me deprimo. De un lado veo a los profesionales. Esos que levantan pesas de 30 kilos con más facilidad que yo la barra de uno. Si no fuera por las gotas de sudor que les caen, pensarían que son mancuernas falsas y que las llevan de casa para vacilar. En cambio yo, no sudo nunca y no será porque no haga un esfuerzo sobrehumano por subir la barrita hasta la altura de mis súper tetas de afrodita. A veces yo misma me recuerdo a Clark Kent levantando el coche.
Nunca le pregunto al monitor. ¿Para qué? Si quiere reírse,  que vaya al circo.
Me machaco 10 minutos en cada aparato. Nivel 1. Todas  esas máquinas infernales están mal reguladas. ¿Cómo es posible que a veces se me salgan las zapatillas de los pedales de lo rápido que voy si el chisme que mide la velocidad  sólo marca como mucho 20 Km. por hora? No es la primera vez que me como la pantalla por culpa de la rapidez  que alcanzan mis pinreles.
Mi coordinación es nula. Ya lo dice mi novio: “Rosa, ¿Pero tú estás segura que estamos escuchando la misma canción?”
Mi amiga la Pilu también quiere animarse. No se ha puesto un chándal desde que dejó el colegio. En realidad, me cuesta creer que lo llevara entonces y no creo que se lo vaya a poner ahora. Solución: Natación. “Pero el bañador de competición favorece tan poco” Para esto también tiene remedio: Piensa ponerse el pareo hasta la orilla de la piscina para que nadie se fije en ella. Jajaja. 1,75 de altura, pelirroja y con un pareo de los que se atan al cuello lista para desbancar a Esther  Williams. ¿Cuánta gente habrá en las gradas al día siguiente para colgar el video en youtube? Yo tardo en hacer un ancho lo mismo que en recorrer un kilómetro andando así que el agua descartada. Me apunto a spinning. Una hora más tarde, soy la única que no suda sobre la bici. Parezco Desita en verano azul. Me siento en la última fila. No me gusta que los tíos que se sientan detrás de mi se fijen en mi tanga o en cómo se me mueve el culo. Sé que lo hacen porque el primer día de gimnasio mi novio,  antes de salir de casa,  comprobó la ropa interior que llevaba y después dijo: “¡Ojito!” Una hora más tarde entendí por qué lo dijo.
Si me fío de mis reacciones en el gimnasio pensaría que soy lesbiana. No puedo dejar de mirar  a todas las tías buenas. Ellos no me llaman la atención pero las hijas de puta sin ningún gramo de grasa en el cuerpo me provocan ponerles la zancadilla en la máquina andadora esa sobre la que yo soy incapaz de recorrer 5 metros seguidos sin estazarme.
Y después de 40 minutos sin haber mojado la camiseta, llego al vestuario. Nunca me ha importado desnudarme delante de otras personas pero no entiendo muy bien a esas mujeres que se echan crema por todo el cuerpo durante horas sin ni siquiera ponerse las bragas. Me imagino como tiene que ser el de tíos con todas esas cosas colgando por allí. Tengo un amigo al que le da bastante asquito pero se siente estupendamente cuando ve al musculitos que antes levantaba pesas de 30 kilos con un apéndice del tamaño de un macarrón. Tanta energía para levantar pesas y tan poca para izar un banderín. No veas lo contento que va para casa a presumir delante de su novia.
Yo sólo sé que como mañana no pese menos que hoy  me cago en la elíptica, en el step y en el chándal.

lunes, 14 de febrero de 2011

Hoy celebramos San Tontín y todos los tontines (entre ellos, yo la primer) nos despertamos con un “felicidades” y besitos por todas partes. Sin regalo, eso sí (A mi novio esta vez no sé si le ha fallado el tiempo, el dinero, el trabajo, la inspiración…algo tenía que ser).  Menos mal que chingar sigue siendo gratis. El día que tengamos que pagar también por eso, estoy jodida…bueno…o dejo de estarlo,  que es peor.
Algunos enamorados  no se acuerdan de esta fecha, otros no quieren ni acordarse y los más tontines de todos  reniegan del amor concentrado en 24 horas. “El día de los enamorados debería celebrarse todo el año”. Me troncho. Al que le pase eso,  que llame al guinness para que lo nombren “el tóntín del año”. A mí no me invade el amor  los 365 días del año. Lo intercalo con fases de “Me caes como el puto culo”, “Si te pillo te arranco la cabeza”, “Mira que eres cansino” y “No me toques las bolas en una temporada”. Sin embargo, cualquier excusa es perfecta con tal de celebrar algo.  Nunca escucho a nadie decir: “El día de la madre debería celebrarse todo el año, o el del padre, o los Reyes Magos…” Todo el mundo quiere su protagonismo en algún momento del año  y las flechas de Cupido no iban  a ser menos.  No deberíamos verlo como una fecha promovida por  los centros comerciales para gastar dinero. Las otras fechas también lo son y aún así,  la gente se abalanza como posesa en búsqueda del regalo perfecto. ¿Por qué ésta les parece más ridícula que el resto? El 14 de febrero debería ser,  básicamente un día para recordarle a tu pareja la suerte que tiene al estar contigo y  para escuchar cómo alguien te dice un año más tarde que todavía le pones…si encima te llevas unos cariñitos, estupendo y si vienen acompaños de  un anillo de Tiffany´s,  ole San Valentín.
Hasta mi Valentina particular lo celebra desde que se levanta: “Mamá, tengo frío. ¡Tápame jopeta, que es mi santo!”

miércoles, 9 de febrero de 2011

¿Qué diferencia  a una madre de una suegra? Sólo una cosa. A la primera la puedes mandar a freír espárragos cada vez que te toca los cojones y a la segunda  te la tienes que tragar con patatas. No importa que te coman  los cocos por dentro cada vez que abre la boca. En ese caso, lo mejor es imaginarse cómo cae rodando por las escaleras   después de haberle asestado 3 patadas en la cabeza. Pero tú, silencio absoluto. Quizás por eso dicen que no hay nada comparable a la relación que existe entre madres e hijas. No me imagino diciéndole a nadie las barbaridades que le decía a la mía en mi época adolescente.

Hay distintos prototipos de madres.

La sacrificada: “Con todo lo que yo he hecho por vosotros, la cantidad de cosas a las que tuve que renunciar por vuestra culpa  y ahora ya no me llamáis ninguno si no es para que os cosa el bajo de un pantalón. Que conste que no os lo estoy echando en cara pero si no fuera por vosotros, cabrones de mierda…”

La que vive de sus padres hasta que puede  vivir de sus hijos: “¡Con todo lo que yo he trabajado en la vida! A mis 50 años yo creo que ya es hora de que cuidéis de vuestra anciana madre y pueda descansar después de tantos años de  duro y sacrificado trabajo. Los hijos son un regalo que yo le he hecho a la vida y ahora ella me  tiene que devolver a mí todo lo que yo le he dado.”

La madre en la vida: “Organiza todos sus días en función del horario de sus hijos. Estás son de las que, por lo menos  durante el primer año,  ni se bañan ni se peinan, ni se arreglan. Sufren de estreñimiento voluntario para  no perder tiempo yendo al baño…un asquito de prototipo.”

La que es amiga antes que madre. Esta es de las que se empeña en salir de fiesta con sus hijas como una colega más y si se descuidan, intentará levantarles el novio. “Soy guay y por mis hijos me adapto a todo. ¿Por qué se esconden cuando llego? Es para darme todo el protagonismo…seguro.”

La metódica o lo que es lo mismo,  generales de la legión.  Todo en sus vidas discurre según el horario previsto.  Desayuno, comida, merienda y cena todos los días a la misma hora y sin levantarte de la mesa hasta que lo acabas todo. Os suena la frase: “¡Bébete  el zumo de naranja antes de  que se le vayan todas  las vitaminas!” ó  “Ya tienes 4 años así que este año empezarás con inglés, esgrima, judo  y dentro de un par de añitos comienzas  a leerte el temario de las oposiciones a notario que ahora hay que empezar a cotizar antes.”

La ciega. “Mis hijos son los  mejores del mundo mundial. Si hacen algo mal es culpa del que tienen al lado”. Y de los hijos de los demás sólo piensan: “Si fuera mío se iba a enterar.” Estas son de las que tienen un alíen en casa pero no se empanan de nada.

La Mr. Propper. Esas que te marcan tanto con su manía por la limpieza que cuando por fin vives sola y viene a verte, te pasas dos días sacando brillo a los azulejos del baño con el cepillo de dientes.


Si  pienso en  mi madre veo el zumo de naranja con la pajita, el uniforme de mi hija que me prohibió terminantemente llevar a mi casa durante los 3 primeros años de colegio (no entiendo por qué pensaba que si lo tenía yo, la niña nunca iría limpia ni planchada), el bocadillo a las 5 en punto de la tarde. Mis hijas tienen más de 30 bragas y 30 pares de calcetines cada una. Practiquísimo si eres de las madres a las que les  falla la memoria a la hora de poner lavadoras. Con mi madre, un par habría sido suficiente, las que llevabas puestas y las que quitabas cada día y a las dos horas ya estaban lavadas y planchadas en el cajón. Eso era magia y no lo de David Copperfield.
Si pienso en mi suegra…casi que mejor no lo hago…Sólo se me viene a la mente una frase: “Madre sólo hay una”. ¡¡¡Dios existe!!!






viernes, 4 de febrero de 2011

Aparente calma en Las Redes del Valle. Sus habitantes llevan días sin  sobresaltos desde que se fueron las últimas cámaras de televisión. Gran concentración de gente en el salón de belleza de la Pilu y a partir de ahora se prevé ocurrirá lo mismo a la puerta de la farmacia. ¿Por qué?...


Catalina: “¿Qué se supone que estamos haciendo aquí?”

Doña Mercedes: “Tu calla y vigila”

Catalina: “Usted  no está  bien de la cabeza. Si vive con su hijo, ¿Por qué no le pregunta directamente con quien sale? No creo que le haga mucha gracia descubrir que a sus 50 años su madre todavía le espía.”

Doña Mercedes: “No lo persigo. Sólo quiero que asuma sus responsabilidades. Si tiene un lío con la farmacéutica, ¿por qué no me lo cuenta a mí,  que soy su madre?”

Catalina: “Básicamente porque no le dejaría vivir.”

Doña Mercedes: “Ahí llega. Está entrando  por el jardín. Será cabrón. Este me va a oír.”

Catalina: “No pensará salir ahora a montarle un número delante de su novia.”

Doña Mercedes: “No, se me está ocurriendo algo mejor.”

Catalina: “No sé por qué pero intuyo  que no me va a gustar nada su idea.”

Media hora más tarde….

La farmacéutica: “Están llamando a la puerta. Déjame que vaya a abrir.”

Basilio: “Haz como que no has oído nada. Seguro que es alguien pidiendo alguna tonteria.”

La farmacéutica: “¿A estas horas? Quítate,  que tiene que ser algo urgente. Si no salgo rápido,  terminará levantándose  mi madre y no creo que le guste mucho descubrir  que estás aquí.”

Basilio: “Vale, pero date prisa. Te esperaré calentando la cama.”

………………

Catalina: “Buenas noches. Perdona que te moleste a estas horas pero es que tengo una cistitis horrible y no puedo esperar hasta mañana. Dame un sobre de esos mágicos que hay para estas cosas.”

La farmacéutica: “¿A estas horas? Pero…tendría que ir a la farmacia. Y así sin receta no puedo dárselo.”

Doña Mercedes (aparece de repente): “Mujer, no seas así. La pobre no aguanta más. Mañana pide cita  a Don Eladio, le da la receta y te la trae.”

Catalina: “¡Ay!” (Después de recibir un pisotón de Doña Mercedes) “No  aguanto más. Préstame tu baño, un momentín. Por favor, por favor, por favor.”

Doña Mercedes: “Pasa, pasa, como si estuvieras en tu casa.  Como no te va  dejar usarlo.” (Doña Mercedes entra abriendo la puerta de par en par y mirando a ambos lados mientras camina por el pasillo)

La farmacéutica: “Pero, ¿Dónde va? Hay un aseo aquí mismo. No es necesario que suba las escaleras.”

Catalina: “Gracias, gracias. Ahora salgo.”

Doña Mercedes: “¡Qué camisón más bonito! ¿Es seda natural?”

La farmacéutica: “No, es seda salvaje”.

Basilio bajando por las escaleras en calzoncillos

Basilio: “¿Ha pasado algo? ¿Por qué tar…das…tan…to...en…su…bir?”

La farmacéutica: “Pues es que…ha venido Doña Mercedes. Creo que ya se conocen, ¿Verdad?”

Doña Mercedes: “¿A ti no te da vergüenza, mal hijo?”

Basilio: “¿Se puede saber qué estás haciendo aquí?”

Doña Mercedes: “Yo he venido a acompañar a Catalina que se encuentra mal. ¿Y tú? ¿También necesitabas un jarabe urgentemente?”

Con los gritos bajan también por las escaleras los padres de la farmacéutica.

Madre: “¿Ha pasado algo, hija?”

Padre: “¿Qué hace este hombre aquí? Tápese, por Dios. No ve que hay señoritas delante. Voy a llamar a la policía para que le detengan por allanamiento de morada.”

Basilio: “Pero, ¿Qué dice este hombre? Que yo no he allanado nada.”

Catalina saliendo del baño: “¿Nos vamos ya?”

La farmacéutica: “Pero, ¿Usted no estaba enferma?”

Basilio: “¿Le has visto la cara? ¡Qué enferma ni qué nada! Esto ha sido idea de mi madre para poder entrar en tu casa a vigilar. Esa sí que está enferma pero de la cabeza.”

Doña Mercedes: “No hables así de tu madre porque te doy una torta que te pongo la cara del revés.”

Madre: “¿Tienes algo con este hombre?”

La farmacéutica: “Sí, mamá. Es una amigo con el que quedo a veces.”

Padre: “¿En casa? ¿En ropa interior? ¿Lola ha cerrado el bar y no me he enterado?”

Madre: “Mira que tienes mal gusto hija.”

Doña Mercedes: “Oiga, ¿eh? Sin ofender que mi hijo está de muy buen ver.”

Madre: “Si usted lo dice. Ahora por favor, podrían hacer el favor de salir de nuestra casa y dejarnos dormir en paz. Hija, contigo ya hablaremos mañana.”

Basilio: “Sí, mamá, vamos antes de que aquí pase algo más gordo.”

Doña Mercedes: “Pues no me da la gana. Esto lo vamos a aclarar hoy mismo. ¿Sois novios o no?”

Basilio y la farmacéutica se miran sin saber qué decir.

Madre: “¿Está usted ciega? No ve que están en paños menores. ¿Qué cree que estaban haciendo? ¿Jugando a las canicas?”

Doña Mercedes: “Mire consuegra. Ni estoy ciega ni soy una moderna de esas que consiente que su hija sea un putón verbenero.”

Madre: “Uy, ¡Qué mal va a acabar esto! O sale ya de mi casa o la saco por los pelos.”

Doña Mercedes no se lo piensa dos veces y le arrea un bofetón a su hijo.

Doña Mercedes: “O te casas con ella y la vuelves decente  o te echo de casa  y vienes a vivir a este antro de perdición.”

La madre de la farmacéutica ya no aguanta más y se lanza sobre Doña Mercedes agarrándole por el moño. Las dos forcejean hasta llegar a la puerta de la calle donde ya hay congregado medio pueblo. Caen al suelo. Basilio y la farmacéutica,  que siguen sin vestirse,  intentan separarles mientras los espectadores aplauden.

En la cocina de la Casa Rural la Rosaleda.

Oscar: “¿Has oído algo sobre la que se lió anoche en el pueblo?”

Sofía: “Nooo. ¿Qué pasó?”

Oscar: “Parece ser que Doña Mercedes pilló a Basilio en casa de la farmacéutica y se lió a leches con todo el mundo.”

Sofía: “Igual por eso no han dado señales de vida todavía.”

Oscar: “Por cierto, y tú, ¿Cuándo te has hecho eso en la cabeza?”

Sofía: “Ayer en el salón de belleza de la Pilu. En realidad, no me peinó ella. Ahora tiene ayudante. Se llama Roberta Rossi.”

Oscar: “¿La hija de Marco Rossi, el italiano que vino a buscarla?”

Sofía: “La misma que viste y calza. No veas el estilo que tiene. La Pilu ha tenido un ojo.”

Oscar: “¿Comentaron algo sobre la huida de Marco Rossi? ¿Ya se sabe por qué salió por patas del pueblo?”

Sofía: “Pues como comprenderás a mí no me contó nada. A ver si sale publicado un día de estos en el blog ese que cuelgan en el ayuntamiento.”

Oscar: “Estás muy sexy. ¿Nos tomamos un descanso?”

Sofía: “No, tengo que preparar los desayunos. Estás enfermo. Siempre pensando en lo mismo.”

Oscar: “Con el hambre que paso, no sé en qué quieres que piense.”

Sofía: “Pues búscate otra”

Oscar: “No me tientes, no me tientes que…”

Sofía sale de la cocina ignorándolo.

Dos semanas antes…

La Pilu: “Dime de qué querías hablar conmigo.”

Roberta: “De mi padre”

La Pilu: “Es un tema del que preferiría no hablar”

Roberta: “Pues vas a tener que escucharme porque nunca le había visto así. Ni siquiera cuando mi madre le echó de casa y no le dejó verme durante un año.”

La Pilu: “¡Qué maja! ¿No?, ¿Tú madre hizo eso?”

Roberta: “Eso y cosas mucho peores. Mi padre me contó lo que sucedió cuando  te conoció en Italia. Nunca le había visto tan enamorado. En realidad, nunca le había visto enamorado. Mi madre y él sólo siguieron juntos durante muchos años porque mi madre le amenazaba con llevarme a otro país para que no pudiera volver a verme. Mi padre hizo mal en no contarte que había estado casado y que tenía una hija pero es lo único que no hizo bien.”

La Pilu: “¿Había estado? ¿Ya no lo está?”

Roberta: “No. Le costó años pero al final consiguió el divorcio de mi madre después de muchas concesiones. Tuvo que esperar a que yo creciera y cederle todos sus bienes.”

La Pilu: “Pero tu madre me dijo…”

Roberta: “¿Hablaste con mi madre?”

La Pilu: “Sí, un día quedé con tu padre y apareció ella. Me dio mucha pena. Me dijo que estaba muy enamorada de él y que tú lo estabas pasando muy mal porque querías que siguieran juntos. Es más, me dijo que estaba esperando otro bebé. Ese mismo día cogí un avión y me recluí en este pueblo donde mi madre había vivido cuando era joven.”

Roberta: “Ahora lo  entiendo todo. Mi madre además de ser mi madre es una bruja pero de las de escoba y todo. ¿Por qué no le contaste a mi padre cuando estuvo aquí  que habías hablado con ella?”

La Pilu: “No quise escucharle. Pasamos unos días juntos sin salir de casa y después le pedí que se fuera.”

Roberta: “Mi padre es tonto, te lo digo yo. Y encima  perdió a mi mono Amedio. Y ahora, ¿Qué piensas hacer? ¿No vas a ir a buscarle?”

La Pilu: “No puedo cerrar el salón”

Roberta: “Por eso no te preocupes. Yo me encargaré  de todo.”


www. porsinotienesmasvacasqueordeñar.blogspot.com


“¡Menudo lío en el salón de la Pilu! Si sumamos  las clientas habituales que quieren saber todos los detalles de la historia de amor de su dueña y el italiano, a las clientas nuevas que vienen al pueblo atraídas por el cotilleo y las que vienen a probar el estilo de la nueva estilista, el resultado es  una  peluquería a reventar. Da igual la hora a la que vayas, nunca hay ni un hueco libre. En ausencia de la Pilu, la chica nueva, Roberta, está revolucionando las melenas de las habitantes de las Redes del Valle. Es tan buena con las tijeras que  se ha corrido el rumor de que  trabajaba como estilista de actrices famosas en Italia y claro, ahora  todo el mundo tiene miedo a que se marche antes de haber  probado la magia de sus dedos. ¿Habrá encontrado nuestra Pilu a su Marco Rossi? Eso no lo sabremos hasta su vuelta pero lo que si sabemos es que  por nuestro Macario no tenemos que preocuparnos.  Ya ha encontrado otros brazos en los que ahogar sus penas. Otra vez tenemos al  pueblo reluciente. Las calles están limpias esperando ver a Doña Mercedes retozando por los suelos con alguna enemiga a la que agarrar del moño. Se rumorea que dentro de nada estaremos todos de boda. La farmacéutica es otra que no para de despachar aspirinas. De repente,  ¿a todo el pueblo le duele la cabeza? El único que no ha ido es Basilio. Hay quien empieza  a decir que el hombre ha emigrado a Argentina. Con una madre placaje cerca, ¿Quién le culpa?”











miércoles, 2 de febrero de 2011

Desde que tengo uso de razón creo que ya  estaba a  dieta. Recuerdo  que mi madre estaba embarazada  y ya le decía: “No comas más mamá. ¡Para, por Dios! ¿No ves que ya  estoy como una bola? ¿Cómo coño voy a salir por ahí?  Esto está muy oscuro. A ver si me quedo tonta entre que consiguen sacarme y no con esos cucharones de metal.” Tanta brasa le di a la mujer,  que la muy vengativa  rompió aguas en una pescadería. “A ver si desde pequeña empiezas a comer sano, pesada, que el potasio es muy bueno.”
Hasta los ventitanos siempre estuve delgada. Me decía: “Mientras entres en la 36,  todo lo demás carece de importancia.”  Pero el resto del mundo se empeñaba en acabar con mi alegría: “Cuando adelgazas tanto, se te queda la cara chupada y te pones muy fea”. Yo ni caso. De toda la vida de Dios que se te marquen los pómulos y los huesos de la clavícula es sexy. Nunca he experimentado una satisfacción más grande que la de no llevar sujetador y verme las tetas a la altura de  las amígdalas.
 Cuando pesaba 50 me ponía a dieta  para llegar a los 45. Cuando llegué a los 55 soñaba con pesar 50…y así sucesivamente hasta que tuve que poner un límite. Según veo ese cruel número en la báscula saltan todas las alarmas y comienzo lo que algunos llamarían la dieta de la inanición. Me peso todos los días por la mañana,  a veces hasta de puntillas si quiero empezar el día con más alegría. Y después como verde  y  bebo té verde, rojo y de todos los colores  de lunes a viernes. Si no existieran el sábado y el domingo pesaría menos que mis hijas pero mi fuerza de voluntad es nula  cuando se trata de no salir el fin de semana. Si los médicos dicen que tomar una cerveza al día es bueno, ¿Por qué no es mejor pasar de beber de lunes y a viernes y tomarte las 7 el domingo? Quizás…Porque me tomo otras 7 el sábado??  ¡¡Médicos timadores!! Así está la seguridad social como está…

martes, 1 de febrero de 2011

¿Quién se alzará este año con el maletín de  Gran Hermano? Para mí,  la engañosa  casa de Guadalix de la Sierra  no es más que un laboratorio de lujo en el que se experimenta y se estudia el comportamiento de  un grupo de “cobayas” ávidos de dinero fácil,  tras ser sometidos voluntariamente  a unas tediosas jornadas de convivencia con seres tan esperpénticos como ellos mismos. Pero, ¿Realmente son todos lo que  parecen o es la casa y el ansia de  fama los  que  trasforman  a sus habitantes? Admito que venda el morbo pero, ¿Hasta que punto ninguno  tiene un amigo o una familiar con la piedad suficiente como para decir  a algunos que lo dejen, que salgan ya antes de ser recordados por algo,  que seguro, no les caracteriza  ni remotamente?  Es comprensible que tanto ocio te provoque pasar el día  tumbado comentando y criticando al resto. Sólo tienes dos salidas, la de ser una hiena o la de chingar sin parar para sacar fuera toda la ansiedad que te generan tus compañeros. Este año hemos llorado con alguna concursante que al verse gorda en el espejo, suplica que la expulsen  porque se da asco a sí misma. Lo que no entiendo muy bien es por qué minutos más tarde grita como una posesa porque alguien le ha robado una caja de bombones.  Y todo eso mientras unta 20 galletas maría con nocilla que engulle  como un pavo en cuestión de minutos. (Imagino a mi hermana dándome con la caja de galletas en la cabeza para que llorara por algo). También hemos disfrutado con concursantes que no han dudado en  dedicarse todo tipo de piropos a grito pelaó para pasar al momento siguiente  a revolcarse debajo de un edredón sin ningún complejo. (Aquí visualizo perfectamente a mi madre  asaltando la casa con los geos hasta sacarme de los pelos arrastrándome por todo el jardín).  Lo que más me ha escandalizado en esta edición es escuchar a una concursante dudando sobre su posible embarazo. Resulta que en el momento del calentón no le pareció necesario ponerse un condón para tirarse a un tío al que acaba de conocer y lo peor es que el niñato  en cuestión, se ofende porque si ella hubiera tenido la sensatez de decirle que estaba en un día fértil, ¡él se habría cuidado! Y, ¿¿¿Eso no debería ser motivo de expulsión????Ah, no que se me olvidaba que todos tienen un cociente intelectual superior a la media…De ser verdad, el resto estamos jodidos del todo.

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