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¿Cuántas veces has dicho “Ya no puede pasarme nada peor” y te has equivocado? ¿Cuántas veces has dicho: “Algún día me reiré de esto…pasará mucho tiempo pero terminaré viéndole la gracia”?


Si has tenido un mal día, si crees que ya no puede pasarte nada peor o todavía no has olvidado eso de lo que tardarás mucho en reírte, entra en este blog y comprobarás que no eres el único. La idea no es consolarse con las “desgracias” ajenas, sino aprender a reirse de lo que haya podido convertir tu día en un infierno.

viernes, 28 de mayo de 2010

Si hay algo tan cierto como que el mundo es redondo,  es que la cabra tira al monte. Y si ya desde pequeño desfilabas por el pasillo de tu casa fusil al hombro, es muy probable que cuando crezcas seas un cafre armado hasta los dientes y capaz de desenfundar  a la mínima ofensa.

En la habitación de Isadora

Sebastián: “Te digo que cuando salió esta mañana olía a marihuana. Tú mira en los cajones de la mesita mientras yo reviso el armario”.
Enrique: “No deberíamos estar aquí. Si entra ahora,  no nos vuelve a hablar ni en cien años que vivamos. ¿No podemos dejarla respirar un poco?”
Sebastián: “Te lo dije. ¡Mira!” (Sebastián abre una cajita de madera en la que hay un cogollo de maría). “Dios mío, lo sabía, lo sabía. Pero, ¿Por qué Dios mío?”  ¿Dónde coño la consigue? Alguien tiene que vendérsela y tiene que ser alguien del pueblo porque  el coche se lo tenemos confiscado.

Enrique se gira como si no fuera con él cruzando los dedos para que no le mire.

Sebastián: “Tú sabes algo que yo desconozco, ¿verdad? Nuestra hija drogadicta y tú tan tranquilo. Me estás  ocultando algo. Suelta lo que tengas que decir y hazlo ya.” (Sebastián apuntando a Enrique con la escopeta.)
Enrique: Mira Sebas,  yo no sé nada pero me imagino que de tener maría tiene que ser Mathias, ¿No te parece? Y deja de hacer el tonto con esa escopeta que un día vamos a tener un disgusto.”
Sebastián: “Vamos.” (Sale de la casa a paso ligero cargando la escopeta en el hombro)
Enrique: “¿Por qué no la dejamos  tranquila y lo hablamos por la noche con ella?”
Sebastián: “Esto lo arreglo yo ahora mismo. Pintoricucho de 3 al cuarto, narcotraficante, pervertidor de menores. Pero, ¿sabes de quien es la culpa de todo esto?”
Enrique: Pues no tengo ni idea pero seguro que me lo vas a decir.”
Sebastián: “¡De su madre! Toda la vida diciendo: “Algún día a ver con qué moral les decís a vuestras hijas  que fumar es malo, a ver, a ver. Todo el día  con la misma cantinela. Me tenía aburrido. Seguro que ahora tiene los dedos morados de tanto cruzarlos  para que llegara este momento.”
Enrique: “Y tú vas y le das la razón. Parecemos dos idiotas persiguiendo a la niña. La bruja de la  otra seguro que, esté donde esté,  se está descojonando de la risa a nuestra costa.”

Llegan a casa de Mathias y entran sin llamar a la puerta. En realidad Mathias nunca las cierra.  Irrumpen en el salón.

Isadora: “¡Por Dios papá! ¿Qué demonios se supone que estáis haciendo aquí?”
Sebastián: “¡Tápate! Pe…pe pe…peroooo ¿Qué haces desnuda aquí con este hippie? Enrique agárrame que yo a éste me lo cargo.”
Enrique: “Tranquilízate Sebas. Seguro que hay una explicación razonable.”
Sebastián: “Ni Sebas, ni hostias. Lo mato y punto.”
Isadora: “Deja de decir tonterías papá. Nos vamos  de aquí. Joder, Enrique podías haberme avisado…
Sebastián: “¿Cómo que podía haberte avisado? Estarás castigada de por vida. Te juro que no volverás a salir de la casa hasta que cumplas los 40, vete pensando en empezar a vestirte decentemente y lo de fumar se acabó.”

Enrique mira a Isadora con cara de súplica para que no replique. Salen de allí dejando a Mathias con el pincel en la mano.

Mathias: “Y ahora, ¿Cómo acabo yo el cuadro? ¡Qué gremio más incomprendido el de los artistas! Voy a fumarme otro porrito. Estos matones me han estresado.






Recepción de La Rosaleda. 6 mujeres de unos 30 años están esperando que alguien las atienda. Doña Mercedes está hablando por teléfono.


Doña Mercedes: “Ya me contarás que más ha salido publicado hoy. Ahora te tengo que dejar para atender a unas chicas. Sí, sí, luego te cuento…sí son guapas. Adiós, adiós. ”
 Bienvenidas a La Rosaleda y a nuestro pueblo Las Redes Del Valle. Teníais reservadas 3 habitaciones. ¿Verdad?
Helena: Sí, tres dobles.
Doña Mercedes: ¿Cómo nos habéis encontrado? ¿Por internete?

Tratando de contener  la risa

Helena: Sí, venimos a celebrar mi despedida de soltera. Queríamos un sitio tranquilo. Además en Internet vimos que tienen ustedes spa. ¿Este fin de semana estará disponible para las 6?
Doña Mercedes: De eso se encargan  mi Sebas y su hija Dorita. Por ahí entran. Sebastián, cariño, ven un momento. Estas chicas tan guapas quieren usar el span.
Sebastián: Mañana y pasado estará libre. Ya contaba con ustedes. Luego les atiendo. Ahora tengo que resolver un problemilla.

Las chicas no dejan de mirarles  mientras se alejan subiendo las escaleras. Isadora pasa delante de ellas tapándose como puede con una sábana.

Helena (susurrando a las amigas): Cacho guarras. Ahora ya sé por qué elegisteis este sitio. Seguro que en Internet salían las fotos de esos dos.
Doña Mercedes: Estas son las llaves de sus habitaciones. ………..Si hay algo que no les gusta sólo me lo tienen que decir y Oscar estará encantado de ayudarles. Se encarga del cuidado de las habitaciones. Bueno…es el de mantenimiento.
Alicia: “Yo preferiría que me ayudara el otro…el que va disfrazado de gavilán. A ese le ponía yo el sombrerito…”
Doña Mercedes: “¿Qué dices guapa?”
Alicia: “Que se me ha abierto el apetito”.
Doña Mercedes: “Es verdad. Ya es la hora de la comida. El restaurante está abierto. Mi hijo Basilio, el cocinero, ha preparado unas perdices con……….riquísimas.”

Se acerca Oscar  para ayudarles a subir las maletas mientas Sofía vigila escondida detrás de la puerta de la cocina. Lleva días sin dirigirle la palabra pero todavía no le ha dicho el por qué.

En una de las habitaciones.

Alicia: “A la que consiga llevarse a la cama a uno de esos dos, le salen gratis estos dos días.”
Helena: “Y yo, ¿Qué?”
Sara: “Para casarte con ese panoli de novio que tienes,  bien puedes participar en la apuesta. Si no se va a enterar. Y no me negarás que te ibas a dar una alegría…por una vez en tu vida no estaría nada mal.”
Valeria: “No le hagas caso. Si tú le has elegido será por algo. Además así nos lo pones más fácil a las demás. Yo me quedo con el masajista de la escopeta.”
Alicia: “Yo me pido al granjero.”
Sara: “Yo os los levantaré a las dos.”
Valeria: “¿No será mucha comida para un paladar tan fino?”
Rebeca: “Yo creo que voy a probar con el que caiga.”
Sara: “Sí, sí, tú inténtalo que seguro que lo consigues. Eres tan guapa…”
Helena: “Ignórala. Es malísima”:







Sofia  registrando la habitación de Oscar.


Sofia: “Seguro que esconde algo más. Está muy raro últimamente...y encima está esa cosa que encontré en su habitación…el muy perro no me ha dicho nada. Por lo menos me podía haber hablado de  su enfermedad.  Podría haber ido con él al médico para pedir un remedio para su desviación.”

Oscar abre la puerta de repente y Sofía pega un salto del susto golpeándose la cabeza con la esquina de la cama.

Oscar: “¿Te asusté? A lo mejor es que no deberías  estar aquí revolviéndolo todo. ¿Se puede saber qué te pasa? Llevas varios días sin dirigirme la palabra y ahora te encuentro aquí buscando vete tú a saber qué. Estas muy rara Sofia.”
Sofia: “Ah…yo estoy rara y ¡Tú! ¿Pervertido?, ¿Cómo se supone que estás?”
Oscar: “No sé a qué te refieres y no me está haciendo ninguna gracia tu tonito así que explícate eso de pervertido.”
Sofía: “El otro día encontré un juguetito, una cochinada de esas sexuales, en tu mochila del gimnasio. Dime la verdad, Oscar, ¿Te gustan los hombres?”
Oscar: “Tú eres idiota, te lo digo yo. ¡Así que lo cogiste tú! ¿Y se puede saber dónde lo pusiste? Llevo dos días buscándolo.”
Sofia: “Lo reconoces. Guarro.  Era tuyo. Esto es muy fuerte pero muy fuerte Oscar. Yo te dejo, de ésta te juro que te dejo…primero te arranco la cabeza de cuajo y después te dejo.”
Oscar: “No es mío. Lo encontré en la habitación de Almudena y pensé que estaría bien que tú y yo probáramos cosas nuevas. Cuando te lo iba a proponer desapareció de mi mochila y ya no tenía sentido contártelo porque sabía que te ibas a poner como una histérica loca.”
Sofia: “Y no te equivocaste. ¿Cómo se te ocurre pensar que yo iba a querer usar eso?”
Oscar: (Suspirando) “Lo imaginaba. Dime dónde lo guardaste para devolvérselo a Almudena antes de que lo note.”
Sofia: “Lo tiré a la basura. No quiero volver a hablar del tema. Ni siquiera sé si quiero creerte. Vete pensando en ir a confesarte con el padre Damián y hacer toda la penitencia que te ponga. Y después vamos al médico. Algún medicamento habrá para quitarte esas ideas de la cabeza.”

Oscar la mira con desesperación y sale de la habitación enfadado.

En el patio. Enrique está regando la rosaleda. Alicia, una de las huéspedes, se acerca  llevando únicamente un bikini minúsculo y caminando de manera insinuante.

Alicia: “¡Qué flores más bonitas! ¿Arreglas tú sólo todo el jardín?”

Enrique sigue regando sin levantar la vista. Alicia se pone delante de él captando su atención.

Alicia: ¡Ay! Me he pinchado con la rosaleda. Menudas espinas...
Enrique: “Forman parte de su belleza.”
Alicia: “¿No te aburres en este pueblo perdido de la mano de Dios?”
Enrique: “La verdad es que no. Tengo todo lo que quiero y todo lo que necesito.”
Alicia: “Mañana por la noche pensamos celebrar una fiesta para Helena  en algún local del pueblo. ¿Hay alguna discoteca?”
Enrique: “Aquí sólo tenemos el bar de Lola. A lo mejor os lo alquila por una noche.”
Alicia: Y a ti, ¿Te gustaría tomar algo conmigo esta noche? Mis amigas son unas aburridas.”
Enrique: “Perdona, ahí viene mi hija Gabriela. Si necesitáis algo, no dudéis en hablar con Doña Mercedes.”

Alicia se queda allí plantada con cara de pocos amigos.

Alicia: “No importa. El que la sigue la consigue. Verdad, ¿rositas? Joder con las putas rosas. Me he vuelto a pinchar. Cualquiera diría que me tienen manía.”…..


Personajes de Casa Rural La Rosaleda


PRINCIPALES:


Enrique: Padre de Gabriela, socio de Casa Rural La Rosaleda al 50%. Se encarga de los jardines de la casa, la piscina y de los animales. Viudo de Rosa. Enterró sus cenizas en el jardín para tenerla siempre cerca. Ejerce de madre de la  familia. No se ha vuelto a casar ni lo piensa pero tampoco pierde el tiempo…

Sebastián: Padre de Isadora, socio de Casa Rural La Rosaleda al 50%. Se encarga del spa junto con su hija. Ejerce de padre de la familia.  No abandona nunca su escopeta. Mantiene relaciones esporádicas con muchas mujeres pero no ha vuelto a comprometerse  con ninguna.

Isadora: Hija de Sebastián. 18 años. Se encarga del spa junto con su padre. Hippie, moderna, y liberal. Su padre piensa que vive exclusivamente  para fastidiarle a él. 

Gabriela: Hija adolescente de Enrique. 15 años.  Escribe el blog “porsinotienesmásvacasqueordeñar.blogspot.com”. Nadie se imagina que es la única que lo sabe todo. En realidad nadie conoce sus verdaderas aficiones.



SECUNDARIOS:


Doña Mercedes: Recepcionista de Casa Rural La Rosaleda, madre de Basilio, el cocinero. Vive pendiente de que ninguna golfa engañe a su hijo. Su pasado tendrá algo que ver en todo esto…

Basilio: Cocinero de Casa Rural La Rosaleda. Mantiene una relación en secreto con la farmacéutica del pueblo por miedo a la reacción de su madre.

Sofia: Camarera de Casa Rural La Rosaleda. Mantiene una relación con Oscar. Vive esperando el día de su boda aunque él ni se lo ha pedido. Un acontecimiento en su vida marcará un antes y un después.

Oscar: Se encarga de limpiar y del mantenimiento de Casa Rural La Rosaleda. Mantiene una relación con Sofía pero no la  que él querría.

Almudena: Ayudante de Enrique en el jardín y con los animales. Lesbiana.  Mantiene una relación con Covadonga, la alcaldesa del pueblo.


DE REPARTO:


Mathias: Pintor bohemio que vive a las afueras. Mantiene una relación de amor libre con Isadora. Nada valorado en el pueblo aunque algunos de sus cuadros están expuestos en El Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Catalina: Pescadera del pueblo. Enamorada de Sebastián. Le persigue sin descanso aunque nunca ha conseguido llevárselo al huerto.

Covadonga: Alcaldesa del pueblo. Mantiene una relación en secreto a voces con Almudena. Con ideas de izquierdas radicales no es muy apreciada en el pueblo. Todos creen que hubo tongo en las elecciones.

Lola: Camarera  del bar “Los Contrarios”. Casada con Hugo y divorciada de su gemelo Lucas. Acaba de tener una hija Julia. Mujer con mucho carácter que hace todo lo que le viene en gana.

Hugo: Dueño del bar “Los Contrarios”. Casado con Lola. Hermano gemelo de Lucas. Calzonazos enamorado de su mujer que no sabe decir nunca que no a nadie.

Lucas: Dueño del bar “Los Contrarios”. Divorciado de Lola. Hermano gemelo de Hugo. Amargado desde su separación. No le queda más remedio que compartirlo todo con ellos porque no tiene donde ir y el bar fue la única  herencia que les dejó su padre. Totalmente opuesto a su hermano gemelo.

Hernández y Fernández: Fuerzas de los cuerpos de seguridad del pueblo. Tratan de hacer cumplir las normas pero la mayoría de las veces son ellos las que se las saltan.

Rodrigo: Amigo raro de Gabriela con el que comparte todos los cotilleos del pueblo. Comparte con ella también sus gustos y aficiones.

Olivia: Profesora de inglés que acaba de llegar al pueblo. Huye de su marido que la persigue a pesar de tener una orden de alejamiento.

Daniel Antonio: Marido de Olivia. Denunciado por acoso y pesado. No puede evitar perseguir a su mujer e intentarlo una y otra vez.





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