Mañana vuelta al colegio. Mi hija de  3 años ya ha tomado la firma decisión de no ir.
 Empiezan  las negociaciones. No estoy acostumbrada. Con mi hija de 8 años nunca negocié. Todo era más sencillo. “O haces esto o te arranco la cabeza”. Nunca hubo discusión por la ropa. Su respuesta a la pregunta: “¿Qué te pones hoy?” era: “Lo que  me traigas”. Un chándal y unas playeras siempre han sido el fondo ideal de armario para Adriana. Podría vestirse a oscuras y le daría lo mismo porque no se fija ni siquiera si lleva las bragas del revés. Con Valentina todo es diferente. “Esto no pega con esto. Esto hace gordo. Esto queda flojo. Esto queda mal.  Estos zapatos no son divinos. ¿Cómo se te ocurre pensar que me voy a poner un chándal si no hay gimnasia?”.  Y yo me pregunto: ¿Dónde coños habrá aprendido todo eso si yo y su padre somos la antítesis de Carmen Lomana?
“Mañana vas al cole pero no te quedas al comedor, ¿vale?”
“Mami. Eres una campeona. La mejor del mundo mundial. No me quedo al comedor y tampoco me quedo a peque juegos hasta que la profe Sandra  prometa a todos los niños del colegio que este año va a ser maja”.
“Ya le pido yo  que me lo prometa a mí en la intimidad.  No es necesario que os lo prometa a todos los niños públicamente. Verás qué maja va a ser Sandra este año. No va a gritar a ningún niño como una desaforada. Va a ser la Dora la Exploradora del Teodoro Gadañón. Te lo juro. ”
“Vale. Si me prometes que Sandra va a ser maja, yo te prometo que yo voy a comer lentejas y fruta cuando cumpla cuatro.”
“Vamos….que el 19 de diciembre comemos todos lentejas para celebrarlo.”
“Noooooooooooooooooo. Ese día no. Mejor al día siguiente. El día de mi cumple comemos Nocilla para celebrarlo.”
En 3 años mi hija nunca ha probado la fruta. Lo más cerca que estuvo  fue una esquina de un trozo de melón que previamente hay sido bañado  con Nocilla y después de chupar la Nocilla dijo: “Esto no me gusta. Es fruta. Huele a fruta. Sabe a fruta.” Mi hija a sus 3 años llega a un sitio y dice: “Aquí huele a caca de perro o aquí huele a caca de vaca o aquí huele a caca de oveja o aquí huele a guantes de goma o aquí huele a cola o aquí huele a ebanistería…” Pero…¡¡¡¡¡¡¡¡¡Si nunca ha estado cerca de ningún animal!!!!!!!!!!!!!! …a excepción de su padre, claro que, por cierto,  trabaja en una ebanistería.”
No se pueden tener los 5 sentidos tan desarrollados. El único del que carece totalmente es el de la discreción…igual tiene a quien salir.
Situación: Yo, su padre, mi suegra y un amigo mío tomando un café.
Valentina mirando a mi amigo fijamente: “¿Sabías que a mi mamá le sangra el chichi?”
La cara de mi novio un poema, mi amigo con los ojos girándole 360 grados. Mi suegra descojonada. Yo: “¿Vamos a ver ya la catedral?”. Valentina: “jajajaja”.
La matoooooooooooooooooooooooooooo