¡Estoy indignada! Al final me pusieron la multa (véase entrada del día 16 abril “¿Cómo puedo ser tan idiota?”). Hasta el día de hoy yo tenía plena confianza  en el género humano pero ahora tengo que rendirme a la evidencia y darles la razón a todos los que en su día me llamaron  ilusa.


Una vez reconocida mi estupidez en público, pensé que ya daba igual hacer lo propio en persona, así que fui directamente a la oficina de la O.R.A. Lo tenía que haber grabado con el móvil para colgarlo en el blog y que quedara así constancia de lo poco que me cuesta hacer el ridículo  y lo NADA  que me avergüenzo de mi misma.


A la señorita que me atendió yo le expliqué claramente que ya había pagado la multa, que no estaba allí para suplicarle que me la quitara. Por supuesto ella desde el primer momento  estaba a la defensiva y sin ganas de colaborar. Imagino debe de estar harta de escuchar películas de ciencia ficción todos los días.  Le describí mi hazaña con el sobre el día en cuestión mientras ella me miraba con cara de “esta tía es idiota pero no se lo puedo decir”.  Y cuando terminé, le dije que lo único que  quería  saber era quien había hecho la recaudación ese día porque evidentemente se había quedado con mis 9 euros.


Me respondió que quizás, sólo quizás,  yo me estaba inventado que había metido el dinero. “Ósea,  que pago la multa y estoy tan tarada como para venir aquí a contarte lo que hice, y encima  tú me dices que me lo  estoy inventando.”. “Lo único que puedo hacer por ti es buscar la denuncia”. Y acto seguido sacó de una caja  el papel que yo había introducido en el sobre con el dinero. “Así que alguien trajo hasta aquí ese papel pero no trajo el dinero. Y para ti  veo que  es más fácil creerse que yo no lo metí y estoy montando aquí este pollo para nada,  que creer que uno de tus compañeros se lo quedó.  ¿Me estás diciendo eso?” “SÍ.”

Pues para los que hayan leído la entrada del 10 de mayo, les diré que estoy en ello…Podéis ir avisando a los agentes de la ORA que conozcáis porque yo no me concentro en balde…