“Tápame los ojos. Tengo que aprenderme tu cuerpo de memoria antes de que mañana estemos criando malvas.”

“Sólo se te ocurre a ti viajar a este país de locos y ponerte a besarme en la calle.”

“Bastante sabía yo que estaba prohibido y se podía ir a cárcel por eso.”

“En el fondo los cabrones han sido muy listos. Si reconoces mi cuerpo entre el de otras 10 mujeres, nos dejarán libres.”

“Lo que son es unos hijos de puta. Prohíben el lesbianismo pero les pone cachondos ver a dos tías comiéndoselo todo. Seguro que lo más cerca que han visto un chichi es a través de un agujero.”

“Seguro que no. Yo me decanto más por creer que les va más el rollo de ver unos cuantos juntos.”

“De todas formas, si  finalmente no te reconozco, siempre podemos salir huyendo en el momento en el que  ellos tengan que ir corriendo al baño  a hacer sus cosillas después de ver cómo lo hacemos nosotras.”

“Bueno, pues entonces deja de hablar y esfuérzate. Quiero estar en un avión mañana a estas horas y olvidar esta pesadilla.”

Con los ojos tapados, acerca su cuerpo al de su  novia. Coge su cara entre las manos y baja la boca hacia la de ella. Roza sus labios con los suyos, apretando su cuerpo cada vez más. Con la punta de la lengua le recorre los labios lentamente para sentir el tacto y el sabor  y espera hasta que ella entreabre su boca  para saborear más adentro.  Se han besado muchas veces pero no con el deseo que sienten ahora al pensar que a lo mejor es la última vez que pueden hacerlo. Mientras lo hace,  sus manos resbalan a lo largo de su espalda hasta llegar a su cintura y finalmente bajan hasta su trasero. Desliza los labios por su oreja. “¿Te gusta?”.
Mete su mano por debajo de la camisa y  roza  su pecho hasta que siente como se endurece uno de sus  pezones. Lo coge entre los dedos, aprendiéndoselo,  hasta sentir como su novia arquea la espalda.  Se quita la camisa con tanta fuerza que saltan la mitad de los botones por los aires. Ya sin camisa, agacha su boca hasta rozarlo, para después morderlo suavemente mientras baja la mano por el costado hasta la cadera. Suelta el botón de su pantalón y los baja hasta los tobillos para después quitárselos. Desliza uno de sus dedos por el borde de su ropa interior y comienza a acariciarle hasta introducirle otro dedo mientras con el otro  continua acariciándole. Sin parar el movimiento, baja su boca hasta llegar allí y comienza a besarle suavemente alrededor hasta finalmente  posar la lengua sobre su sexo. Tiene que conocerlo al detalle. Apoya sus manos en el culo de su novia  para poder mover su lengua libremente.
Le resulta imposible pensar que el resto de mujeres que le pongan, experimentarán las mismas sensaciones con sus lametones, sus chupetones o cuando la punta de su lengua se concentre para hacerle llegar a la locura.

“Conozco de memoria tu cuello, tus orejas, tu pecho, tus pezones, tu culo, tu… Mañana estaremos haciendo el amor en el baño del avión.”

“Si claro…otra vez detenidas. Tú no espabilas, ¿Verdad?”