Ayer fui al médico. Los ojos inyectados en sangre. La nariz como Milikito. La voz de Bonnie Tyler (ya me gustaría…). La tos de un enfermo de silicosis crónica.  Si Milhouse tiene razón, mi alma se me escapó ayer más de 100 veces a lo largo del día.

El diagnóstico fue más lamentable que mi aspecto. 6 años de medicina para decir: “Tiene usted alergia”. Qué risa tía Felisa. Para eso me hubiera quedado en mi casa. Desde el sofá y sin mirarme al espejo yo ya sabía más que él. Tengo alergia y además desde que era pequeña. Chúpate esa mayonesa…
“¿Toma usted algo para la alergia?”.
“No, Quiero ser la primera mártir que sacrifica su vida  en defensa de los arbolitos.  No te jode. Yo sólo quiero algo milagroso que me permita respirar.”
“En medicina sólo tenemos medicamentos, no milagros. Como mucho tome usted dos pastillas de las que me ha dicho.”

Ante tanta desidia pasé de decirle que ya llevaba días tomando dos de esas, otras dos de otro modelo y otra de otra marca distinta. He ido adoptando todas las que toman los que me rodean con la esperanza de que alguna obre el milagro.  Me acosté con la misma sensación que tengo casi siempre que voy al médico…nunca me dicen nada que no sepa…a veces hasta menos...”Tiene usted alergia, tiene usted alergia”  y…el dolor del pecho que me ruge como un tigre de bengala??? Menos mal que me tomé 3 antigripales del ejército que sino, no hubiera pegaó ojo. Luego no quieren que uno se automedique…