(En el comedor de Casa Rural la Rosaleda)


Sebastián: “Buenos días, doña Mercedes.”

Doña Mercedes: “Buenos días. ¿Te preparo una infusión revitalizante?”

Sebastián: “No entiendo a que viene su comentario. Un café será suficiente.”

Doña Mercedes: “He estado pensando que sería bueno incluir en el folleto del spa el nuevo tipo de masajes que ofrecemos. Necesitaríamos una persona sólo para concretar las citas.”

Sebastián: “Veo que se ha levantado usted hoy muy chistosa. Si quiere recriminarme algo, dígamelo a la cara.”

Doña Mercedes: “Yo no soy tu madre pero tú,  sí tienes hijas viviendo aquí y les estás dando un ejemplo deplorable.”

Sebastián: “Puede que tenga usted razón pero no es asunto suyo. ¿Dónde está Isadora? ¿No ha bajado a desayunar?”

Doña Mercedes: “Eso tampoco es asunto mío.”

Sebastián (conteniendo la respiración): “Entonces iré a buscar a Enrique a ver si él sabe algo de ella.”

Doña Mercedes: “¿Las rubias se marchan hoy finalmente?”

Sebastián:
“Sí. Dejarán la habitación a las 12”

Doña Mercedes: “¿Qué pasó ayer con Hernández y Fernández y los periodistas? Esta mañana no hablaban de otra cosa en el pueblo.”

Sebastián: “Veo que me va a dar usted la mañana. Pero de eso, yo no tuve toda la culpa.
Debería hablar con Enrique para que le cuente el chisme y si no, espere usted  que ya saldrá publicado en el ayuntamiento en ese blog que la tiene fascinada.”

Doña Mercedes: “Le preguntaré a Enrique. No te preocupes…pero tendré que esperar porque ese es otro que también debería aparecer en la publicidad de la casa rural. Entre los dos la tendríamos a reventar todo el año. Luego se quejan de Isadora…pero, ¿Qué esperarán ustedes de la vida?”

Sebastián: “Me voy. Tómese usted el café porque me va a sentar mal.” (Sebastián sale de la cocina echando humo)

Doña Mercedes (asomándose a la puerta para que todavía la oiga): “¡¡¡Milagros a Lourdes!!!”



(La rosaleda)

“Por ahí viene Sebastián. El que hace dos días que no viene a hablar conmigo es Enrique. Me temo que ya sé cual es el motivo. He visto varias cabelleras rubias en la casa. Creo que se ha olvidado de mí…al menos temporalmente. Estos hombres de la casa están desatados. Después esperarán que las niñas sean sumisas y obedientes pero con esa genética…Si no viene él a contármelo personalmente espero que se levante pronto mi Gabriela y se acerque hasta aquí a escribir el resumen del fin de semana.”

(En el bar Los Contrarios no hay ni una mesa libre y son sólo las 10 de la mañana.)

Lola: “¿Tú entiendes algo, Hugo?”

Hugo: “¿Cambiaría Don Damián  la hora de misa? A lo mejor fue a primera hora y la gente ya está aquí tomando el vermouth.

Catalina: “Ponme un café bien cargado, Lola.”

Lola: Aquí en confianza, ¿Sabe usted por qué está todo el pueblo aquí tan pronto?”

Catalina: “Pero, ¿No te has enterado? Ha venido la tele.”

Lola: “¿La tele? ¿Y yo con estos pelos?”

Catalina: “Ayer me imagino que tuvierais menos gente. Estábamos todos poniéndonos  guapos en el salón de la Pilu.”

Lola: Pero, ¿Por qué nadie me dijo nada? ¡¡Hugo, ¿Tú lo sabías?!!”

Catalina: “Parece ser que en la Casa Rural hay tres rubias muy famosas pasando este fin de semana. De esas que se han divorciado este año de sus maridos. Alguien del pueblo ha debido de avisar a los paparazzi y no veas tú la que se ha montado. Hay un montón de gente con cámaras tomando fotos de todo el pueblo y hoy vienen los del programa “Húndeme”. Por eso estamos todos aquí esperando. Como se retrasen un poco no irá ni un alma a misa. Ya verás Don Damián. Es capaz de salir a buscarnos.”

Lola: “Quédate aquí Hugo. Voy a casa a cambiarme de ropa y a arreglarme un poco.”

Hugo: “No te creo.”

Lola: “Que sí, hombre, que en estos programas siempre preguntan a los del bar.”


(En el jardín de la casa frente a la Rosaleda)


Sebastián: “Buenos días, Enrique. ¿Has visto a Isadora?”

Enrique: “Buenos días. Sí, salió pronto por la mañana.”

Sebastián: “¿Cómo que salió? Y, ¿Dónde fue? No tiene coche así que no pudo ir muy lejos andando.”

Enrique: “Creo que ayer deberías haber salido en algún momento del día del spa.”

Sebastián: “¿Vas a empezar tú también como Doña Mercedes? Porque ya sería el colmo.”

Enrique: “Que no, joder. Estoy yo como para hablar. Pero ayer nuestra hija estuvo fuera todo el día. Fui a buscarla a casa del pintor de brocha gorda ese.”

Sebastián: “¿Cómo no me avisaste? Habría ido contigo.”

Enrique: “No hubiera servido de nada porque no estaba allí. A la vuelta, Gabriela me dijo que teníamos que esperar que había salido a comprar un cosa.”

Sebastián: “¿Qué cosa? Y ¿Sin pedirnos permiso?”

Enrique: “Esperé y por fin a las 9 de la noche apareció con la cosa.”

Sebastián: “Acaba ya Enrique que se me está pasando ya toda la relajación que traía de ayer.”

Enrique: “Pues la niña se ha comprado una Suzuki, para ser más exactos una Suzuki Marauder 250. Divina. Bueno…esas fueron sus palabras. Y creo que también dijo: A ver ahora como me atáis a este pueblo todo el día.”

Sebastián: “Pero…pero…pero… ¿Quién le dio el dinero? ¿Cómo ha podido hacernos esto? ¿Por qué no nos dijo nada?”

Enrique: “Ya te he dicho muchas veces que algún día pagaríamos las consecuencias de querer tenerla aquí a la fuerza y de no darle libertad. Eres demasiado retrógrado con ella. Y con Gabriela vas por el mismo camino pero como ella es más tranquila no se nota tanto.”

Sebastián: “Y ¿Dónde se ha ido? Necesito hablar con ella. Tenemos que hablar con ella, Enrique. Hay que hacerle entrar en razón. Una moto es muy peligrosa.”

Enrique: “Dijo que venía a la hora de comer. Pero, tranquilízate o será peor para nosotros.”

Sebastián: “Y si ayer no estuvo en todo el día, ¿Quién le dio el masaje a la otra rubia?”

Enrique: “Creo que se las tuvo que arreglar con Macario. Jajaja. Se los daría en los pies. Y debió de hacerlo muy bien porque la mujer desayunó hoy a las 8 de la mañana y se fue como alma que lleva el diablo. Le veo al pobre hombre todo la tarde trabajando sin parar para adecentar un poco el pueblo. En todo el día de ayer no pegó palo al agua.”

Sebastián: “¿Macario? La gente no deja de sorprenderme. Si una estuvo conmigo todo el día y otra con Macario, la rubia que falta, ¿Qué hizo?”

Enrique dando la espalda a la rosaleda: “Como ella no quería masajes…se entretuvo conmigo todo el día.”

Sebastián: “Ahora entiendo porqué está así hoy Doña Mercedes, que no hay quien la aguante. Tenemos que empezar a moderarnos, Enrique. Esto se nos va a ir de las manos.”

Enrique: “Pero, si yo siempre estoy ahí tranquilo con mis cabras y mis flores.”

Sebastián: “Pues menos mal que estás tranquilo que si no…”

Enrique: “Estas mujeres deben de estar haciendo las maletas. Deberíamos ir a despedirnos de ellas.”

Sebastián: “Creo que no va a hacer falta. Por ahí vienen. Voy a acercarme yo para que te puedas despedir de tu rubia tranquilamente.”


Programa Húndeme de la cadena Televenticinco

Presentador: “Gran exclusiva en nuestro programa. Tenemos las fotos que confirman que Patry Rotto, Liria Broster y Natalia Chemin han superado sus traumáticos divorcios. Este fin de semana decidieron ir a relajarse a un pueblo muy pintoresco de la montaña de León, Las Redes del Valle. Y cuando decimos relajarse, lo decimos en el sentido más amplio de la palabra. Demos paso al video.”

…………………..

Presentador: “Me dicen por el pinganillo  que no podemos ofrecerles este video. Me confirman nuestros cámaras que sufrieron un pequeño ataque por parte de un par de individuos del pueblo que casualmente salían en él y les han destrozado la cámara y todas las cintas que habían grabado. No entiendo como a estas alturas de la vida, todavía queda gente tan sin civilizar en el mundo. Un momento, me dicen mis compañeros que todavía nos pueden ofrecer unas imágenes que grabaron unas horas antes del incidente en el bar del pueblo. Demos paso al video.”

Karmenchu Márchele: “Hola, buenos días, ¿Podría usted confirmarnos quienes son las tres rubias alojadas en la casa rural?

Catalina: “Buenos días, me llamo Catalina y tengo la pescadería del pueblo. Vendo el pescado más fresco que se puedan ustedes imaginar. ¿Qué me preguntaba?”

Karmenchu: Que si conoce usted la identidad de las famosas hospedadas en la casa”

Catalina: “No lo sé con certeza pero como mi Sebastián esté haciendo cochinadas con alguna de ellas me la paga.”

Karmenchu: “Vamos a preguntar a la alcaldesa del pueblo. A ver si sabe algo más. Buenos días, creo que es usted la representante de este lugar tan bonito. ¿Podría confirmarnos la identidad de las famosas que se encuentran en la casa?”

Covadonga: “Tengo una amiga trabajando allí pero detesta todo este mundo del colorín así que  no tenía ni idea de quienes son. Además no han salido prácticamente de la casa en todo el fin de semana…por lo menos al pueblo no han venido. Han estado más desfogándose por el campo pero aquí hay tanto verde que no hemos coincidido con ellas.”

Jesús Merinos: “Déjalo Karmenchu. Aquí nadie suelta prenda. Tendremos que llamar a los que nos avisaron y pagarles para que nos den toda la información.”

Karmenchu: “Será lo mejor. Con esta gente no podríamos hacer ni un montaje, ni posados, ni robados, ni ná. ¡Qué gente más sosa!”

Presentador: “Mañana les ofreceremos  nuevas imágenes. Las 3 rubias ya se encuentran en la capital  y hoy intentaremos hablar con ellas para que  nos cuenten su versión de los hechos. Esperamos hayan disfrutado tanto como se rumorea. A lo mejor tenemos que visitar todos ese pueblo y su famosa casa rural…”

(En el bar Los Contrarios todo el mundo viendo el programa Húndeme)

Lucas: “¿Y eso es todo lo que sacan de nuestro pueblo?”

Lola: “Todo el mundo como locos en la peluquería y vestidos de noche vieja para que no hayan sacado nada.”

Sofía: “La culpa no fue toda de ellos.”

Oscar: “¿Qué quieres decir?”

La farmacéutica: “Creo que si Enrique y Sebastián no les hubieran arreado unas buenas leches a los fotógrafos, habrían sacado más videos pero me da a mí que no les dieron más opciones. Los que cobraron también  de lo lindo fueron Hernández y Fernández.”

Catalina: “Pobrecicos. Sólo a ellos se les ocurre llamar a la tele.”

Macario: “Esos periodistas son unos asquerosos que viven de la vida de los demás. Me parece fenomenal que les rompieran todo.”

La Pilu: “Claro… ¿Tú, qué vas a decir si eras una de las figuras estelares de la grabación?”

Catalina: ¿Eso han sido celos. Lo que todavía nos queda por ver…”