Si estás estancada en una de esas relaciones que consiste básicamente en mirar al teléfono esperando a que suene. Déjalo ya. Es destructivo y tu tiempo irrecuperable.


En la vida ante todo hay que ser práctico. Hazte siempre la misma pregunta: “Si mañana me muero, ¿Qué hice hoy?”. Si la respuesta es: “Hablarle al teléfono y decirle que suene” no sabes usar tu preciado tiempo. No te engañes. Los milagros ni en Lourdes.



Cuando nos enamoramos vemos menos que un gato de escayola pero alguien que no te llama o nunca tiene tiempo para verte, no te quiere. Si de algo estoy segura es de que el que no come en casa está comiendo de restaurante. Para algunas cosas no pasan hambre ni en África.

Como para cualquier adicto a algo, lo más difícil será reconocer que no te quiere pero eso es como cuando te depilas, cuanto más rápido lo hagas, menos tiempo te duele.



Hay que aspirar a levantarse cada mañana con alguien que se despierte todos los días “entusiasmado”, y que antes de abrir los ojos ya te diga lo rica que estás. El cariño no se puede mendigar. O te lo dan o no te lo dan pero no se pide. Y si no te lo da uno, ya te lo dará otro.


No te equivoques, donde estaba ése, había más…y mejores…y a muchos los puedes catar sin sentir que te hacen un favor. Y todo eso no te lo puede dar el teléfono. Deja de mirarlo.