La gente se empeña en decir que  no le gusta Belén Esteban, pero después se come la Noria como si no hubiera más de 60 canales en la tele.
Deduzco que por el mismo extraño motivo que hace que algunas personas se comporten de una manera tan contradictoria, otros se sienten ofendidos de alguna manera por lo que escribo (mi blog…o yo, que viene a ser lo mismo), y aún así entran todos los días  a ver si pongo algo “interesante”. Pero,… ¡Si en los kioscos hay cientos de revistas con las que entretenerse!
La idea del blog siempre ha sido “riete de la vida en general y de ti mismo en particular.” El que me conoce un poco sabe que predico con el ejemplo. Si escribo entradas sobre mi vida la gente se ríe,  o bien de las cosas que me pasan o bien de lo lerda que soy a veces. Si escribo entradas “criticando mi actitud” ante muchas circunstancias de la vida,  los lectores también se ríen  y si me apuras  un poco, se unen a mis “autocríticas”. El problema siempre  viene cuando escribo sobre situaciones  que suceden a mí alrededor y eso irremediablemente ya  implica a más personas. En estos casos no entiendo muy bien por qué, pero algunas personas interpretan automáticamente que escribo única y exclusivamente sobre los demás. Resultado… ya no le ven tanta gracia al asunto, y lo peor de todo, dan por hecho que lo hago desde fuera, como una mera espectadora que lleva colgado  un cartel que dice: “Basurillas, yo soy perfecta…y vosotros una puta mierda.” Gracias a Dios, esto no le ocurre a todo el mundo. Los hay un poco más avispados que deducen al instante que cuando escribo sobre los demás en general, estoy  escribiendo sobre mí en particular;  Que cuando hablo de ciertas actitudes lamentables muchas veces,  también hablo de mis actitudes; Que cuando describo actos  con los que algunos se dan por aludidos y paradójicamente  ofendidos, describo a menudo mis actos. La diferencia radica en que  cuando yo me doy por aludida y también por ofendida viéndome reflejada en algo que no me gusta, automáticamente  cambio de actitud…o por lo menos lo intento…no critico al que me abre los ojos.
Cuando aparecen el 90% de los personajillos del Sálvame  en la tele, cambio de canal y si  no me gusta lo que escribe alguien, no compro sus libros. Pero si a pesar de mis buenos propósitos,  me perdiera tanto  el morbillo que  no pudiera  perderme ningún capítulo, y encima  no me aguantara sin criticar, lo haría…también lo haría… pero con nombre y apellido. Por lo menos para despejar la curiosidad de la morbosa pirañita que escribe.