¿Crees en los cuentos de hadas? ¿Has perdido  alguna vez  un zapatito de cristal corriendo delante de un príncipe azul? Yo pierdo de todo y todos los días pero un zapato nunca. Sí  es verdad que en una ocasión  se me partió el tacón de aguja  justo cuando pasaba delante de un ex al que miraba con cara de: “Mira lo que te has perdido, tonto”. Nunca me buscó para devolverme el tacón…ni él ni sus pajes.  Desagradecido. ¡Qué difícil es parecer sexy cuando sólo sabes evocar a Lina Morgan!

¿Algún  hada madrina juguetona  convirtió una sencilla calabaza en una suntuosa carroza  de baile para ti?  A mí me habría gustado llegar a alguna fiesta en una lujosa limusina tipo barco velero, que un hombre  vestido de Armani me abriera la puerta  y con la mejor de sus sonrisas me diera la bienvenida al bajar con un modelo de escándalo. Sigo esperando que me inviten a algún evento de este tipo,  pero no me quejo. Una vez fui a algo parecido y lo hice en un seiscientos de los más antiguos, cuyo claxon  no dejó  de sonar durante más de 20 minutos. Algún fallo en el contacto me jugó una mala pasada. Modelo no lucí. A ver quien se atrevía a bajar del coche con semejante escandalera. Y  desapercibida no pasé. Lo juro.  Menos es nada…

¿Qué pasa después del “y vivieron felices y comieron perdices”? ¿Cómo acabarían realmente las películas si nos mostraran el “7 años más tarde” después de los finales felices? ¿El príncipe volvería a correr detrás de ti? ¿Le parecería igual de sexy agacharse por una zapatilla de felpa? ¿Habría suficiente espacio en el seiscientos para un montón de niños?  Llegados a este punto, a lo mejor se mataban entre ellos por comerse la manzana envenenada y permanecer dormidos 100 años más…