Mi novio ha decidido convertirse en cabrero y desde que tomó la decisión su frase favorita es: “No me apoyas”. Ya tenía 3 cabras en casa (sus hijas y yo) pero no le parecía suficiente. No es que yo no le apoye pero es que yo de Heidi no tengo nada. No me gustan los animales…ninguno. Tengo un amigo que dice que no te puedes fiar de las mujeres a las que no les gustan ni los animales ni el queso. Yo pertenezco a ese grupo. Y ahora mi novio va a tener animales y queso a raudales. ¡Qué yupi!

Las cabras no han llegado todavía pero ya tenemos pulgas. No está mal para empezar. Y lo peor es que sólo nos pican a nosotras. Ya es mala leche. Ahora está prohibido entrar en casa con la misma ropa con la que esté en la nave. El otro día se olvidó cambiarse antes de venir a casa y le hice desnudarse en el descansillo de la escalera. ¡Le pareció mal! No importa. Yo prefiero que le vea alguna vecina a que entre un bicho de esos en casa. A lo mejor se refiere a eso cuando dice que no le apoyo…A eso y a que todavía no le he dicho ni una sola vez que va a salir bien, que siga adelante. Yo prometo pedirle disculpas si me equivoco. Por algo hay que empezar. Y después si tengo que hacerle la ola pues se la hago.
Ya han comprado 80 cabras pero están buscando más y resulta que están agotadas. A ver si va a ser el negocio del siglo…