Con la tecnología de Blogger.
¿Cuántas veces has dicho “Ya no puede pasarme nada peor” y te has equivocado? ¿Cuántas veces has dicho: “Algún día me reiré de esto…pasará mucho tiempo pero terminaré viéndole la gracia”?


Si has tenido un mal día, si crees que ya no puede pasarte nada peor o todavía no has olvidado eso de lo que tardarás mucho en reírte, entra en este blog y comprobarás que no eres el único. La idea no es consolarse con las “desgracias” ajenas, sino aprender a reirse de lo que haya podido convertir tu día en un infierno.

martes, 30 de noviembre de 2010

Ay...el fútbol. Ese deporte con tantos enigmas sin resolver para mí.

Yo no me imagino ir caminando  por la calle y que los hombres se lancen al suelo a cada momento tapándose la cara o agarrándose las rodillas como si alguien se las hubiera partido por la mitad. Cualquiera pensaría: Pero… a éste ¿qué coño le pasa? ¿Por qué se revuelca por el suelo si sólo le he dado un simple codazo sin querer? Es más,  les parecería hasta de mariquitas y criticarían a cualquier debilucho que lo hiciera. Pero, entonces…llega Messi, casi 100000 personas en el Camp Nou con los ojos puestos en él,  y  se lanza al suelo tapándose la cara cuando todo el mundo ha visto que Carvalho no  le ha tocado ni con el codo. Más de un minuto boca abajo con las manos en al cara como mi hija Valentina cuando tiene una pataleta. ¿Qué pasará por su cabeza en esos 60 segundos? “¿Me froto la cara contra el césped a ver si sale sangre?, ¿Me meto el dedo en la nariz y me hago sangre?, “Uy…si da igual lo que haga, ya me han sacado la amarilla. ¡Madre!, ¡Qué ridículo más espantoso! Pues me voy a tener que levantar. Anda…si ya han reanudado el juego. Pero… ¿Por qué me ignoran si soy Dios?”

Después llega Sergio Ramos, coge otra rabieta más grande aún que cuando a mi hija le quitaron los cromos repes de Hello Kitty  y se lía a tortas con todo el mundo. Sólo faltó que le tirara de los pelos al árbitro. Patada en la espinilla, manotazo, y tortazo. Hasta las mujeres en la lucha en el barro me parecen más masculinas.

90 minutos en los que unos jugaban al fútbol y otros al escondite con tan poca suerte que no llegaron a encontrar la pelota en ningún momento.  Al final, los primeros se aburrieron y empezaron a jugar a los cinco lobitos como niños de 6 meses  y los últimos a “¿jugamos a empujarnos?” como niños de 5 años. Si  pienso en las sumas astronómicas que perciben por jugar como niños pequeños…Ahora entiendo por qué mi novio siempre me dice: “Déjalo Rosa, nunca tuviste infancia”.

lunes, 29 de noviembre de 2010

8:30 AM.  EBANISTERIA DEL VALLE. Jaime, un carpintero perfeccionista y enamorado de la madera,  da los últimos retoques a un paragüero en el que lleva trabajando algo más  de una semana. Lo mira con orgullo y dice en voz alta: “Mañana al barnizador. Te llamarás Nicolás”.

Esa noche, Jaime tiene un sueño muy extraño. Su hada madrina, (Liébana), visita el hogar familiar. Lleva días pensando cómo puede ayudar al honesto carpintero. Nada más atravesar el umbral,  el paragüero capta su atención.
Tanto,  que ipso facto toma una extravagante decisión. Agita su varita mágica en círculos sobre el paragüero y trascurridos 5 segundos, éste queda convertido  en un niño de verdad: El divertido y saltarín Nicolás.

Cuando Jaime se despierta  no da crédito a lo que ven sus ojos. Nicolás se mueve, camina, habla y se ríe  como un niño de verdad. Se pone tan contento que le pide que vaya  a la  tienda de muebles que tienen en CALLE ROA DE LA VEGA, 22 para que todo el mundo conozca la magia de sus muebles. Está convencido que a partir de ese momento, la gente que pase por allí deseará tener  un mueble SAN NICOLÁS. Por miedo a que pueda ocurrirle alguna desgracia, Jaime coge el lápiz rojo que siempre le acompaña detrás de la oreja y le dice: “Pepito Grillo, cuida de mi hijo Nicolás como lo has hecho hasta ahora de mí.”

De camino a la tienda, Nicolás se hace  amigo de otros muebles de mala calidad hechos en melamina. Ignorando los sabios consejos de Pepito Grillo y el deseo de su padre, Nicolás decide seguir a sus nuevos amigos en busca de aventuras. Enfadada al ver esta situación, el hada Liébana lanza sobre él un hechizo. Por desobedecer a su padre, envuelve su preciosa madera de ébano  con papel de periódico: “Cada vez que digas  una mentira, encogerás y encogerás hasta convertirte en un paragüero insignificante en el que nadie se fijará”. Nicolás va transformándose poco a poco  en una simple papelera. La gente empieza a tirarle  dentro todo tipo de  porquerías y Nicolás termina no soportando su propio hedor. Arrepentido, decide buscar a su padre. Pero por desgracia,  éste ha sido secuestrado por la competencia. Quieren que les rebele sus secretos como ebanista para que sus muebles tenga  el mismo acabado mágico que los Muebles San Nicolás.

Nicolás, con la ayuda de  Pepito  Grillo, el lapicerillo,  decide  rescatar a su pobre padre que lleva ya días sin trabajar por su culpa. Cuando por fin lo encuentra, ambos se abrazan y  lloran mientras deciden cómo escapar de allí. Encienden una fogata y los secuestradores temiendo que su negocio se convierta en cenizas, les echan a patadas de allí.

Nicolás regresa  a casa y a la tienda. A partir de ese día vivirá  feliz con sus padres y su hermanita Lara.  Jaime vuelve a su trabajo. Tiene la responsabilidad de cumplir los sueños de mucha gente  que desea  un mueble San Nicolás a toda costa  en su casa.

 Si algún día pasan por Mueble Artesano San Nicolás puede que encuentren allí a Nicolás. Su padre  se acerca sólo de vez en cuando a firmar autógrafos. Prefiere  mantenerse en el anonimato de su ebanistería. Los artistas ya se sabe

viernes, 26 de noviembre de 2010

Que mi hija Adriana es muy guapa, no lo puedo negar. Me lo dicen constantemente. ¿Qué sentimiento me provoca? Orgullo no especialmente. Después de todo, genéticamente yo sólo contribuí como recipiente. Tranquilidad sí. Soy consciente que muchas cosas en la vida le serán más fáciles que a otras personas. ¿El físico importa? Si te llamas Bill Gates no. Tu cerebro basta. Pero… ¿Y si te llamas Sara Carbonero?  Eso ya habría que preguntárselo a los 5000 licenciados en periodismo que están en paro. Sin embargo, a ella se la rifan las cadenas ¿Será por las  asignaturas que le faltan para acabar la carrera?

¿Habéis visto alguna vez a una presentadora de noticias o deportes fea? Ana Blanco no cuenta. Me veo en el geriátrico cuando sea mayor, encendiendo  la tele y ella allí,  en la pantalla presentando el telediario de la 1ª, impertérrita cual muñeco de ventrílocuo. Sin embargo… ¿Cuántos  presentadores  de noticias o deportes conocéis interesantes, que no digo ya buenorros? Queda excluido Iñaki Gabilondo (Confieso aquí,  públicamente que desde que era pequeña ya soñaba con ser entrevistada por él cuando fuera famosa). El resto son para echar a correr si los encuentras de noche en un callejón. Entonces…, ¿Por qué todas ellas tienen que ser muñecas de porcelana?

 Para ser presentador tienes que ser bueno en tu trabajo pero para ser presentadora tienes que estar buena. Si un presentador feo habla, escuchas lo que dice. Si una presentadora fea habla, piensas: “Pero… ¿De dónde habrán  sacado a esa cosa?”.

Comparemos: Leticia Ortiz con Alfredo Urdaci, Susana Griso con Matias Prats, Marta Fernández con Pedro Piqueras, Cristina Saavedra con Hilario Pino, Javier Ruiz con Helena Resano…..

Ver  en la lista de los  presentadores más guapos de noticias a José Antonio Luque ya me da una idea bastante clara sobre  cómo está el resto del género.


martes, 23 de noviembre de 2010

Mi irrepetible e inigualable amiga Helena dice que toda mujer de verdad debería tener una boa de plumas, así que para mi cumpleaños me regaló una de plumas color rojo puta,  ideal para actuar en el Folies Bergere.
Estoy barajando la posibilidad de llevarla a la  cena de empresa de Navidad. He oído que va a haber lentejuelas, palabras de honor (que nombre tan tonto para un escote), tacones de aguja… ¿Y los hombres? ¿Sacarán brillo a sus zapatos de charol o cambiarán los cordones de sus  habituales playeros por unos de color dorado burbuja freixenet? En realidad,  da igual el diseñador que elijan  porque al igual que en todas  las bodas, nadie se fijará en los “novios”.
El lema de toda celebración de este tipo no varía: “Antes muerta que sencilla”. La que ya sabíamos todos que estaba buenísima, pasará desapercibida. Al fin y al cabo es un día más en el que está que se sale. Pero…dice mi amigo Gustavo que las que cuentan de verdad  son “las vecinitas”, esas que han pasado una y mil veces por delante de ti y en las que tú  nunca has reparado. Pero  llega una cena de empresa y dices: “Joder, con la vecinita. Menudo culo.” Desde ese momento no puedes dejar de pensar en la vecinita, en su culo y en esas tetas tan bien puestas que hasta ahora siempre llevaba camufladas bajo un jersey de lana gorda. A partir de ese momento, las que están tremendas ya han pasado a un segundo plano. A fin de cuentas ya antes las considerabas  diosas inalcanzables. Pero la vecinita es tan cercana… ¡Y encima la tía es simpática, joder!
La gente empieza a beber y “los palabra de honor” que en un principio eran muy glamurosos,  empiezan a decaer. Las que salieron con las pinturas de guerra de los sioux se van pareciendo cada vez más a la bruja Lola. Los hombres a partir de las 3 de la mañana ya nos ven guapas a todas sin distinción. A las 4 llega  la hora de la exaltación de la amistad y a partir de ahí… fuera el protocolo.
Lo peor: La gente que al día siguiente cuelga las fotos del delito en el facebook.
Lo mejor: Lo bien que nos lo pasamos todos por una noche a pesar de todos los telares que preparamos todos los días.



lunes, 22 de noviembre de 2010

“Mira mamá, he hecho una agenda. Necesito los números de teléfono de mis tíos.”
“Espera que ahora te los digo.”
“¿Por qué no le dejas el teléfono y que los busque ella?”
“No sabe.”
“Si no la dejas probar, no aprenderá nunca.”


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“¡¡¡Mamá!!! No se ve nada en la pantalla.”
“¿Qué le has hecho? ¿Por qué está la pantalla en blanco?”
“Yo no he hecho nada. Se puso así de repente.”
“Si, claro, ella sola, por arte de birlibirloque ¡¡¡3 hurras por las ideas geniales de Dani!!!”

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“A ver qué la pasa al teléfono”
“¡¡¡Quita!!!. Voy a probar la tarjeta en tu móvil.”
“No tienes educación ninguna. Grosera.”

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“¡Dani!, ¡Ayúdame!”
“Vete a cascarla por ahí.”
“Joder con el educado…”

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“Pero… ¿Qué haces con las pinzas de depilar en mi teléfono?”
“Diseccionarlo…no te jode.”
“No me puedo creer que seas tan bruta. ¡Has puesto la tarjeta al revés! Ahora entiendo porque ponen el dibujo al lado…para las analfabetas funcionales como tú. ¡¡¡Has encajado la tarjeta!!! ¿Te sientes mejor ahora que ninguno de los dos tiene teléfono?”

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“Vamos niñas que hemos quedado”
“¿Qué hora es?”
“Acaso… ¿Tengo móvil? Mira a ver qué pone el tuyo. Uy, no…pero si tienes que hacerle la autopsia.”

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“Quedé en hacerles una perdida cuando llegáramos.”
“Ala…mira a ver si las cabinas hacen eso.”

Pero,…¿¿¿¿¡¡¡¡¡CÓMO VIVÍAMOS ANTES SIN MÓVILES????!!!!



viernes, 19 de noviembre de 2010

Trabajo en una empresa en la que todo el mundo tiene mucho que callar y aún así todo el mundo parlotea  incesantemente. Como en muchas otras, todos nos consideramos imprescindibles cuando, en realidad si desapareciéramos mañana,  la vida seguiría igual.  Subestimamos el trabajo de los demás porque en general estamos plenamente convencidos que todos son unos putos  inútiles…menos nosotros…claro. Observamos y analizamos los fallos de los demás ignorando vilmente los nuestros (No nos da la concentración  para tanto). Criticamos en unos lo mismo que alabamos en otros y viceversa. Entramos en un  conflicto bélico incesante de  manera gratuita. Es el fruto de estar  con el hacha en pie de guerra inagotablemente. A veces tengo la sensación de que vivimos como esas divorciadas con hijos que dedican el resto de sus vidas a joder a sus exmaridos en lugar de disfrutar de su propia vida.
Llegan las cenas de Navidad y como no…las de empresa. Esas en las que los jefes bajan, que no se rebajan, al nivel de los empleados matándose por demostrar que son guays y que todos podemos ser colegas. Y es que colegas somos…lo que no somos es amigos. Si todos tuviéramos eso claro, todos disfrutaríamos por igual sin perder el norte. Ir de cena no consiste en celebrar una terapia de grupo para conseguir que todo el mundo se quiera. Para eso están los psicólogos y en este caso en concreto,  de una especialidad todavía desconocida.  Ir de cena de empresa solamente se basa  en comer y beber mientras te echas unas risas con colegas. Necesidades básicas de todo ser humano que no requieren de  un gran esfuerzo mental.
Tú haces una simple pregunta: ¿Vas o no vas? y en lugar de encontrarte las dos únicas respuestas posibles, lees: “¿Quién va?, ¿Dónde va a ser?, ¿Cuántos se han apuntado? ¿Va la jefa?”.  
Como todas las bodas, una cena de empresa es fuente de todo tipo de críticas y comentarios. Críticas previas a los esquiroles que no van. Críticas de los esquiroles a los hipócritas que se juntan por una noche. Los que se amotinan y no respiran a dos días de apuntarse. Críticas post a los modelos, a los que se emborracharon, a los que no lo hicieron, a la jefa. Fotos del delito en el facebook (nunca he entendido muy bien por qué la gente las cuelga voluntariamente). Críticas a la que se encarga de organizarla…cuidado con éstas que ya me encargaré yo de escribir una entrada contando los detalles…

jueves, 18 de noviembre de 2010

Es humillante tener que escuchar “Te lo dije” a alguien que te está apuntando con un dedo inquisidor cuando tú sabes que las has cagado y encima, no será porque no te  había avisado. Esas palabras retumbarán en tu cabeza durante días. Pero si eso es humillante, más frustrante aún es que nadie te conceda el derecho a decir: “Te lo dije” cuando es otra persona la que la ha mangado. En ese momento, de ganas le meterías el dedo en el ojo y le darías vueltas a ritmo de: “Te-lo-dije, Te-lo-dije y TE-LO-DI-JE”.

No hay nada mejor para desahogarse que darle de hostias a uno pero si no puedes porque ves que no estáis de igual a igual y además condenas cualquier forma de violencia, ¡Qué menos que tener el derecho a la pataleta! Y si no te lo dan, pues sin darte cuenta, te empieza a hervir la sangre, entras en combustión espontánea, y sacarías la recortada: “Yo no me quejaré, no, pero tú tampoco. Es más, tú no harás nunca nada más en la vida.” (http://efectos-de-sonido.anuncios-radio.com/ametralladora-fusil.mp3)

¿Dónde se vio que el culpable en lugar de agachar las orejas y pedir disculpas se ponga gallito y te diga que no le marees con tus reproches? Yo sé donde se vio y donde se sigue viendo pero dudo mucho que se vuelva a ver. Hasta ayer no tenía permiso de armas pero un día más tarde ya tengo la escopeta cargada.

¡Espabila pa otra vez, mema! Se titula la película.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

HOMBRES DEL MUNDO!!!!

El invierno ha llegado y la vida en pareja es muy dura para todos. ¿A vosotros os molestan nuestros pijamas de felpa? Pero… ¿Cómo tenéis el valor de quejaros? Vosotros que pretendéis chingar con los calcetines puestos. Con sólo pensar en el roce de su tela áspera, me ha salido un herpes en la pierna derecha.

¿A veces tenéis la horrible sensación de estar echando una instancia para conseguir pasar un rato agradable con vuestra pareja debajo de las sábanas? Puede ser…pero de primeras, no deberías  enfadaros. Han pasado ya muchos años desde aquella época idílica del “aquí te pillo, aquí te mato” en la que no sé ni para que nos  poníamos  bragas si pasábamos  más tiempo con ellas por el suelo que arriba. Recuerdo  con nostalgia cuando presumíais  de tener un radar con más precisión que el de  la benemérita. Era escuchar el ruido de una cremallera o un velcro en 60 metros a la redonda, y ya estabais  allí dispuestos a poner una multa con la porra en alto. Sin embargo, años más tarde  nos contoneamos  delante de vosotros  luciendo nuestra  última adquisición de lencería fina y sólo escuchamos: “¿Puedes apartarte que no veo la tele?” No se os levantaría ni con una polea.  

¿Que siempre es cuando nosotras  queremos, como nosotras  queremos y donde nosotras queremos?…Nos  gusta. Esa sensación de poder nos  gusta, no tanto como lo que sentimos  después,  pero casi. ¿Fue vuestra mamá la que os dijo que la vida era fácil? Pues deberíais saber que ella hacía y sigue haciendo  lo mismo con papá.

¿Queréis que las cosas cambien?

  1. La frase: “Ya tengo pareja fija,  me relajo y paso de todo” borradla de vuestra agenda.
  2. Cuidaros tanto  o más que cuando nos conocimos. No esperéis al divorcio para poneros estupendos de nuevo. Si  nosotras nos hemos comido los michelines, no entendemos por qué otras se tienen que comer las chocolatinas.
  3. Si nos quedamos embarazadas, engordamos nosotras. Lo vuestro no es necesario. No lleváis una vida dentro aunque al cabo de 9 meses lo parezca.
  4. No queréis pijamas de felpa, pues dormid sin ropa.
  5. Decidnos lo estupendas que estamos todos los días. Si nos lo creemos, lo fomentaremos. Si lo fomentamos, os gustaremos aún más y volveremos al “aquí te pillo aquí te mato” que nos gusta tanto a todos.








martes, 16 de noviembre de 2010

MUJERES DEL MUNDO!!!


El invierno ha llegado y este año queda terminantemente prohibido llegar a casa y ataviarse inmediatamente con el pijama de felpa. 3 días a pan y agua para la que meta el jersey por dentro del pantalón; 4, si usas  bragas cuello tortuga;  5, si metes el jersey por dentro de las súper bragas estirando los picos por debajo de la puntilla; 6, para la atrevida que para rematar la indumentaria se ponga calcetines de lana (de esos que ni para ir a podar árboles) por encima del pantalón; 7 días si todavía tienes frío y culminas con la bata de guatiné.

Con esa pinta, ¿Cómo no van tener éxito los club de carretera?

Ayer en la reunión del cole de mi hija la profe hablaba y hablaba y yo contaba y contaba. Por un lado, 20 madres. Por otro lado, 0 padres.

MUJERES DEL MUNDO!!!!

Superemos ya  la fase en la que el hombre era cazador y salía por la mañana a cazar el mamut y la mujer era recolectora. El campo nos tiene que dar alergia.

La profesora seguía blablabla, blablabla, y yo seguía contando “madres en la vida” de esas que suspiran y dicen: “Ay, los hijos” como si tuvieran 80 años.

MUJERES DEL MUNDO!!!

Si no quieres arreglarte y pintarte o vestirte divina, por lo menos lávate el pelo, tiñe esas raíces negras sembradas en medio de un campo de trigo grasiento, tira el coletero a la papelera más cercana  junto con esos playeros que yo no pondría ni para ir a ordeñar las cabras de mi novio. ¿Quién te dijo que  un plumas hasta los tobillos te hacía sexy? ¿Acaso el muñeco de Michelín lo es?

¡Dios mío!¡Cuanto daño ha hecho el refrán de “ande yo caliente, ríase la gente”.

Y ya por último pero no menos grave: Cadena perpetua para la que tenga el valor de meter  una botella de Mimosín de dos litros,  llena de  agua caliente dentro de la cama. ¡Viva al antítesis de la lujuria!

Antes de parecer madres en la vida al borde del desahucio, tenemos que aspirar a ser MILF (Mothers, I´d like to fuck you)



lunes, 15 de noviembre de 2010

“Me encanta tu hija. Es muy trabajadorina, muy responsable, ordenada, curiosina. Además, es un encanto. Súper cariñosa.” Esta es la frase que irremediablemente vengo escuchando sobre mi hija Adriana  un año tras otro en  boca de  diferentes profesoras. Yo las escucho con paciencia (me sé el discurso casi de memoria), las miro perpleja y me muerdo la lengua por no preguntar: “Pero, ¿De quien me está usted hablando? ¿No habrá confundido las citas en la agenda? A lo mejor mi hija tiene  algún tipo de trastorno bipolar.

Trabajadorina: Hoy han repartido los papeles de la función de Navidad. Salgo toda orgullosa porque le he conseguido uno de los más importantes, el de Caperucita Roja. (Me he tenido que inventar que ya tenía el disfraz pero todo sea por ejercer de madre modelo). Pues no va y se enfada conmigo porque por mi culpa va a tener que aprenderse no sé cuantas líneas más que el resto.

Responsable: “¡¡Mamá!! Es jueves y otra vez vengo a clase sin la carpeta transparente de música. Me da igual. Le pienso decir  a la profesora que mi madre todavía no ha encontrado el momento  para   ir a comprármela. No me la pienso cargar por tu culpa.”

Un encanto:    “¡Eres la madre más pesada del mundo! Nunca he conocido una madre más pesada que tú.” Esta es su frase de buenos días a lo largo de todo el año. Y después: “Papá me deja…” “Papá me da…” “Papá me hace…” “Papá, papá, papá…”
                        “¿Tú ves a papá? No, ¿verdad? Pues ala, ya estás perdiendo el culo vístete, péinate, lávate los dientes y bébete la leche antes de que yo llegue a la puerta.”
                        “¡¡¡¡¡Pesada!!!!!”

Cariñosa:       “Quiero más a papá que a ti. A ti también  pero…no tanto.”
                        “Me parece bien pero ese tipo de cosas no se dicen, Adriana.”
                        “Sí, claro,  para que luego me riñas por decir mentiras.”
                       
Ordenada:      “Adriana, recoge la ropa limpia  en la habitación y lleva  la ropa sucia a la lavadora.”
                        “¿Por qué tengo que hacerlo si ya ha venido mamá?” (Esa fue la bienvenida al llegar de México.) “Adiós, papá. Ya no estamos en el ejército.”

            Según las profesoras es  la alumna modelo, la niña modelo. Ojalá yo  fuera de esas madres que son incapaces de ver ningún defecto en sus hijos. De ser así, sería  la hija modelo y yo,  la madre perfecta de esas que van gritando por ahí: “Yo por mi hija matOOOO!!!!”

           

jueves, 11 de noviembre de 2010

Situación:

Terraza de 1x1, 5 metros. Tendal de 5 metros de ladrillo visto  a ladrillo visto. Lleno de ropa mojada. Un hombre, MI HOMBRE para ser más exactos, es capaz durante una semana seguida, 3 veces al día, de salir a la terraza, abrirse paso entre la ropa, (primero mojada, ahora ya como una pasa), asomarse a la ventana, fumar y hacer el recorrido inverso. Nunca se pregunta: “¿Qué hará esta ropa aquí?, ¿Cómo llegó?, ¡Uy, mira, ese tanga tan mono. Voy a recogerlo que hace mucho que no se lo pone!

Situación:

Cesto de la ropa sucia. Capacidad de 8kgs. Un hombre, la bestia parda de MI HOMBRE para ser exactos, es capaz de batir el record Guinness de aplastamiento de ropa y conseguir que entren 25 Kg. sin que las tiras de mimbre del sufrido cesto salten por los aires chocando con los 25 Kg. de ropa que llevan una semana suicidándose con pinzas de madera.

Situación:

Cualquier parte de la casa, véase, cajones, despensa, frigorífico, mesitas…Un hombre, el Rompetechos de MI HOMBRE para ser exactos, es capaz de abrir cualquiera de estos Triángulos de las Bermudas, y pronunciar irremediablemente la misma frase: “Pues no sé, hija, pero yo no lo veo. No lo encuentro por ningún lado.”

            Para todos los hombres que afirman, sospechan o están seguros de que a las mujeres nos gusta limpiar, les aclaro que es una leyenda urbana sin fundamento. Nos gusta que todo esté limpio, que no es lo mismo. Pero lo que más nos gusta, bueno…nos gustaría, es ver a un hombre, a mi Mr Proper particular para ser más exactos, plumero en mano, sacándole brillo a todo mientras yo, relajada y estupenda, espero en la cama a que termine de realizarse como persona, se duche, y cuando esté limpito y oliendo a rosas, limpiarle el polvo y sacarle brillo personalmente. ¡¡Qué menos!! 

miércoles, 10 de noviembre de 2010

¡Cuánto daño han hecho en nuestras “débiles” mentes femeninas las películas románticas con final feliz!

Les decimos a nuestras hijas que no se puede  mentir pero después les contamos cuentos en los que las ranas se convierten en  príncipes azules. Luego pasa lo que pasa,  que  cuando crecen se tiran a todas las ranas que se menean buscando alguna que sepa hacer algo más que croar. “Jo mamá, pero yo quiero uno como Brad Pitt”

Ya mi abuela, mujer sabia, se enfadaba con la tele viendo las telenovelas: “Buff, mira que eres tonta, que te está engañando con otra.”

Casi todas las películas románticas nos cuentan la truculenta historia de una pareja que después de mil avatares, termina con rodilla en tierra o en el altar. Y, ¿Qué pasa después? ¿Por qué nunca cuentan eso? ¿Eso no es  tergiversar la realidad?

Que el HOLA publica la exclusiva de la boda de algún famoso, se agota la tirada. Y encima, se nos cae la baba viéndolos a todos, súper enamorados y cogiditos de la mano. Después, algunas mujeres,  al que tienen sentado en el sofá le miran y piensan: “Ojalá fueras como estos de las revistas. ¡Qué pena de vida llevo!”

Yo soy partidaria de editar una revista con el nombre de ADIOS. Sustituiría el primer reportaje de mansiones de lujo por uno de  casas de 60 metros cuadrados con hipotecas reales de esas que te unen a tu pareja de por vida. En lugar de bodas en exclusiva, contaría todos los “después” de esas historias tan bonitas. “20 años casados posando para las cámaras y ahora resulta que llevaban 5 años con vidas paralelas”; “3 hijos en común, iban a misa todos los domingos y ahora ella le denuncia por abusar de su hija”; “7 años de fotos idílicas y ella acude a un juzgado con sms guardados en el móvil con insultos de todo tipo”; “Boda de sus amigos, posan como los más elegantes y enamorados y dos horas después, la seguridad del hotel tiene que acudir a separarlos en la habitación del hotel donde se alojaban.”

No tengo ninguna duda de  que volarían de los kioscos y algunas  mujeres de a pie mirarían  a sus parejas con otros ojos. Esas revistas sí que fomentarían las relaciones duraderas…Todas dirían: “Visto lo visto, me quedo con lo que tengo y encima agradecida. ¡Ven aquí cariñito mío!”





lunes, 8 de noviembre de 2010

Mañana cumplo años. 38  para ser exactos. Si mis genes son longevos me queda más de la mitad de la vida por delante pero como sean “defectuosos”, estoy jodida.
No es necesario que la vida me envíe señales para que empiece a disfrutarla porque procuro hacerlo constantemente. Me estoy acercando peligrosamente a los 40, década en la que, según mi novio, las mujeres estamos más interesantes y mejor. Por no llevarle la contraria en esa esperanzadora afirmación, vivo permanentemente subida a una báscula y no salgo de casa sin haber pensado antes: “Mira que si te encuentras a un conocido de la infancia y le da la impresión de que estás acabada…”
Si tuviera más dinero, me pondría las tetas en la garganta como cuando tenía 20 años,  pero, en general, estoy satisfecha con la madre naturaleza y la genética.
Como cantaba Frank Sinatra, he vivido siempre a mi manera, sin importarme nunca el que dirán. Si tuviera 7 vidas como los gatos, no me molestaría  haber vivido una de las 7  para dar gusto a los demás, pero desgraciadamente,  no es el caso,  así que tengo que vivir para darme gusto a mí.
De haber nacido en muchos otros  lugares del mundo no tan favorecidos como el que me tocó, o en otra familia, quizás no habría podido viajar siempre donde he querido, vivir en otros lugares del mundo, tener relaciones de lo más variopintas,  ir a la Universidad, tener unas hijas “trastornadas”  cuando quise y con quien quise, conocer gente muy interesante, tener amistades inigualables, escribir este blog…en fin…soy consciente de la suerte que tengo. Como regalo de cumpleaños firmaría ahora mismo por otro tanto igual o mejor que estos 38.
No pierdo el tiempo en tonterías y soy un poco radical…o blanco o negro.  Rara vez me permito tener un mal rato. Cuando sufro una tentación de ese tipo,   pienso en que a mis hijas les podría pasar algo, y el resto ya me parece una nimiedad. Vuelvo a dar gracias por la suerte que tengo.
Nací el mismo día que Belén Esteban pero me gustaría parecerme más  a la Duquesa de Alba. Esa sí me tiene fascinada…

sábado, 6 de noviembre de 2010

68213 personas más en el paro  que hace un mes. Con estas estadísticas, el mal humor de los que sí trabajamos  debería verse reducido en un 10%.
Si piensas en niños chinos hacinados en sótanos fabricando zapatillas de deporte, las malas contestaciones de los que trabajamos sentados frente a una pantalla  deberían reducirse en otro 10%. 
¿Estas picando piedra en una mina? ¿Quizá en un tejado a 40º C bajo el sol? Noooooo!!!!!!!! Tenemos calefacción en invierno y aire acondicionado en verano.  10% menos de malas caras.
¿Salvas vidas? ¿Trabajas en la NASA? ¿Pulsas  ese botón rojo que hace que cambie el mundo en cuestión de segundos? Ah, tampoco!!!!!!!!!!! Que eres un puto mindundi con pocas posibilidades de ser alguien realmente importante (cuando digo importante no digo jefe, estoy diciendo IMPORTANTE con mayúsculas). Por lo tanto 10% menos de stress.
Yo trabajo en una empresa que, teniendo en cuenta  el comportamiento de sus trabajadores,  no sé si es la NASA a veces o un patio de colegio otras. A juzgar por su actitud, muchas veces me pregunto si algunas personas tienen vida más allá de su trabajo; qué puesto ocupa su familia, su pareja, sus hijos, su tiempo libre…
Definición de trabajo: “Acción de trabajar (me descojono si pienso en algunos de los que me rodean). Esfuerzo humano aplicado a la producción de la riqueza. (¡¡¡Esfuerzo!!! Y si miro mi nómina lo de la riqueza como que tampoco lo entiendo mucho).
Para mí,  el trabajo es un sitio donde voy a ganar el dinero que me hace falta para vivir bien, el dinero que me da la posibilidad de disfrutar de lo que realmente es importante en la vida. Por lo tanto, nunca se me ocurriría ir allí  a pelear por destacar, a matarme por figurar, a discutir, a amargarme la existencia. No jugaría nunca al “hoy te ajunto, hoy ya no te ajunto. No me vale el: “Es que fulanita me dijo…., y yo le dije…. y después vienen papá y mamá o la profe del cole y ponen orden”.  No cobro tanto como para hacer todas esas cosas tan ridículas.
Alguien me dijo una vez: “Rosa, no todo se arregla echando un polvo.” La miré con cara de haba. Han pasado 6 años desde ese día y sigo pensando que si todo el mundo echara uno antes de entrar  a trabajar, nos dejaríamos de tanta tontería, de tantos disgustos sin tón ni són, de tantas broncas…Todo el mundo tendría una sonrisa en la cara permanentemente y cuando alguien te dijera algo para tocarte los cojones pues le mirarías como quien oye llover y a otra cosa mariposa.
¿Será tan difícil limitarse exclusivamente a  hacer eso por lo que nos pagan?
Yo trabajé durante más de una año en una empresa  en el que no me hablaba ninguno de mis compañeros. Otros… habrían ido al psicólogo. Yo… estaba encantada. En esa ocasión mi trabajo tampoco  era la única fuente de mis  alegrías en la vida.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Hoy he vivido una situación aparentemente similar a otra que viví hace un año  pero en el fondo radicalmente diferente.
Hoy han operado a alguien a quien conozco.  Nada serio. Mañana le darán el alta. Sin más familia que un hermano y una prima, hoy han estado allí los dos de principio a fin. El, después de recorrer 800 Km.  Mis cafres y yo también hemos pasado por allí y su prima se quedará a velar sus sueños. Resumen: Bombones y alegría porque todo salió bien.

Hace más o menos un año una amiga de una amiga, pasó por algo parecido. Parecido porque la operación no entrañaba más riesgo que el pueda tener una anestesia general. Diferente porque por primera vez en la historia de la seguridad social, un paciente hubiera deseado estar en una habitación doble…o triple.

5:00 PM          Ingreso. En la sala de espera,  4 mujeres más. Todas ellas, acompañadas por maridos y/o padres y/o madres. La amiga de mi amiga sola. Su razonamiento rápido e indoloro: “Seguro que ellas ingresan por algo muy grave”.

Se me ha olvidado decir que la amiga de mi amiga tiene una familia extensísima y casi todos en su misma ciudad.

8 AM              Su madre acude a la operación. Alguien tiene que haber por si algo sale mal con la anestesia.

7:00 PM          Suero. Tensión 4-8. La amiga de mi amiga está mareada pero se hace pipí. “Joder, que tenga que llamar a la enfermera. Tiene cojones.”
“No seas tonta. Ni se te ocurra levantarte sin llamarnos. Encima estando sola toda la tarde.” (Enfermera)

9:00 PM          Pasillo. Visita de otra paciente. “Ay, hija. He tenido que salir de la habitación porque no te oía con tanto jaleo. Sí, sí…ella está fenomenal…bueno…hoy un poco mareada pero yo creo que es de tanta visita.”

9:20 PM          “¿Se puede saber qué estás haciendo?” La amiga de mi amiga en el umbral de la puerta, vestida y con la botella de suero en la mano después de haberlo manipulado para que cayera todo el contenido en 10 minutos.
                        “Me voy a mi casa. Quiero que me quites esto.”
                        “Tú estás loca. Te han operado hoy. Tienes puntos, la tensión por los suelos…Espera que traigo la baja voluntaria para que la firmes.”
                        “OK. No quiero seguir aquí. Parezco una niña de orfanato.”

¿Por qué unos tantos y otros tan poco? Alá a reflexionar… (Eso es lo que se ha dicho a sí misma hoy la amiga de mi amiga)

*** Mil gracias a todos los que llamaron a lo largo de ese día y a la del collarín que fue so riesgo de volver a caerse con la nieve.
                       


miércoles, 3 de noviembre de 2010

Las personas nos comportamos de una manera muy extraña cuando viajamos. Hay una serie de incógnitas a las que no encuentro respuesta.

Si a diario lees el periódico, ¿Por qué  cuando vas de vacaciones dices: “Voy a leer  la prensa”?

Si a diario comes barras de pan, ¿Por qué cuando estás de vacaciones comes “baguettes”?

Si en la carnicería de tu barrio compras filetes de ternera, ¿Por qué cuando estás delante del menú del restaurante dices: “Hoy hay pescado y también “carne de res”?

Si las tarjetas de embarque están numeradas, ¿Por qué la gente hace colas interminables en la puerta y se enfadan cuando alguien se cuela? Si no haces la fila, ¿Existe alguna posibilidad de quedarse sin asiento y volar de pie durante 10 horas?

Si en tu casa comes 3 veces al día racionalmente, ¿Por qué en un todo incluido comes compulsivamente como si estuvieras abasteciéndote para todo un año?

Aunque bebes desde que te levantas hasta que te acuestas, ¿Por qué en los “todo incluido” nunca te tajas?

Si vas de luna de miel con tu pareja, ¿Por qué desde el primer momento haces amistad con otras parejas? ¿Es estrictamente necesario? Y lo que es peor, ¿Por qué en el aeropuerto,  a la vuelta intercambias las direcciones con gente a la que acabas de conocer y a la que no volverás a ver nunca más?

Si pagas 700 euros por el vuelo más el todo incluido, ¿Por qué hay gente que todavía se queja porque en la playa hay rocas?

Como no hablo con nadie (soy así de sociable) me da tiempo a observar mucho, a pensar, a imaginar y creo que hay personas deberían quedarse en su casa  donde comen variado  y sano por poco dinero, en la bañera no hay rocas, leen la prensa, y no tienen que hacer más colas que la de la panadería para comprar barras de pan.




martes, 2 de noviembre de 2010

Mi novio dice que podría escribir un libro con todas las historias que invento simplemente  con mirar a las personas. Sólo media  hora sentada en el avión y  me doy cuenta que, sin querer,  estoy otra vez dando rienda suelta a mi imaginación y ya “sé”  la vida de  buena parte de los pasajeros. Hay muchas parejas de luna de miel. Por alguna razón absurda la mitad de las novias aún conservan los bucles de su peinado hasta el primer chapuzón en la piscina. En el asiento contiguo tengo a un “mandibulín” (dícese de aquel que mueve la mandíbula cien veces por segundo con cada mordisco) que no para de comer en las 10 horas de vuelo. Ha sacado, bajado y subido tantas veces su mochila que cruzo los dedos con todas mis fuerzas  para que se le caiga en la cabeza y deje de tocar los cojones. Teniendo en cuenta que se ha metido para el cuerpo (una barra de Fuet  Espetec de Casa Tarradellas, un paquete de pan Bimbo y una lata de paté de cecina) me dan pena los pobres del hotel que haya escogido como cobayas de su todo incluido (seguro que le regalan las excursiones para que pase el mayor tiempo posible fuera del hotel).  Su ya “señora de” (tiene cara de estirada desde que su ya marido le puso el anillo en el dedo) ni se inmuta. Eso debe de ser amor. Y después de untar el pan venga a chupar el cuchillo de plástico por los dos lados, con toda la lengua llena de migas.  ¡Qué asco de tío! Ahora mi novio me  sugiere al oído  empezar ya la fiesta en el baño del avión y yo sin poder quitar la vista del cuchillo, las migas y la mochila. Así, ¿Cómo me voy a meter en harina? Si tuviera valor y finalmente lo hiciera,  seguro que el cochino del fuet diría  que somos unos guarros sin civilizar. Pero es él, el maridín ejemplar,  el que guarda todos los cubiertos de plástico, el vaso, la tacita del café, la almohada, y las mantas en la mochila que ha vuelto a bajar otra vez. Estoy por decirle que la patente. Ni del bolsillo cuatridimensional de Doraemon salen tantas cosas. Ay madre…que mi novio ya se ha dado cuenta de que no  estoy a lo que tenía que estar  y por qué no estoy a lo que tenía que estar…No sé si libraré hasta Cancún…

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