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¿Cuántas veces has dicho “Ya no puede pasarme nada peor” y te has equivocado? ¿Cuántas veces has dicho: “Algún día me reiré de esto…pasará mucho tiempo pero terminaré viéndole la gracia”?


Si has tenido un mal día, si crees que ya no puede pasarte nada peor o todavía no has olvidado eso de lo que tardarás mucho en reírte, entra en este blog y comprobarás que no eres el único. La idea no es consolarse con las “desgracias” ajenas, sino aprender a reirse de lo que haya podido convertir tu día en un infierno.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Nada que envidiar  a las chicas de Sexo en Nueva York. El escenario diferente. Cambiamos el Pastis en la nóvena Avenida  por el Cenador Rua Nova.  El estilismo nada que ver. No es necesario vestirse como una artista de circo (payaso a veces, trapecista otras), al estilo Carrie Bradshaw para que la gente crea que tienes clase. Me gustaría más que  nos compararan con las Chicas de Oro multiplicadas por dos más una (después de muchas deserciones 9 fuimos fieles al gran día)  y con 30 años menos. Ingeniosas, guapas, con un no sé qué…que qué se yo…
Si repasara sólo el aspecto físico de cada una, me vendría a la mente el tango de Carlos Gardel: “Sentir…que es un soplo la vida, que veinte años no es nada…”. Sin embargo,  si tuviera que resumir lo vivido por todas y cada una en los últimos 20 años pensaría más en “Abrazar la vida” de Luis Fonsi. Divorciadas, separadas, felizmente casadas, eternamente ennoviadas, y solteras sin compromiso. Felices, tranquilas, con trabajo, sin él, con preocupaciones, sin ellas, con locura, relajadas, con aspiraciones, sin ellas, con hijos y sin ellos. Evidentemente la vida no  trató a todas por igual en este tiempo pero ese día todas compartimos la misma alegría. Fuimos indescriptiblemente felices recordando las excursiones del colegio, sus experiencias en el internado (poco en común  con el de la Laguna  Negra salvo por Primitiva Tejedor, una monja más fea que las extrañas  criaturas del bosque. Con ese nombre ¿Qué puedes esperar?), las primeras borracheras de la adolescencia (gominolas mojadas en Vodka. ¿Cuánto confiarían en nosotras aquellas monjas que siempre buscaban hoteles en lo alto de un monte? ).  Los primeros rollos…Recuerdos imborrables.
Después de 4 horas de una divertida comida regada con vino y champán, seguimos nuestra reunión privada en el “Rincón del Valle”, lugar del que, siempre que entro, me tienen que echar. Cuando lo estás pasando bien las copas se acaban sin querer.
¡Ya tenemos próxima cita! Decidimos por unanimidad  que después de 20 años sin vernos, uno sería un tiempo interminable para repetir. Mi hermano en su bar ya tiene lista de espera para ese día. Es lo que sucede cuando se corre el rumor de que se celebran fiestas privadas con chicas. Con chicas guapas, estupendas, y con muchas cosas que contar…
            Piensa en esa canción que cada vez que escuchas te hace sacar tu mejor sonrisa, ésa que consigue que empieces a saltar o a botar en el coche con el primer compás. Esa sensación es la que yo tuve ese día y cada vez que lo recuerdo desde entonces. ¡Y en enero más!

¡Cuántas cosas han pasado en el último mes! Y ninguna buena. Las circunstancias y la vida  me han puesto muy difícil continuar con la línea del blog. He comprobado en primera persona que hay situaciones de las que es difícil llegar a reírse pero…lo intentaré.


En este lapsus de tiempo mi padre pasó raudo y veloz por la UCI. Es un sitio al que deseo  no tengas que pisar nunca ni como inquilino ni como visitante. Después de sufrir un ictus en el cerebelo y cruzando los dedos para que no le repitiera, un día más tarde mi padre sintió que veía la luz al final del túnel. Una reacción alérgica le dejó inconsciente.

Por una de esas casualidades, (afortunadas en este caso) mi madre se había separado de de mi padre un par de horas. Sobre todo por suerte para mi padre que en ese momento disponía del carro de parada para él sólito. De haber estado los dos, la disyuntiva de los médicos habría sido durísima.

Después de explicarle brevemente por teléfono que le había bajado “un poco” la tensión y que le habían llevado  para observarle “un ratín”  a la UCI, mi madre sufrió algo parecido a una reacción alérgica como la de mi padre y empezó a repetir sin cesar: “Se va a morir, se va a morir” hasta que yo,  ya de los nervios, amenacé con echarle a patadas del coche.


Hay personas a las que da igual lo que les expliques porque  siempre entenderán otra totalmente distinta. El neurólogo dijo: “Ictus en el cerebelo” y ella oyó con claridad: “Derrame cerebral”. Él dijo: “Haremos todo lo posible para que no se repita” y ella escuchó: “Mañana fijo,  pero fijo que le da otro más fuerte todavía.” Finalmente él afirmó: “Ahora le vamos a tratar y después le tocará hacer rehabilitación para recuperar el equilibrio” y ella creyó entender: “Le pasará como a mi padre y se morirá a los 26 días de estar ingresado.”
Estoy en una fase en la que no soporto a la gente en general y a algunos en particular… pero a todos esos que por haber hecho un cursillo de CCC de enfermería creen saber más que los médicos…a esos,  los abofetearía.


            Y llegó la hora de visita a la UCI. Mi madre sufriendo otro ataque de nervios (para entonces yo ya había perdido la cuenta), entró a ver al paciente equivocado. Un hombre con la cabeza vendada. “¡¡¡¡¡¡¡¡¡Qué le ha pasado a tu padre!!!!!!!!!!!¡¡¡¡¡¡¡Pobrecito!!!!!!!!!!!!”. Una enfermera se acercó y muy amablemente le susurró: “Señora, su marido es aquel de allí.” El médico vino en seguida y mi madre nada más ver el color verde de su bata de nuevo retornó a su realidad paralela. El dijo: “Le acabamos de quitar la sedación. Podemos asegurarle que no ha sufrido otro ictus porque mueve todas las extremidades.” Ella aseguró: “No mueve las piernas. ¿Verdad? ¡¡A qué no mueve las piernas!!” El médico muy educado se disponía a repetírselo de nuevo pero ella ni corta ni perezosa, poseída de nuevo por el espíritu CCC, ya se había ido hasta la otra punta de la cama: “¡¡Manolo, Manolo!! Mueve las piernas.”  Mi padre ni se inmutó. Siguiente fase: Cosquillas en los pies. “¡¡Rosa, sí las siente!! Ha abierto los ojos”. “Ya mamá y no te manda a tomar por el culo porque está intubado.”

            A pesar de su histeria y de sus ataques de locura transitoria, tengo que reconocer que siento cierta  envidia por lo que ella siente después de 40 años casados.  Ya nos gustaría a muchos…
Y lo mejor: Mi padre no está recuperado del todo…pero lo estará.

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