Aún tenía las palabras de mi amiga Helena grabadas en la mente.  “Tira tía, que ahora con el divorcio express son 15 días.”  Dos meses después de la boda entré en www.divorcioya.com y rellené el formulario. Al ser de mutuo acuerdo no podía haber problemas…por nuestra parte.  Recibí el convenio en una semana y después ya sólo quedaba la firma en el juzgado.

Hay cosas que a veces se complican y después está la firma de mi divorcio express que más que complicado fue tan rápido como hacer el camino de Santiago de rodillas.  3 veces compré el billete de autobús para ir a Zaragoza y esas 3 y otras tantas que no llegué  a comprarlo, se canceló.


Tanto se torció la cosa  que llegué a pensar si no  habría una conjunción de todos los astros del universo para evitar que nos separáramos.

La primera vez que nos convocaron, el juez  cogió la baja médica el día antes de la firma. Estuvo varios meses sin suplente y cuando por fin se les iluminó y vieron que no volvía, decidieron poner uno. Tenía tanto trabajo acumulado que tuvimos que esperar otro tanto. Pero finalmente  compré el billete de nuevo. Ahora sí…pues no…ahora tampoco.  No va y se muere la madre del suplente el día antes. “¡Qué inoportuna! ¿No podía haber esperado hasta mañana?” El abogado cuando me escuchó decir esto creo que se preguntó cómo alguien como yo,  podía haber tenido pareja en algún momento de su vida. Tuvimos que esperar  una semana para  que se recuperara del disgusto y cuando yo pensaba que ya estaba todo listo,  cogió baja por depresión. Deprimida estaba yo que los de ALSA ya me iban a hacer socia honorífica.


Firmamos un año más tarde. Cada uno por su lado en días diferentes.  Al juez ya le daba igual. Sólo quería quitarse aquel express de dos años de encima de la mesa. Para que luego me pregunte alguien por qué no me vuelvo a casar…jajajá. Me troncho y me mondo.