En una conversación cualquiera salió un tema: Existen unas webs en que la gente se apunta y cede alojamiento para viajeros, arreglándose entre ellos con algún trueque, o como se les ocurra.  Apuntas datos y un contacto, y puedes buscar a alguien que te aloje en cualquier parte del mundo!!!!!!!!! Me pareció una de las mejores maneras de usar Internet.  Rápidamente me apunte y empecé a pensar  donde quería ir.  Miré aquí y  allá... Mirando,  mirando ya ha pasado un año y aún no me he ido a ningún sitio...

De repente (todo esto se había diluido en mi memoria) me llega un mail de esta Web  con una solicitud (alguien quiere venir a mi casa) Of Course!!! Sí, sí, sí... Cuando concreté las fechas y le había dado mi dirección, Telf.: Si no se quien es!!!! No había mirado sexo, procedencia, historias... Así q me asusté, me colapsé.


Pero busqué y no me pareció tan malo (y no quería que lo fuese) Así que Jed de 33 años, procedente de Jerusalén q lleva 15 años viajando viene a mi casa!!! No lo quise decir mucho porque me asustaba al escucharme, pero a los amig@s cercanos  les avisé por si les hacia una llamada rara q vinieran ipso facto.  Tengo un perro guardián de 5 kilos que no me da toda la seguridad q necesito.

Lo fui a buscar a la estación. Jed es altísimo, para mi mini coche, mi mini piso... menos mal que tengo un maxi sofá cama.
Habíamos hablado del trueque, me ofreció comida vegetariana mediterránea y masaje tailandes. Lo de la comida me entusiasmo, lo de los masajes lo esquivé.

Ya que le había insistido tanto, de lo contenta que estaba de que fuera a cocinar, la cena del primer día la hice yo para demostrarle que sabía cocinar: Deliciosa Quínoa con verduras, manzana y especias. Toda orgullosa le aviso que está lista, nos sentamos, me pide sal (mal) y me pide cayena (mal) no encuentro la cayena y le doy unas especies mexicanas q pican una burrada con que eches un poquito (a mi me gusta el picante).

Se echa una gruesa capa de picante por todo el plato mientras le intento explicar en un precario inglés que eso pica un montón. Don' t worry me dice cuando me he quedado con la boca abierta sin poder dejar de mirarle. Come a la velocidad de un rayo, se levanta y se pone en el ordenador, así que ceno mi plato, sola en la mesa con cara de idiota.