(En el bar Los Contrarios)

“Por supuesto que el padrino será Lucas.” (Grita Lola mientras seca las copas de cerveza y las coloca encima de la barra)
“Por supuesto que no. ¿No te das cuenta que es humillante para los dos? Pero bueno,   supongo que eso a ti te da igual.” (Hugo está molesto con Lola porque siempre lo decide todo sin preguntarle)
“La verdad es que tus estupideces y tus prejuicios me importan muy poco. Es su único tío y será su padrino. Te guste a ti o no.” (Lola se acaba de cargar una copa de vino al secarla con tanta fuerza)
“Pues si esa es tu última palabra yo no iré. Y esa sí que es mi última palabra.” (Hugo se gira y se marcha del bar dando un portazo)
“Eso lo veremos.” (Lola sonríe pensando ya  cómo convencerle)


(Almudena y Covadonga en la nave donde ordeñan las cabras)

“Todavía no entiendo por qué te importa tanto lo que dicen esos carcas del pueblo.” (Almudena le reprocha a Covadonga su cobardía por no salir del armario)
“¿Porque soy la alcaldesa, quizás?”
“Ya lo sé pero no me parece un motivo lo bastante importante para no vivir tu vida  sin que te importe lo que digan los demás.” (Almudena va colocando las cabras en la maquina de ordeño mientras Covadonga intenta mantenerse de pie sobre unos tacones de aguja de 10 centímetros).
“Tú no tienes ni idea de lo que es tener a todos hombres y mujeres  del pueblo haciendo cola en la puerta de tu despacho.” (Pega un salto para evitar que una cabra le toque su traje de Hugo Boss al pasar)
“¿Por qué dejas que se metan en tu vida privada? Eso es lo que no puedo entender. (Almudena mira a Covadonga de arriba abajo intentando no reírse) Algún día descubriré quien escribe ese maldito blog en el que se cuentan todas nuestras intimidades.”
“Anda, no seas tonta. Como me pone ese olor a cabra, cariño.” (Covadonga intenta acercarse a Almudena tocándole sólo con la punta de las uñas por miedo a que se le estropee la manicura que se acaba de hacer en el salón de belleza de La Pilu.)
“Quita, que tengo que terminar de ordeñar. Va a venir Enrique y todavía está la mitad sin hacer.” (Covadonga da un paso atrás al ver acercarse a Almudena con los guantes de fregar)
“¡Qué sexy estás con ese mono y oliendo a abono! ¿No tenéis pajar en esta casa?”
“¡Fuera!
“Anda…déjate boba, que no te va a doler.”
“¡Fuera, fuera, fuera! Además tenemos pajar pero no tiene perchas para colgar ese traje que llevas.”











(En la habitación de Isadora)


“Acabo de ver un mono colgando de ese árbol ahí fuera.” (Mathias tumbado  en una hamaca con los colores de la bandera del orgullo gay  que atraviesa la habitación de Isadora de lado a lado)
“¿No crees que últimamente estás fumando demasiado, cariño?” (Isadora bebe una Mahon sentada con las piernas cruzadas encima de la cama)
“Que no hombre, que lo he visto. Mira.” (Mathias intenta levantarse de la hamaca y cae al suelo dando dos vueltas del colocón que lleva)
“Déjalo Mathias. Vete pensando en irte. Como llegue mi padre vas a ver monos pero por todas partes.” (Isadora se ha levantado de la cama para ayudarle a incorporarse)
“Tienes razón. El primer mono  él, que parece un orangután con esa escopeta todo el día. A ver cuando le explicas que ya eres mayor de edad para hacer lo que te parezca.”
“Explícaselo tú si tienes valor.”
“Yo soy más de haz el amor y no la guerra, amorcito.  Y tu padre es más de te disparo y después pregunto.” (Mathías sale por la ventana de la habitación de Isadora deslizándose a duras penas por un almendro)


(En la recepción de Casa Rural La Rosaleda)


“Buenos días, Don Julián. ¿Ha pasado buena noche? Y su mujer. ¿Ha ido a nadar en la piscina como de costumbre?” (Doña Mercedes tan amable como siempre con todos los clientes).
“Buenos días, Doña Mercedes. Voy a ver si la encuentro para desayunar juntos.”
“Su mujer vino a desayunar a primera hora y dejó esta nota para usted” (Basilio sale de la cocina al oír la voz del Don Julián.)

Querido Julián,

Pensé que esta semana,  en esta maravilla de casa,  podría aportar a  nuestra relación  un poco  de la pasión que hemos ido perdiendo durante estos últimos meses pero me he dado cuenta que ya no es posible.
Si me muriera mañana, mi último día no querría pasarlo contigo.
Siento poner fin a nuestros 40 años de relación con esta nota. Te deseo que seas muy feliz y encuentres eso que nosotros ya no tenemos desde hace unos meses..


“¿Qué le ocurre Don Julián? ¿Se encuentra usted bien?”. (Doña Mercedes se preocupa por Don Julián al observar que el hombre buscar rápidamente un lugar  donde apoyarse)
“Sí, sí,  no se preocupe. Voy a buscar a mi esposa. Creo que me he despistado un poco en este último año  y ahora tengo que hacer algo para solucionarlo.”
“¿Necesita que le ayudemos?”
“No gracias. Tengo que hacerlo yo solo.” (Don Julián sale de la casa con paso firme.)


(Basilio se gira rápidamente para entrar de nuevo en la cocina pero Doña Mercedes les corta el paso)


“Basilio. ¿Dónde estuviste anoche? Fui a buscarte a tu habitación para llevarte un chocolate caliente y no estabas allí.” (Doña Mercedes tira de la oreja a Basilio mientras le pregunta.)
“¡Ay! Mamá. Fui a tomar un café con un amigo al bar de Lola. No tienes que perseguirme todo el tiempo.” (De nuevo intenta escapar)
“¡No me dejes aquí con la palabra en el boca! Sabes que no lo soporto. Si me llegó a enterar que andas por ahí engañando a alguna  mujer, te obligaré a cumplir con ella. Ya va siendo hora de que me hagas abuela.”
“Mamá, por Dios, pero si ya tengo edad para ser abuelo.” (Basilio se lleva las manos a la cabeza)
“¿Qué me estás llamando? ¿Anciana? Mira, guapín,  todavía tengo edad para partirte la cara por faltarme el respecto de esa manera.”  (Doña Mercedes alcanza a darle una colleja antes de entrar en la cocina)
“¡Ay!, mamá, te juro que no estoy con nadie. No sé cuántas veces te lo tengo que decir.”
“Basilio, tú no tienes paciencia para mi vejez. Pero no te atrevas a enterrarme en un jeroglífico de esos porque te desheredo.”
“Paciencia, paciencia. Paciencia es lo que me sobra. Lo que me falta es la escopeta de Sebastián.”
“Te dejaré sin un céntimo, Basilio. Y entonces podrás usar la escopeta para atracar bancos.” (Doña Mercedes vuelve a  la recepción murmurando barbaridades)



“Como predije hace unas semanas, el  primer anuncio de compromiso entre dos mujeres se ha hecho oficial. Almudena,  ayudante de Enrique de Casa Rural La Rosaleda y Covadonga nuestra alcaldesa se casarán el 31 de octubre en el ayuntamiento, noche de Halloween…Me imagino que lo han pensado muy bien…teniendo en cuenta todas las brujas que hay en el pueblo y que esperarán  ese día para sacar su escoba a pasear.
Mathías, nuestro particular e incomprendido  artista,  acaba de vender una escultura al British Museum. Se trata de una mujer,  conocida por todos, sentada sobre el tronco de un almendro. ¿Qué habrá encontrado en Las Redes Del Valle un artista  tan afamado para querer asentarse aquí?
En estos días ha pasado por la casa una pareja para celebrar sus 40 años de casados pero ha sucedido algo inexplicable. La mujer le ha abandonado sin más explicaciones  y ahora el hombre está decidido a recuperarla cueste lo que cueste.
El próximo día os contaré si lo consigue o no, cómo van los planes de boda entre nuestras dos mujeres, y algo que me ha dejado sin palabras…”