En todas las empresas grandes (que no siempre grandes empresas), hay distintos prototipos de trabajadores y en la mía no iba a ser menos. Tenemos de todo:

El que por más que lo intente no le da para más.
El que no da palo al agua pero parece, que si no fuera por él, la empresa se iría al garete.
El que se considera imprescindible.
El que no hace otra cosa que currarse la mesa del jefe.
El que va de aquí para allá y en todas partes suelta alguna perla para provocar enfrentamientos.
El que siempre cree que los demás  ascienden pero no precisamente  por méritos propios.
El que siempre se arrima al árbol que mejor sombra le proporciona.
El telarero / a  (dícese de aquel que siempre esta metido en telares).
El que nunca se alegra por nada bueno que les pase a los demás.
El que siempre se alegra (aunque intente disimularlo) cuando alguno sale jodido.
El trepa come pollas que en su día le hizo la cama a otro y ahora vive eternamente preocupado pensando que le van a hacer lo mismo.
El stresaó que se comporta todo el tiempo como si la empresa fuera suya.
Al que le molesta hasta la goma de la ropa interior.
El desubicado (dícese de aquel que cree que vive rodeado de amigos en lugar de compañeros de trabajo).
El cuelga medallas.
El que cae bien a todo el mundo
El que cae como el culo a todo el mundo
El jeta que con una sonrisita te ha encalomaó su trabajo.
El portador de “buenas” noticias que cada vez que viene de visita trae unas cartas  debajo del brazo.
El que no sabe detrás de lo que anda… (Muchas veces altos cargos).
La puta del reino (dicese de aquella que vale para todo y a la que nadie valora para nada).

¿Sabríais ponerle nombre  a cada uno?