Con la tecnología de Blogger.
¿Cuántas veces has dicho “Ya no puede pasarme nada peor” y te has equivocado? ¿Cuántas veces has dicho: “Algún día me reiré de esto…pasará mucho tiempo pero terminaré viéndole la gracia”?


Si has tenido un mal día, si crees que ya no puede pasarte nada peor o todavía no has olvidado eso de lo que tardarás mucho en reírte, entra en este blog y comprobarás que no eres el único. La idea no es consolarse con las “desgracias” ajenas, sino aprender a reirse de lo que haya podido convertir tu día en un infierno.

jueves, 23 de junio de 2011

Seguro que sabéis lo que quiero decir cuando hablo de días en los que es mejor no levantarse de la cama. Desde primera hora los vecinos sólo escuchan: “Adriana, levántate. Valentina, péinate. Adriana, desayuna. Valentina, vístete. Adriana, lávate. Valentina, sal. Todo eso una y otra vez como un disco rayado.  Seguro que están convencidos de que lo tengo grabado  y es la sintonía de mi despertador. Al final sales de casa corriendo, vuelves, se te ha olvidado la comida en el frigorífico, sales, vuelves. “¡Mamí, no llevo la mochila!”, sales, por fin subes al coche. “¿Dónde está tu hermana?” “En la acera mamá” “¡¡¡Hasta para  tontas sois bobas!!!” Sales del coche, y la lerda number one con una sonrisa de oreja a oreja: “Mami, te habías olvidado de mí, eh?” Las dejas en el cole. Alivio  hasta que encuentras el primer atasco. Llegas al trabajo con la lengua fuera. Aparcas en el prado,  a duras penas y milagrosamente sin hacerte ningún esguince triple, llegas con los tacones de 10 centímetros a la puerta. No he terminado de sentarme en la silla y mi hermana decide  salir del autismo en el que lleva  sumida  voluntariamente desde hace 15 días. Después de dos semanas estudiando sin parar,  ha terminado el último examen. Resultado: 10 llamadas en un solo día y todas empiezan por: ¡¡¡Rosa, tienes que...!!! En un tono que parece siguiera ensayando para  el  examen de canto de hace dos días (tened en cuenta que es soprano). Consigue ponerme la cabeza como un bombo con sus urgencias, así hasta las 23:30 que me hace la última llamada como colofón a la tragedia griega que estoy interpretando con mi novio en el salón. Gritos en vivo y en directo y gritos en estereo por el teléfono. No acierto a saber donde atender. Uff, estoy al borde un ataque de ansiedad.
Un día más tarde, la histérica de mi hermana ha medio solucionado su medio drama, las niñas están ya de vacaciones y se acabó el drama de las mañanas, y mi novio ha vuelto a su ser…

Hoy podré dormir tranquila…o ¿no? La noche de San Juan es noche de brujas…

martes, 21 de junio de 2011

 Nacer a finales de mes es muy poco estratégico. A tu madre no le costaba nada haberse hecho un nudo con las piernas para esperar hasta principios de mes que ya hemos cobrado. Mi novio cumple añitos mañana. ¿Qué regalarle cuando ya has acabado con el presupuesto de alterne antes de la onomástica en cuestión? Las niñas lo tienen fácil. “¿Qué le vais a regalar a Dani mañana?” Las dos deciden lo mismo pero por diversos caminos. Adriana con un dibujo lo arregla. Pero, no cualquier dibujo, no. Intenta robar uno de los muchos que le ha regalado a su padre pero él la pilla con las manos en la masa. “Son míos y no te los doy” (Aunque parezca mentira guarda los miles de dibujos que le ha hecho en los últimos años). Ni corta ni perezosa cambia de opinión: “Vale, ya sé lo que le voy a regalar. Un beso y un abrazo. Seguro que le encanta, como nunca os los doy”.
Valentina a sus tres años sí se pone manos a la obra. 4 rápidos garabatos al estilo Dalí  y llega la mejor parte, esa en la que lleva pensando desde que escuchó las palabras “regalo para papá”. Corre al baño, saca el gloss del armario, sube al borde de la bañera para verse bien en el espejo y se pinta los labios hasta casi dejarme el frasco vacío. Corre de nuevo a la habitación  y llena la hoja de besos. “¿Le hago otro, mami, con más besos?”
“Y tú mami, ¿Qué le vas a regalar?” Un año más a exprimirse las neuronas. 6 años ya y siempre la misma ecuación. Pobre a finales de junio = ideas creativas. Ya hemos celebrado las primeras jornadas de sexo, las segundas jornadas de sexo mortal, el programa de puntos personalizado por mi misma, el programa de festejos populares, jornadas gastronómicas y alcohólicas, juegos de hoy y siempre. ¿¿¿¿Qué me queda????
Javi Nieves me dio la idea esta misma mañana. 1 bolsita de bonos (todos gratis, por supuesto). “Bono por un fin de semana en el que yo pongo las lavadoras”, “bono por un desayuno en la cama”, “bono por un día sin tocarte los cojones” (éste debería valer por dos), “bono por un día friego los platos sin dejar jabón”, “bono por un día no me tumbo yo encima de ti en el sofá”, “bono por veré contigo una película de terror” (no se lo cree ni él, pero de primeras le hará mucha ilusión. Ya me encargaré yo de robarle los bonos antes de que se de cuenta.
Y por último y no menos importante le he comprado un par de pulseritas de Lilly´s collection. https://www.facebook.com/home.php#!/media/set/?set=a.10150206566273439.316169.529868438

lunes, 20 de junio de 2011

¿Qué os parece más divertido, los preparativos de una fiesta o la celebración en sí? Para mí, no hay nada mejor  que los preliminares. Imaginar lo que va a pasar el día en cuestión no tiene precio. Creo que el día de la presentación del libro no me voy a divertir ni la mitad que escuchando los comentarios, preguntas, sugerencias previas al evento.

Ejemplos:

Yo: “Joder, me acaban de llamar para confirmar que asistirá el concejal de cultura”
V: “¡Qué poco tienen que hacer en el ayuntamiento!, ¿no?”

Yo: “Ahora me han dicho que han convocado a todos los medios.”
J: “Si saben que va algún político, normal, lo de menos es el gañán que presenta  algo.”

Sugerencias para el discurso:

“Si no quieres dejar indiferente a nadie podrías empezar metiéndote con alguien como Pérez Reverte. Di que es un “junta letras” y que tiene que dejar paso a escritores noveles”
“Di que estás harta del ensalzamiento de la incultura con gente como Belén Esteban. Te odiarán más que a Aida Nizar pero lo importante es vender el libro, ¿no?”
“Dedícale el libro a tu abuelito muerto al que le debes todo lo que eres pero  que, desgraciadamente, nunca llegará  a disfrutar de  tu éxito. Todo esto mientras miras al cielo con cara de pena.”
“Di algo emocionante que haga que se le salten las lágrimas al público. Finge  que estás conteniendo el llanto. Agachas la cabeza y te tapas los ojos con la palma de la mano. Seguro que se levantan todos y te aplauden.”

Algunas dudas de los invitados:

“¿Va a ser como la presentación de Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York? ¿Llegarás en limusina?”
“¿Qué indumentaria exige el protocolo?”
“¿Va a haber globos y guirnaldas?”
“¿Habrá tortillas?”
“¿Ya has preparado las dedicatorias “tipo”?

Hasta hace unas semanas yo sólo pensaba llegar allí, sentarme en una esquina y firmar los que se vendieran. Ahora tengo que pensar en el modelo, las dedicatorias, el vino, la publi, el discurso, las invitaciones… ¡Esto es peor que una boda!





domingo, 19 de junio de 2011

Mientras veo la tele, escribo. Mientras cocino, bebo vino y me entretengo viendo   videos en youtube  que llevan por título  “último capítulo de… (Alguna telenovela). Mientras hablo por teléfono, friego los platos o paso la mopa. Mientras pedaleo en la bici estática, leo. Mientras corro, hablo mentalmente en otro idioma para comprobar el estado de mi memoria. Mientras arranco el coche, bajo las ventanas y me abrocho el cinturón. Mientras doy clase, pienso en mi próxima entrada. Mientras trabajo hago muchas cosas…Y es que,  o hago las  actividades de dos en dos o  no me alcanza el tiempo  para las que requieren hacerse de una en una.

Consecuencias:

  1. Mi novio  suspira cada vez que, sentados en el sofá frente a la tele,  escucha: “¿Qué ha dicho? ¿Qué ha pasado? ¿Quién es ese? ¿Ya acabó? ¿Cómo? Avísame cuando vayan a besarse” todo, mientras aporreo las teclas del ordenador.
  2. Cuando mi novio va  a servir la cena, tengo que escuchar: “Podría asegurar al 100% cuales son los platos que has fregado tú. Tienen jabón, Rosa,  y las cazuelas, Rosa, ¿Tú sabes realmente lo que significa la palabra frotar? ¿Para qué friegas si no sabes? No sé si sé o no sé, pero tiene razón, ¿Para qué me dará por fregar?
  3. En el gimnasio soy la única que no suda, ni una gota y el resto me mira y piensa: “Mira la ridícula esa, pedalea a la misma velocidad que lee”. Mentira, leo más deprisa, listos.”
  4. En el trabajo…uy! Se me olvidaba…de ese tema ya no hablo.
  5. No me entero de la mitad de lo que me cuentan, de lo que veo, y a veces hasta tengo que poner cara de póquer y sonreír mientras me pregunto: ¿Qué me acabará de preguntar?”
  6. Como cocinera no llego ni al 3. Variedad 0, elaboración 0, sabor….a saber. Tengo 15 frascos de especies y echo de todos. Algo harán. Y le pongo mucho amor, es lo que tiene ver tanto galán de telenovela.
  7. Mi frase favorita al volante es: “¡Niñas, un día de estos nos mataremos por vuestra culpa!  y la lista de Adriana responde: “Está prohibido hablar por el móvil por si no lo sabias.”

El día debería tener 48 horas y aún así me parecería corto para todo. 2 entradas en 20 días. ¡Menuda productividad la de este blog!

jueves, 9 de junio de 2011

Domingo por la tarde

Yo: “Vamooooosssss, que llegamos tarde”
Mi novio: “Espera un momento que está a punto de acabar. Un set más y gana Nadal.”
Yo: “Cagüen el carrusel deportivo. Primero las motos, después el tenis…”
Mi novio: “Tú ayer estuviste de fiesta todo el día. ¿Me oíste a mí decir algo? Mira, mira, vamos, por no oírte prefiero quedarme sin ver el final”.

Baja las escaleras como una exhalación y grita desde el portal.

Mi novio: “¡Coge las llaves del coche que yo no llevo las mías!”

IhhhhhhhhhClong (esto es el ruido de la puerta blindada de mi casa)

Yo: “¡¡Tú!! Dijiste que las llaves las llevabas tú, ¿verdad?”
Mi novio: “Me estás vacilando. Me tienes que estar vacilando. Rosa, dime que me estás vacilando.”
Yo: No Dani, y ahora, ¿Qué hacemos?”
Mi novio: “Y ahora, ¿Qué hacemos?, y ahora ¿Qué hacemos? Si te parece trepo por la fachada como Spiderman.”
Yo: “Toma el DNI y abre la puerta,  que lo he visto en las películas.”

10 minutos más tarde, y un montón de viajes de Valentina entre su padre y su madre llevando tarjetas de un lado a otro, mi DNI, mi tarjeta de la seguridad social, mi carnet de conducir, mi tarjeta descuento de la gasolina, mi…, mi…, … dobladas, algunas como si las hubiera mordisqueado un perrillo.

Yo: “Me da a mí que no le estás pillando el punto tú a esto. Estás como para ganarte la vida de caco. Madre mía, ¡Qué inútil!”

Si en ese momento hubiera mirado a la puerta como me miró a mí, la habría abierto ipso facto  con sus rayos infrarrojos.

Ring, ring (lo que faltaba)

Mi novio: “Epa  brother.”
Su padre: “¿Acabas de ver lo que ha hecho Nadal? Ese tío es un fenómeno.”
Mi novio: No he visto nada. La tonta de Rosa se ha dejado las llaves dentro de casa.”
Su padre: “Acaba de ganar. Menudo final del partido”
Mi novio: “¡¡¡Me cagüen las tetas de la tía Juana!!!” (nunca he tenido el gusto de conocer a esta señora pero en mi casa es famosísima).

10 minutos más tarde con todas las tarjetas jodidas del todo, voilá, se abre la puerta.

Valentina: “Papi, papi, déjame el carnet con el  que abriste,  que le voy a dar un besito” (Besando la tarjeta del Corte Inglés) “Ay, gracias, gracias. ¡Qué buena eres!”





martes, 7 de junio de 2011

            No sé si estaba enferma el día que hicieron las fotos de la graduación en mi cole de Carmelitas de Abajo. 30 años más tarde una compañera consigue reunirnos, lleva la famosa orla  y por fin entiendo qué fue lo que pasó realmente el día de las instantáneas. ¡Con tan sólo 11 años yo ya era una niña con visión de futuro! Ya entonces podía escuchar con claridad  las risas del resto de mis compañeras y las mías  viendo mi cara de mema  30 años más tarde…lo sé porque eso fue lo que yo no puede evitar hacer al ver la de las demás. ¡Madre de Dios! ¿Cómo podían dejarnos nuestras madres ir con esa pinta al colegio? Menos mal que  todas presumían de ser  auténticas madres en la vida, de esas  que te peinaban  durante 10 minutos clavándote las púas del peine para que la raya no se te desviara ni un milímetro en toda la jornada escolar. A pesar de mis cuatro pelos,  mi madre conseguía a veces colocarme unas trenzas al estilo Dama de Elche tan tirantes  que por la noche me dolía la  cabeza.  Cuando hace poco vi a la Leti con algo parecido en su cabeza,  ya pensé yo: “Hala, una que se ha levantado hoy con nostalgia. Ya verás, ya,  cuando te quites todas las horquillas…”

Más de 30 años distan  entre el modelo de “Mama dame 100 pesetas” del baile de  4º EGB (un modelo  Pocahontas disfrazada a lo  Paris Hilton, lo que viene a ser un saco de  patatas color rosa fucsia y una cinta dorada en la frente) y la reunión del sábado. Podríamos habernos hecho la misma foto y las diferencias habrían sido mínimas:

Con casi 40 estamos más guapas que entonces, todas sin excepción y algunas,  especialmente.
Con casi 40 todas somos independientes y sabemos lo que queremos, quienes somos y lo que somos.
Con casi 40 estamos todas mucho más sexies,  con algunas arrugas (poquísimas) pero sin aquellas horribles medías y zapatillas blanco enfermera…este apartado  era fácil de mejorar.
Con casi 40,  me di cuenta mientras nos escuchaba,  que aunque   a ninguna nos importaría volver al pasado sabiendo  todo lo que sabemos ahora, tampoco cambiaríamos el presente.

Cual terapia de grupo, a grito de “te apoyamos, te queremos”, cada una se fue confesando. 30 años dan mucho de sí. En todo ese tiempo la vida no siempre nos trató todo lo bien que nos merecíamos pero allí estábamos, riendo y gritando (no sé por qué las mujeres gritamos tanto cuando estamos juntas). No sé si fueron las monjitas (lo dudo) o la orla pero ¡Qué cantidad de buenos recuerdos! Entre ellos el de una de mis compañeras que al mirarme dijo: “Es mirarte y  te veo un sobresaliente escrito en la frente.”


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