Una año más celebramos  las fiestas de la Red del Valdetuejar. No son unas fiestas cualquiera, no. Aquí sólo tenemos dos puntos de encuentro.  O  estamos todos en la fuente o todos  estamos en la escuela, pero somos como Fuenteovejuna.  Todos a una. Aquí no hay hinchables, coches de choque (carritos chocones,  según mi novio), ni discoteca móvil (lo único móvil es el cassette que sube y baja de la fuente a la escuela).Durante 3 días el programa de fiestas es muy apretado e  intenso. Se resume en: comer, beber  y correr  sin parar, todo ello pasado por agua.
Sábado por la mañana. Los hombres colocan los banderines durante  horas (no creáis que querían batir un record de puesta de banderines…no, que eran 7 tiras de nada) y menos mal que  este año no hubo discusiones del tipo: “No, hombre no, ahí no,  que chocarán  con  la Virgen en la procesión”. “No, ahí tampoco,  que no pasa el Land Rover de la Mari”. “¡Que los estás poniendo del revés!” “Vaya mierda de escalera. Siempre estamos  igual, subiendo por todos los altos.”… Este año desaparecieron los  elementos conflictivos en la decoración. Si no, en lugar de unas horas  habrían sido unos días para colocarlos. Lo más destacable: mi novio rompió los pantalones, un siete en la pierna. Para recuperarse del esfuerzo, comen  y beben  en la escuela. Yo, bebo para olvidar  el siete en los pantalones nuevos.
Sábado por la tarde. Se celebran las primeras olimpiadas de la Red de Valdetuejar. No será en un año ni en dos pero a lo mejor cuando llegue la generación de nuestros nietos, los primeros participantes de estas Olimpiadas  harán historia.  Europa versus América. Gana Europa…por los pelos pero gana. Por los pelos y porque en el último momento mi novio se pone nervioso y en lugar de estampar el último globo de agua en la zona de 60 puntos (piedra de la fuente en la que está grabado: La Red año 2002), lo lanza por encima de la fuente chocando contra las matas. Demasiada presión. Y lo peor: Pierde a ritmo de los gritos de: “Este tío es tontooooooooo”  por parte del resto de su equipo. ¡Qué falta de compañerismo! Empezamos con carreras individuales y de relevos. Seguimos con saltos de longitud (con los pies juntos se alcanzaron distancias de hasta 2.10…) Me da a mí que fair play el justo. Pasamos al equilibrio. Durante más de 5 minutos, una vez eliminados los demás,  mi novio y Félix saltan a la pata coja empujándose mutuamente hasta que a mi novio le da un calambre y tiene que posar la pierna. Desde entonces los dos tienen agujetas en los gemelos. Acabamos con la prueba de puntería. 20, 40 o 60 puntos dependiendo de la zona de la fuente en la que exploten  los globos.  Realizamos las fotos para la posteridad y volvemos a comer y beber para recuperarnos. Premios para todos. Por un momento consigo que no apedreen a mi novio ni lo tiren a la fuente.
Domingo por la mañana. Jornada de tapas. Ya quisiera Arzak. Tapas en Villarriba y tapas en Villabajo. Nos ponemos ciegos a comida y bebida. Todo para chuparse los dedos.  En cuanto a la bebida, destacar un Vega Sicilia que sabía a gloria (Javi, tú sí que sabes).  Ya quisieran otros pueblos…
Domingo por la noche. Jornada de platillos laboriosamente preparados. Seguimos comiendo y bebiendo. Esto es vida.  No llego a la Caimada pero seguro que fue un éxito como todos los años con lectura de conjuro incluido.
Y llega el lunes. Fiesta de Santiago. Y como dice mi sobrino: “La preparamos”.