Con la tecnología de Blogger.
¿Cuántas veces has dicho “Ya no puede pasarme nada peor” y te has equivocado? ¿Cuántas veces has dicho: “Algún día me reiré de esto…pasará mucho tiempo pero terminaré viéndole la gracia”?


Si has tenido un mal día, si crees que ya no puede pasarte nada peor o todavía no has olvidado eso de lo que tardarás mucho en reírte, entra en este blog y comprobarás que no eres el único. La idea no es consolarse con las “desgracias” ajenas, sino aprender a reirse de lo que haya podido convertir tu día en un infierno.

lunes, 14 de noviembre de 2011




Sólo me  queda un año para empezar década nueva. Un año para ser “alguien” en la vida. 365 días  para conseguir algunos de mis pendientes (no me refiero a los de las orejas que de esos ya casi llego al centenar). Un año para cumplir 40 y con un poco de suerte llegar a la mitad de mi vida. Ya tengo un libro con mi foto en la solapa, he salido en los  periódicos y en las noticias y no por haber atracado un banco o en una esquela. He dado un paso más hacia la fama aunque no podría precisar cuántos más me quedan hasta que me sienta de verdad importante.

Si echo la vista atrás tengo recuerdos…muchos…Cierto es que la mayoría son de mi adolescencia en adelante…desde el momento en el que yo misma empecé a fabricarlos. Antes de eso…algunos,  pero no definiría mi infancia como una época memorable…más bien diría que no tuve infancia…al menos no lo que los niños llaman niñez  (bici, patines, pueblo, piscina, calle, parque, niños…).   Desde que cumplí los 12 tengo novio,  sin descanso entre uno y otro. ¡Qué fuerte… tengo novio desde hace 27 años! He pasado ya las bodas de plata.  ¿A ver quién puede decir eso? Hay personas que asocian los años de su vida  a los trabajos que han tenido o los lugares en los que han vivido. Si fuera escritora a los libros que hubiera publicado pero como no lo soy, pues yo los asocio al novio en cuestión y de esa manera puedo establecer fácilmente una cronología hasta el día de hoy. Si los analizo fríamente  no puedo decir que haya habido una constante en mi vida a la hora de elegirlos. Debe de ser que no tengo el gusto muy definido. He probado desde  el lanzado “te doy un beso en la primera cita” (con 12 años me pareció que estaba salido…con 39 seguro  ya habría cambiado sustancialmente mi obtusa  visión de la realidad);  el macarra “te voy a buscar de lado a lado y no sé cómo he llegado hasta aquí”; el pijo integral “me invitas tú a todo aunque yo esté forrado”;  el facha radical “me fascinan las hippies como tú”; el soso con cojones “aburre hasta las ovejas”; el infiel compulsivo; el te la busco pero no te la encuentro y por ello mismo,  lamentablemente  te dejo; el delincuente “imposible llevar una vida más animada con otra persona”;  el marine “señorita Mrs Propper todo en uno”;  el guaperas mala hostia “estás para unos cuantos viajes y por eso me la aguanto” y alguno más que seguro se me olvida.
Prototipos muy variados con los que si fuera Mary Shelley me haría mi propio Frankenstein…y mientras tanto, espero para los 40 seguir  disfrutando del “viajero”.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Si quieres que  un rumor surja, se extienda como la pólvora, cree  una psicosis que ni Alfred Hitchcock  y de qué hablar durante días,  sólo tienes que lanzarlo en Digiworld, la tierra de las oportunidades de los rumores. Lo mejor de estas bombas de relojería es que tienen garantía de por vida. Cuando crees que ya han  perdido toda su  fuerza y  están  próximas a extinguirse, resurgen  de nuevo, se transforman   y durante días otra vez tenemos de qué hablar y de qué preocuparnos.  
A veces tienen nombre propio. El último se llama ERE, y digo se llama porque todavía sigue entre nosotros.  Con ese nombre tan poco agradecido, pocas cosas buenas puede traer. Llegó por sorpresa en el verano y se instaló en el primer piso. Allí se quedó durante un  tiempo. La gente pensaba:” ¿A ver cómo afrontamos ahora  la compra de los libros y el uniforme del cole?”  En el resto de las plantas respirábamos  tranquilos…como si trabajáramos en otra empresa.  Pero entonces,  todo dio un giro de 180 grados y el rumor comenzó a subir las escaleras hasta la 3ª planta donde  se han asentado  ahora tan a gusto.
En mi empresa hoy despiden a 5 y mañana el resto de los trabajadores ya hemos   confeccionado una lista con los siguientes candidatos a abandonar la academia. Lo malo no es hacerla, lo peor es cuando  a alguien  de buen “samaritano”  le da por llamar a otros empleados  que están  de vacaciones o baja médica para preguntarles  si ya han recibido el buro fax correspondiente. Estoy  convencida de que alguno en mi trabajo le robó la bola  a  Rappel  o  los perejiles a  Paco Porras. Una “porra” es lo único que  nos queda por hacer  para  apostar sobre  quiénes serán  los siguientes en caer…igual no debería estar dando ideas. ..
Hasta hace unos meses vivíamos en el paraíso, en la planta del  progreso. Todos teníamos un futuro prometedor mientras abajo nuestros compañeros jugaban al juego de las sillas para no quedarse sin ella. Ahora de repente todo ha cambiado. La gente nos mira con cara de pena.  “Pobrecitos” piensan “¿Qué será de ellos a partir de enero?” Digo  a partir de enero porque según los rumores como mucho llegaremos al carbón de Reyes.  Ahora somos nosotros los que pertenecemos a otra empresa.
Si cuelgo los descansos para la semana y se me olvida alguno de los casi 200 trabajadores,  viene el  afectado en cuestión  y me pregunta si es que le piensan echar la próxima semana y por eso ya ni me molesto en ponérselos. Un día de estos los ojos se me quedarán virolos.
Esto me trae a la memoria un episodio muy  “gracioso” que ocurrió  cuando trabajaba  en otro edificio en el que pasábamos la tarjeta por un lector. Un día llegó una trabajadora y la suya no pasaba. Otra trabajadora que entraba le dijo: “Eso es que te han echado, jajajaja”. Y resultó que era cierto.  Desde entonces  el protocolo es mucho más elaborado. Ya no te van dejando pistas para que lo vayas pillando. Claro que a alguno le hacen falta algo más que pistas.
Ejemplo: Llamas a un trabajador (13:30). Le dejas un recado importante. Te dice que ok, que no se le olvida. El trabajador llega a las 15:00 y te pregunta: “Oye, tenía una llamada perdida tuya. ¿Qué querías?”
Otro ejemplo: Llamas a un trabajador (13:00) le dices: “Mañana tienes el reconocimiento médico a las 9:00. ¿Podrás ir?” Te responde: “Sin problema”.  (14:00) Su hermana: “Oye Rosa, mi hermano me ha dicho que tiene el reconocimiento médico mañana. ¿Cuándo es el mío?” (15:00) Viene la coordinadora del chico en cuestión: “Rosa, le he recordado lo del reconocimiento médico a…..y me dice qué qué es eso, que primera noticia que tiene porque nadie le ha avisado. Además se acuerda perfectamente que nunca firmó el consentimiento para hacerlo.” ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Se acuerda!!!!!!!!!!!!! ¿¿¿¿¿Perfectamente????

Y luego mi novio me dirá que yo tengo demencia senil….




martes, 1 de noviembre de 2011

Dicen que no se puede vivir de  recuerdos porque te quedarías anclado en el pasado. Mucho mejor seguir fabricando una buena memoria  constantemente.  Yo fabrico y fabrico pero nadie me quita la satisfacción ni la necesidad   que siento  a menudo,  de cerveza en  mano,  rodeada de velas,  oliendo a incienso,  recordar  tantas cosas inolvidables  que he vivido mientras escucho música que me  trae esos momentos  a la memoria. Está bien fabricar pero también es innegable que  el que guarda encuentra,  y a veces me gusta tanto  lo que encuentro…
1 de Julio de 1998
Nuevo trabajo. ¿Por qué lo llamo  así cuando es un lujo con el que pocos podrían soñar?  Delante de la recepción del hotel en el que trabajo,  veo un gran restaurante, diáfano, sin mesas, listo para llenarse sin darse uno cuenta  cuando llegue la hora de la cena.  Hasta ese momento en el que se llene de turistas observo el fondo  la bahía,  llena de yates de lujo. Salgo de la recepción, atravieso el salón  y salto al  muelle,  maravillada con lo que veo. Tan sólo hace par de días  repartía por la noche  leche y galletas a niños de  la calle. Y ahora estoy aquí,  rodeada de lujo y gente que deja 100 dólares de propina. Soy consciente que necesitaba un cambio pero no sé si uno tan radical. Definitivamente nunca he conocido el gris. O blanco o negro pero lo intermedio me resulta  anodino.
En la vida hay  ocasiones en las que necesitamos  parar, respirar hondo y pensar hacia dónde vamos.  Yo lo hice y vi que iba hacia el precipicio. Lo supe el día que salí de casa cargando un cuchillo,  que camuflado dentro de los pantalones me llegaba hasta la rodilla. Y no sólo lo llevaba. Lo chocante  si lo analizo 13 años más tarde es que entonces me resultaba cómodo y estaba dispuesta  a usarlo. Afortunada o desafortunadamente en un momento de lucidez mi cerebro hizo clic y dijo “Ya, para”.
En este hotel de 5 estrellas  sólo me tengo que preocupar de disfrutar. De repente me encuentro con otro mundo que creía ya olvidado. Me invitan a cenar en yates, en restaurantes sobre el agua más transparente que uno pueda imaginar, tengo una habitación en la que cabrían 50 personas cuando tan sólo hace una semana dormía sobre la tierra cruzando los dedos para que no me mordiera ningún bicho extraño. Termino de trabajar, salgo, bailo y bebo hasta el amanecer que vuelvo a trabajar. Así no pienso. Me gusta lo que veo, disfruto de lo que vivo,  pero me gustaría más si no hubiera visto nunca  que hay más vida al margen de esta  que me resulta tan fácil, tan  cómoda, tan…aburrida. ¿Quién me iba a decir a mí que vivir así me resultaría tedioso  en algún momento de mi  vida?
Me atrae  mucho más la idea de  levantarme por la mañana sin saber qué me deparará  el día. Cada 24 horas  una caja de Pandora. Ahora todo es previsible y cuando vuelva, será  más  asquerosamente predecible.   Esto sólo es un intermedio, no tan aburrido como el siguiente acto, pero una  oscura premoción de lo que está por venir.  ¿Cuánto aguantaré a la vuelta?
A lo mejor todavía hay una salida. Quizás la distancia te haga pensar  y encuentres  la solución a esta encrucijada. No quiero quedarme aquí.  Tampoco   quiero volver a lo que tenía hace un año. En realidad sé lo que quiero. Lo tengo muy claro pero lamentablemente no me lo podrás dar
Un año más tarde…

Tenía razón...tristemente te equivocaste con la solución.  Habrá otras pero ya  no serán  la que yo realemente quería.

domingo, 30 de octubre de 2011

6 años más tarde todavía consigo sorprender a mi novio…para mal, pero le sorprendo.  No le dejo indiferente que es lo importante. Me mira con cara de: “Te lo suplico, Rosa, esto no lo cuentes que te conozco y no te pondrás ni colorada.  No es necesario que la gente esté al corriente de  todos tus pensamientos…tus hippies e inmorales  pensamientos. ”  ¡No  va ahora y se me escandaliza porque no me parece tan mala idea dedicarse al  oficio más antiguo del mundo! Bueno...igual tengo que  concretar un poco. Si pienso en ponerme en una calle oscura   a esperar a saber  quién le da por parar  su coche pues  me da una pereza que te mueres…el frío lo llevo fatal.   Seguro que la mitad de las veces me haría la ofendida y diría que estoy allí esperando el autobús aunque fueran las 3 de la mañana. Pero…pongámonos en otra situación que seguro a más de una le resulta familiar.  ¿Cuántas veces no te habrás acostado con alguien que al final  resulta ser un engaña bobos?  ¿Nunca te has despertado y antes de  girarte ya estás pensando: “Por favor, por favor, que todo haya sido  un mal sueño, que no haya nadie al otro lado, que eso que se mueve sea el gato que no tengo?” Ahora imagina que en esa situación tan lamentable,  te despiertas y piensas: “Vaya tongo”,  “Otro polvo para el olvido” o “Si lo llego a saber me quedo en casa viendo la Noria” y…de repente, te das la vuelta y sobre la mesita  ves un billete de 500€. ¿Te ofendería tanto realmente que te hubieran tomado por una mujer de vida alegre?  (De mi rotunda respuesta    la cara de mi novio al  que sólo le ha faltado hacerse de cruces).  “A mí me parecería genial. Le haría la ola al inútil en cuestión. ¿Cuál es el problema en haber sacado partido de algo que no había ni por donde cogerlo? Acaso,  ¿Te sentirías   mejor si al día siguiente te despiertas, haces memoria de la catástrofe nocturna y como consecuencia  te das de cabezazos contra esa mesita  que sólo te parece un  horrible mueble sin un billete morado que lo adorne? 
En el primer caso me llevo una sesión completa de spa, de esas que te borran de la mente cualquier deplorable recuerdo. En el segundo caso me llevo un chichón y  me llevaría  la mesita al punto limpio si no tuviera que cargar con ella hasta el coche.
Al final mi novio ha reconocido que igual tengo razón. Eso merece un premio. Y se lo doy. Estoy orgullosa de mí misma. No sólo  le sorprendo con las cosas que se me ocurren…que son muchas.  También le dejó petrificado con las cosas que me ocurren. ¿Habéis estornudado alguna vez en medio del momento en cuestión? Jajajaja. Será de esos momentos que no importa el tiempo que pase, cada vez que lo recuerde, me moriré de la risa. No creo que a él le pase lo mismo. Pero total…no me  iba a dejar nada en la mesita…ni para un café de máquina…así que ya se le pasará.

viernes, 21 de octubre de 2011


                                                                                                                             15 de Septiembre de 1985

De mis últimos   15 días en Tegus  podría  contar muchas cosas pero será  mejor que deje el resto   solamente para  mis recuerdos. Viví cada minuto con la intensidad  de las personas a las que les comunican que  sólo les  quedan unos días de vida. Es sorprendente lo bien que se lleva uno con la persona a la que quiere  cuando cree  que no la va a volver a ver nunca más. Aprovechas cada minuto como si la vida  te estuviera regalando cada instante. Te quedas en el “THE END” de las películas, en ese segundo  perfecto en el que todo se  idealiza.  ¿Nadie se pregunta nunca qué pasó después? ¿Seguirían juntos toda la vida? ¿Y la crisis de los 7 años? Te quedas en el “estábamos hechos el uno para el otro”…en realidad, ¿Cómo puedes estar tan seguro?
Creo que  nunca debemos  volver a los lugares en lo que fuimos  felices. Lo creía ya entonces y lamentablemente lo volví a comprobar después de nuevo.  Los buenos  recuerdos, esos que te dejan un agradable  sabor de boca, esos que te hacen idealizar una relación, una amistad o un lugar,  pueden tornarse en: “Me gustó más la primera vez; es que esta vez, es que la otra vez…”y un montón de lamentos más que borrarán incluso los recuerdos especiales  de la primera.
Pero…yo soy necia por naturaleza. Tenía que volver. No podía vivir toda la vida con el: “Y si hubiera vuelto…” ¿Habría funcionado?” “Y si…” El “y si” es muy jodido para la mente de un inconformista.  No puedo vivir con la duda de haber dejado algo por intentar. Tenía que volver aunque fuera tan sólo a cerciorarme de  mi equivocación…o no. No digas nunca que algo es imposible….di que todavía no lo has intentado. ¡Cuánto daño han hecho algunas filosofías de vida!
Nos despedimos en la oscuridad de un cine con “El Santo” como único testigo.  Es difícil seguir el hilo de una película con lágrimas en los ojos, lágrimas provocadas por dos extras que no protagonizan la película.  Te agarras  a alguien con la desesperación de saber que igual es la última vez que le abrazas. La última que  sientes ese cosquilleo que ha convertido tu vida en una noria desde hace un par de  meses. Vértigo es lo que realmente sientes en ese momento y un nudo en el estómago.
“Dentro de tres meses te esperaré en el parque del Lempira a las 4 de la tarde. Si estás allí sabré que todo sigue igual y al mismo tiempo comprenderé que tu vida  ha cambiado. Si estoy allí, tú podrás comprobar que no he dejado de pensar ni un solo minuto en ti.”
“Te amo y nunca dejaré de intentar  cualquier cosa para mantenerte a mi lado”. Me abrazó y sentí crujir huesos de mi cuerpo  que no sabía  ni que existieran.
Sólo a mí se me ocurrió volar de vuelta  el día de la fiesta nacional. Correr  de la mano  entre coches atascados en todas las carreteras para llegar a tiempo al aeropuerto fue algo inolvidable. Correr sin cruzar palabra pero sin soltar las manos sintiendo que ese es  el único nexo que aún me unía a ese país y a él…indescriptible.


miércoles, 19 de octubre de 2011

Hay personas que pasan por la vida como quien está aquí por haber de todo, “puesto por el ayuntamiento” que diría mi abuela.  Quizás al nacer tuvieron la mala suerte de escuchar: “Fuiste un accidente”. Simplemente decidieron ser obedientes y  continuar  así el resto de sus días. Cero aspiraciones, nulas ilusiones  y disfrutar, lo que se dice disfrutar,  nada al cuadrado. Algunos, increíblemente,   son felices así y otros no tanto  pero siempre con  la capacidad de seguir adelante en la apatía constante y sin darle un giro de 180º a su vida. También conozco gente  que pasa sus días  anhelando algo que nunca llega… con la frustración que eso genera por dentro. Por último están los que  cargan con todas las penas del mundo  a sus espaldas cual mochila llena de piedras. Estos últimos normalmente envidian la vida de los demás aunque a veces sea peor que la suya…o no, pero se convencen  que si la tuvieran,  serían por fin felices. Culpan de sus desgracias a la tacañería de la vida con la suerte que les ha otorgado. No se dan cuenta  que  su actitud es  la que marca el límite entre un paraíso ideal y un paisaje desolador. Los años pasan volando y si fuera por algunos que  continuamente ansían   que sus semanas se reduzcan a sábados y domingos, pasaríamos  aquí el tiempo justo para disfrutar un poco y sufrir otro tanto. Menos mal que aún queda gente que vive cada minuto como si fuera el último.
Hay hechos que marcan nuestra vida para siempre. Algunos dirán: “Con todo lo que yo he vivido” como si cumplir un año tras año fuera vivirlos realmente. Otros te dirán: “Yo ya lo he visto todo” cuando si te fijas bien, siempre llevan las  gafas más opacas que un tablero de melamina. Supongo que así se auto convencen que su vida ha sido una constante aventura en una montaña rusa  aunque esa locura trepidante vaya normalmente asociada al: “Yo he sufrido mucho en la vida”. Estar sólo puede ser un trauma para unos y una liberación para otros. Es querer lo que no se tiene lo que realmente convierte algunas vidas en un drama andante. Normalmente el lamento por  lo que pude haber sido y no fui es más cómodo que el perseguir tu sueño hasta el final.

domingo, 16 de octubre de 2011

EL DIARIO SECRETO DE  R.V. “LA VIE EN ROSE”
9 DE NOVIEMBRE DE 1987
Hoy cumplo 15 años. Ojalá viviera en México,  Venezuela o en Miami. Si así fuera,  me levantaría de un salto y me  prepararía  desde por la mañana para embutirme en un vestido de princesa y celebrar mi fiesta de “ya me he hecho mayor.”Mierda. ¡Despierta!.  Ni vives allí ni aquí se celebran ese tipo de fiestas. En un día tan señalado como éste,  aquí simplemente te levantas para ir al colegio. Uff… ¡Menudo fiestón! La desgracia de compartir piso con 4 hombres y un solo baño es que o te levantas la primera  o te mojas el culo al sentarte. . ¿Para qué se pondrá mi hermano pequeño las gafas antes de levantarse de la cama? El origen de la frase “mear fuera del tiesto” se remontará siempre al domicilio de mis padres. Todas las mañanas el mismo despertar. Cagándome en todo lo que se menea y poniendo a Dios por testigo que si algún día tengo mi propia casa tendré mi propio baño. Hace un frío de cojones. Pero  tendré que ducharme. Si no, mal voy con esta cara de asco que se me ha quedado desde que me senté en el WC.
El día tiene que mejorar. Menos mal que hay cosas que siempre funcionan. Me pongo  la ropa de los domingos. Hoy  me da igual si mi madre se enfada. Menuda novedad sería.  Salgo a la calle con las hombreras más grandes del cajón. Eso no puede fallar. Eso y que salgo de casa  no sin antes saludar y tirar besos  a todo el grupo de Europe, que  desde  detrás de la puerta de mi habitación me dan su aprobación. “Gracias, gracias. Sois estupendos. Os quiero.”
De comida,  cocido. Está visto que o lo celebro yo por mi cuenta  o están por joderme el día. Bronca de mi madre. “Así como te van a durar las cosas” “A ti te da igual que sea lunes que domingo” “¿A ti no te duelen las cosas?” “Tú sigue así que no te volveré a comprar nada”….Le metería la cabeza dentro del plato de  sopa pero como no hay valor, desconecto.  
Acaba la clase. Asomo por la ventana del 2º piso del colegio. Yo y el resto de la clase. No a todas las chicas las viene a buscar su novio. “El vago” me está esperando. ¡Cómo mola salir con un tío al que llaman “el vago”!.  Me miro en el cristal de la puerta de clase. Perfecta. Las hombreras en los hombros  y en el pelo un cardado que ni Bon Jovi en el último concierto. No veo mucho pero sí lo suficiente para apreciar su melena al viento. Hoy se la ha lavado. ¡Qué detalle! No tanto como el hecho de que haya venido borracho y fumado. Eso y que no se ha acordado que hoy es mi cumpleaños. Nos hemos dado un muerdo  en el callejón que hay al lado del colegio…en lo oscuro. Si me pilla mi madre no vuelvo a salir hasta que cumpla los 40.  El beso no me ha gustado nada. El aliento le apestaba a alcohol. No le veo yo  mucho futuro a esta relación.
Por fin,  sucede algo que me alegra el día. Mi abuela me ha comprado una minifalda vaquera. Grito y salto feliz y contenta. La alegría me dura poco. Llega mi madre con unas medias en la mano. 15 años y la primera vez que tendré medias y no leotardos. Eso sí, blancas como recién sacadas de la lavandería de  enfermeras del hospital. Seguro que me veo súper sexy con semejantes escayolas en las piernas.
Vaya forma de empezar  los 15 años.


miércoles, 28 de septiembre de 2011

                                                                                         



Si mi novio me habla de algo de lo que ya me habló (según él, claro) y lo que me  dice me suena a chino, tengo que escuchar: “Es que nunca me haces caso cuando te hablo, no me prestas atención. Tú sigue en  internet y a mí que me den por ahí.”

Pero… ¿Qué pasa cuando yo le hablo de algo de lo que ya le hablé (según yo por supuesto) y es a él al que le suena a chino lo que yo le digo? Pues entonces tengo que escuchar: “Si es que no me cuentas nada. De todo me tengo que enterar de rebote y por los demás. Ahora te inventarás que me lo contaste. A saber a quién se lo dijiste. Mira, mira…prefiero no saberlo y me voy a callar que la tendremos muy gorda”.

¡Pues no va ahora y  dice que se ha cansado de ser él el que está todo el día encima de mí! Me dice que me lo curre yo y le demuestre que me importa. Pues claro que me importa pero no entiendo por qué tienen  que cambiar las cosas. Yo soy un animal de costumbres y estaba muy bien acostumbrada. He pasado de huir a  todas horas por la casa a tener que pasearme desnuda hasta para calentar la leche en el microondas. Me mira de reojo, se ríe pero no te creas que se acerca o dice algo, noooooo, se hace el pendejo, como si no fuera con él y yo estuviera loca. Y eso que como todos los hombres tiene ese apéndice que le delata continuamente. Eso sí, con  la caradura de decir que eso no cuenta, que el bicho  tiene vida propia, pero que no significa nada.
Desde hace días duermo sin ropa. Me abrazo a él toda la noche, ahí pegada como una lapa. Menudo calor. Cuando se despierta dice: “Pero cariño, ¿Cuándo te quitaste el pijama?” Tendrá morro…  Paso de revisarle las uñas porque seguro que se las ha comido todas,  una por una durante  toda la noche.

Yo no sé cuánto le va  a durar tanta dignidad pero espero que el verano siga alargándose porque si no, no sé si ganaré para Frenadol este invierno.

Con lo cómodo que era todo antes…

domingo, 25 de septiembre de 2011

¿Cuántos estáis de acuerdo que es el Lobato  el que gafa a Alonso? No ha empezado la carrera y  ya está el tío comiéndole el nabo: “En una hora dará comienzo  la carrera por antonomasia de Alonso. 3 veces se ha disputado, y tres podios. Triunfo garantizado. ¡Qué emoción! La única duda es si será primero, segundo o tercero.”
Rosa: “Ya la cagó. Fijo que rompe el coche o queda detrás de la ambulancia”
Mi novio: “Joder, Rosa, mira que eres radical.”
Rosa: “Radical no. Es la puta verdad. Cada vez que ese tío abre la boca, el pasmaó del otro la manga. Alonso coge una curva un poco rápida y el calvo tiene que taparse con el micrófono para que no notemos que está empalmaó. Jajaja. Es como esas personas  que se ponen cachondas al escuchar determinadas palabras. Alonso describe las piezas del volante y al otro le brilla la calva.”
 Mi novio: “Madre de Dios. Sacrílega.  ¿Qué sabrás tú de deportes?”
Rosa: “Más que tú. Es como la liga. Menudo montaje. Y luego criticas a los del Deluxe o la Noria.”
Mi novio: “¡Qué estúpida  teoría tienes ahora!”
Rosa: “Estoy segura de que los del Barca y el Madrid tienen todo amañaó. O,  ¿A ti no te parece un poco raro que justo vayan perdiendo y empatando al mismo tiempo?”
Mi novio: “¿Raro? ¿Por qué iba a ser raro?”
Rosa: “¿Ves como no sabes nada de deportes? Mucha técnica y muchas reglas pero las cosas importantes las desconoces.”
Mi novio: “Sé que me arrepentiré pero…explícate.”
Rosa: “Todos los demás equipos se quejaban de que la liga era cosa de dos y que no tenía emoción. Así que entre los de Barca y el Madrid han decidido dar ventaja al resto. Estoy segura que Casillas le manda sms a Villa y Xavi se los manda a S. Ramos y acuerdan perder y empatar para estar iguales. Y dentro de un par de jornadas  cuando los demás equipos  ya lleven algún punto se pondrán a jugar en serio.”
Mi novio: “……)P/?$&$)8P(/=&%%&·/%$”&$·!/P)=/=”
Rosa: “Seguro que salen de copas juntos y se descojonan de todos nosotros y de los demás equipos”
Mi novio: “Claro…y Pep y Mou también están de acuerdo…no me digas más.”
Rosa: “Nooooooooooooo. No entiendes nada. Ellos no lo saben.  Ufff….el día que esto salga a la luz se les va a caer el pelo. Les van a tener corriendo  hasta el día del juicio final.”
Mi novio: “Y va a salir a la luz porque tú lo vas a contar…no me digas más.”
Rosa: “¡Te lo dije! ¡Cuarto! Jajajaja. Y ahora dirá el Lobato que fue por culpa de alguno de los otros corredores. Fijo.”

Horas más tarde…

Rosa (leyendo noticias en Internet): “Jaime-Alonso ¿Guerra a la vista? …Si ya sabía yo que la culpa la iba a tener algún otro…Mira que es cansino…Seguro que ha sido el Lobato el que le dijo por el pinganillo: “Alonso, eres el mejor. No ha sido culpa tuya. Reclamaremos. Si no hubiera sido por ese payaso, habrías ganado un podio. No te preocupes. Yo te quiero, te idolatro, te adoro, te admiro igual. Ahhh, ahhh, ahhhh….ya me he puesto perdido otra vez. “

jueves, 22 de septiembre de 2011

El viernes caerá un satélite sobre la tierra. Eso han dicho las noticias. Da tantas vuelvas al día alrededor de nuestro planeta  que los organismos competentes no han podido  precisar aún el lugar del impacto. Tampoco han comunicado el tamaño aunque si corre tanto,  digo yo que será pequeño. Claro que, a lo mejor pequeño implica en este caso  toneladas listas para hacernos desaparecer del mapa ipso facto. Seguro que omiten la información para no asustarnos.
Si salimos bien parados  de ésta y no nos toca morir aplastados por el  satélite ni por el tsunami que provoque al  caer el mar (si cayera en el agua),  llegaremos al 2012, año bisiesto. Según mi madre, año de desgracias.  La gente no podrá casarse ni tener hijos, ni montar negocios y muchas más cosas,  destinadas todas ellas, según mi madre vuelvo a repetir, al fracaso por el antojo de comenzarlas en bisiesto. ¿Cómo si no pudiéramos esperar al 2013?  A duras penas  llegas a fin de año sin sufrir ninguna penuria de estas anunciadas por mi progenitora, mi  “Meusdamus” particular. Pues ya te anuncio que  te va a dar igual porque si tenías la ilusión de que en el 2013 saldríamos por fin de la crisis, nos concederían ayudas para  todo, y los menos arriesgados se decidirían por fin  a hacer todo lo que dejaron por hacer en el 2012, pues no. Ya dijeron los Aztecas en su día (no los Mayas como cree la mayoría), que llegaba el fin del mundo. Vamos… que  en el 2013 no queda aquí ni Dios.
En realidad…el satélite seguro que no cae en España. Aquí no cae ya,  ni el Gordo en Navidad. El año que viene deberíamos hacer  todo lo que se nos ocurra y más. Los bisiestos tienen que dejar de estar marginados. Mi madre creará un grupo en facebook: “Señoras que reniegan y farfullan da igual sea bisiesto o no.” Y antes de llegar a diciembre del 2012, haremos caso a los Mayas. El mundo no se acabará después de comer las uvas. En realidad, ese  el momento de decidir cómo quieres vivir el resto de tu vida. Todo es una dualidad. Y en tus manos está el camino que elijas. Por lo tanto habrá que  empezar el 2013 con buen pie porque marcará el resto de nuestra vida…hasta que llegue otro “profeta” y diga que el mundo se acaba de nuevo en….

martes, 20 de septiembre de 2011

                                                                                             Dicen que hay siempre una primera vez para todo en la vida  y esa primera es  la única que realmente  cuesta. Las siguientes vienen  todas rodadas. La primera mentira te mina la conciencia  de tal manera que  no te deja dormir (algunas personas sí pueden,   pero estaríamos hablando de mentirosos patológicos…no cuentan). La primera vez que engañas a alguien y después no sabes cómo mirarle a la cara sin que se te note (a algunas personas tampoco les pasa pero,  estos ya son profesionales…no cuentan), la primera vez que le das una hostia a alguien (a algunos tampoco les pasa pero ya serían maltratadores...no cuentan).
                                                                                             En las relaciones pasa algo parecido. A mi primer novio le dejé porque me dio un beso en nuestra primera cita, sin lengua ni nada pero a mí ya me parecía que se había propasado. No sé lo perdoné y eso que me regaló un reloj amarillo con el dibujo de un pajarito en el medio de los que vendían  en Más barato que en Canarias. El segundo novio que tuve  sólo se atrevió a darme el primer beso después de recorrer la misma calle arriba y abajo durante dos  horas. Todavía no sé cómo algún vecino no nos denunció como  sospechosos. Tenía 5 años más que yo pero al pobre  le faltaba decisión. Nunca pasamos de besos a tornillo sin transferencia de saliva por medio…que ahora es algo que me parece digno del Guiness.  Y llegó el tercero. Este fue más listo y  con él  bebí mi primera cerveza. Un macarra de mucho cuidado que me tenía fascinada con aquellas medias negras de lycra que llevaba y  me convertían a mí  en la más guays del colegio. Con éste ya supe lo que era un beso con lengua pero hasta ahí llegamos. Y vino el siguiente. Y recuerdo que con el primer beso me hizo cosquillas hasta la campanilla del impulso que cogió. “¡Por Dios, me vas a poner perdida con tantas babas!” Ya adolescente  era tan sutil como ahora. Superado ese primer trago (qué gráfico y qué real  queda eso del trago) llegamos más lejos. Casi un año más tarde pero llegamos. Eso sí, el corazón a 200 por hora. Seguro que todos os acordáis de la emoción que sentisteis la primera vez que os metieron o metisteis mano. ¡Qué frase más soez! Me acuerdo siempre de dos expresiones de cuando era pequeña: “¿Te pidió salir? o ¿Te pidió de salir? que decían algunas más cultivadas y “¿Te metió mano?” que también era  igual de bonita. Y si tardó un año en hacer eso tan emocionante, pues tardó otro en llegar más lejos. Si lo pienso ahora… ¡Cuánto sufrió la salud de aquel muchacho en esos dos años! A calentón diario. Eso tiene que repercutir sobre tu cuerpo a largo plazo más que la dieta Dukan. Y cuando por fin avanzó,  yo reculé y vuelta a empezar el proceso pero con otro un pelín más atrevido. A este sólo le costó un año llegar a la meta. Y así sucesivamente hasta el último,  al que  conocí una noche, pasamos directamente a la última fase  y se quedó a vivir en casa. De eso hace más de 6 años. Y es que el tiempo apremia. Ya no está una para andar tomando cafés.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Nos pasamos media vida deseando lo que no tenemos y la otra mitad en búsqueda de  novedades  cuando ya hemos conseguido las  cosas que en un primer momento nos parecían inalcanzables. ¿Inconformistas, inseguros o caprichosos? Yo tengo de todo un poco.
Tengo congelado en la nevera todo aquello y a todos aquellos que por algún motivo no quiero que me molesten. No con la intención de que les pase algo malo pero sí con la esperanza de que ellos no consigan  que me suceda a mí. Hace días, por curiosidad, descongelé todos los cubitos que había y comprobé que en cuestión de dos años mis “miedos” y mis “deseos”  habían cambiado sustancialmente. Los volví a llenar otra vez pero sin coincidir en nada con lo que había escrito en su momento. Va a ser que soy un poco veleta y  en cada momento de la vida ansiamos cosas muy diferentes. Me río pensando en la de veces que habré  llorado lamentándome  por algo que no conseguí  o por algo que perdí (en realidad, yo sólo lloro viendo la tele pero me entendéis lo que quiero decir porque seguro que más de uno habrá llorado a lo tonto a lo largo de su vida). Si supiéramos esperar un poco y no nos dejáramos ahogar  rápidamente en un mar de lágrimas comprobaríamos que con el tiempo esa lamentable pérdida  no lo era tanto y al final siempre hay un salvavidas del que echar mano en cada caso.
Me causan admiración las personas que desde pequeñas  ya saben lo que quieren y nunca cambian de opinión. Yo desde renacuajo  ya quería ser independiente, vivir fuera de casa y no fregar nunca ni un plato más (grandes aspiraciones como veis). Cuando fui adolescente seguía queriendo vivir fuera de casa. “Yo de mayor quiero casarme y tener hijos” (Pensándolo fríamente casi que prefiero  las aspiraciones que tuve durante la infancia). Los vestidos de novia han hecho mucho daño a las mujeres a través de la historia universal. Llegó el momento de pasar por el altar y entonces ya  no quería casarme. Se me antojó conocer mundo. Era el momento de “conocerse a uno mismo”. Me desternillo  cada vez que le oigo esa frase a algún friki de los que van a los realities. Yo no me imagino con casi 60 año como Rosa Benito  diciendo: “Aunque soy consciente que todo se magnifica (esa es otra perla), estoy muy agradecida con esta experiencia porque me ha brindado la oportunidad de encontrarme  a mí misma.” (Uno ya no sabe si ha estado de supervivencia o de ejercicios espirituales).
Cuando ya te has encontrado  y has  experimentado lo que querías y algo más, vuelves. Y resulta que ahora quieres lo que dejaste. Pero ya es tarde. Y lloras por la pérdida. No tiene sentido pero…joder…¡¡¡Si era mío!!! La verdadera pena es esa, que ya es de otra y eso jode…no sabéis cuánto… De nuevo queremos lo que ya no tenemos.
Para entonces el matrimonio ya no significaba nada para mí. Pero la idea de “quedarme sola” sí. “Y si nunca encuentro a nadie. Y si no comparto mi vida con nadie. Y si…Y si…” Y…nada porque al final esa circunstancia no se ha dado. Y claro, como no podía ser de otra manera  a veces anhelas la soledad.
 Si ahora no tuviera hijas estoy segura que diría: “Y si hubiera tenido descendencia…” pero como las tengo ahí todo el día: “Me aburro, tengo hambre, tengo sed, tengo sueño, me canso, ¿Qué hacemos? ¿A qué jugamos? ¿Dónde vamos?” pues digo: “Y si estuviera sola y tuviera todas las tardes del mundo para mí…ummmm”
Soñé con vivir en Nueva York o en cualquier capital del mundo rodeada de miles de personas y hoy por hoy  desearía vivir en un monte perdido donde no se escuchara  más ruido que el de los árboles. Quise ser alguien importante y ahora, si viviera en ese rincón perdido, montaría “Tasca la Rosi” donde la gente se serviera ella misma. Si tengo que estar sentada en un mesa escribiendo mientras bebo cervezas no puedo estar en todo…digo yo.
Ahora que lo pienso…ya de pequeña me encantaba beber cerveza…Ya sabía yo que si ahondaba un poco, en algo tenía que ser constante…

martes, 13 de septiembre de 2011

20 minutos para acabar  un único  punto  en el partido de Nadal-Djocovic.  40-40 y una AD que sube y baja todo el tiempo para mi desesperación. ¿Soy la única a la que el tenis  le parece aburridísimo? Pero…  A ver quién es el valiente que   le arranca el mando a mi novio antes de que acabe el partido para poder poner el canal de telenovelas... No presto mucha atención a lo que ocurre  pero sí escucho  comentarios alentadores  sobre  Nadal: “O esto cambia o que  lo de ya  por perdido” “¡Qué mal, qué mal Nadal!” “Esto va ser imposible”. Y digo yo,  ¿Por qué contratarán  agoreros como comentaristas? Sabrán mucho de tenis pero nunca han oído eso de: “No menciones aquello que no quieras que suceda”.  Si yo fuera el mallorquín les demandaba por gafes  según saliera de la cancha. Nadal se seca el sudor con una toalla cada vez que acaba un tanto, se saca los calzoncillos  una media de 10 veces por minuto, se coloca la camiseta, los calcetines, el pelo que no tiene porque lo lleva detrás de la cinta cada vez que saca, se peina las cejas con los dedos (sólo le falta chuparlos previamente con saliva). No sé de dónde saca tiempo para jugar al tenis  con tanto ritual.  Djocovic no se queda atrás. Bota la bola un mínimo de 20 veces antes de sacar, varias con la mano y otras tantas con la raqueta, se limpia todo el tiempo la boca  con la muñequera (luego habrá taraós  que quieran que se la regale).  
Hasta que no salen los puntos en la esquina de abajo no sé realmente quien ha ganado o perdido el tanto. Lo que más gracia me hace es ver cómo la gente en las gradas  gira la cabeza de lado a lado según quien golpee la bola.  ¿No habrá nadie capaz de mirar la cancha entera de frente?  
Mi novio se sabe de memoria los reglamentos de todos los deportes habidos y por haber y por más que me los explique sigo sin entender lo que es un córner, quien gana la pole en los campeonatos de motos o coches con tantas Q, o cuando se hacen  triples en baloncesto… Y la gran incógnita… ¿Quién comentará los campeonatos de gimnasia rítmica, patinaje artístico o natación sincronizada  el día que muera la mujer  que lo hace siempre?  El día que suceda espero  no pongan a los que están comentando este partido porque no volvemos a ganar en la puta vida.
Mi novio espera pacientemente a que acabe el partido. Hay que tener valor... Como Nadal no ha ganado,  ahora es él el que quiere probar suerte en el juego. Lamentablemente yo me he agotado psicológicamente  de ver a dos tíos corriendo de un lado para otro durante más de 3 horas.
“Estás desperdiciando tu juventud y las oportunidades que te ofrece”…Me dice. Definitivamente  le ha afectado el partido más de lo que yo pensaba.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Mañana vuelta al colegio. Mi hija de  3 años ya ha tomado la firma decisión de no ir.
 Empiezan  las negociaciones. No estoy acostumbrada. Con mi hija de 8 años nunca negocié. Todo era más sencillo. “O haces esto o te arranco la cabeza”. Nunca hubo discusión por la ropa. Su respuesta a la pregunta: “¿Qué te pones hoy?” era: “Lo que  me traigas”. Un chándal y unas playeras siempre han sido el fondo ideal de armario para Adriana. Podría vestirse a oscuras y le daría lo mismo porque no se fija ni siquiera si lleva las bragas del revés. Con Valentina todo es diferente. “Esto no pega con esto. Esto hace gordo. Esto queda flojo. Esto queda mal.  Estos zapatos no son divinos. ¿Cómo se te ocurre pensar que me voy a poner un chándal si no hay gimnasia?”.  Y yo me pregunto: ¿Dónde coños habrá aprendido todo eso si yo y su padre somos la antítesis de Carmen Lomana?
“Mañana vas al cole pero no te quedas al comedor, ¿vale?”
“Mami. Eres una campeona. La mejor del mundo mundial. No me quedo al comedor y tampoco me quedo a peque juegos hasta que la profe Sandra  prometa a todos los niños del colegio que este año va a ser maja”.
“Ya le pido yo  que me lo prometa a mí en la intimidad.  No es necesario que os lo prometa a todos los niños públicamente. Verás qué maja va a ser Sandra este año. No va a gritar a ningún niño como una desaforada. Va a ser la Dora la Exploradora del Teodoro Gadañón. Te lo juro. ”
“Vale. Si me prometes que Sandra va a ser maja, yo te prometo que yo voy a comer lentejas y fruta cuando cumpla cuatro.”
“Vamos….que el 19 de diciembre comemos todos lentejas para celebrarlo.”
“Noooooooooooooooooo. Ese día no. Mejor al día siguiente. El día de mi cumple comemos Nocilla para celebrarlo.”
En 3 años mi hija nunca ha probado la fruta. Lo más cerca que estuvo  fue una esquina de un trozo de melón que previamente hay sido bañado  con Nocilla y después de chupar la Nocilla dijo: “Esto no me gusta. Es fruta. Huele a fruta. Sabe a fruta.” Mi hija a sus 3 años llega a un sitio y dice: “Aquí huele a caca de perro o aquí huele a caca de vaca o aquí huele a caca de oveja o aquí huele a guantes de goma o aquí huele a cola o aquí huele a ebanistería…” Pero…¡¡¡¡¡¡¡¡¡Si nunca ha estado cerca de ningún animal!!!!!!!!!!!!!! …a excepción de su padre, claro que, por cierto,  trabaja en una ebanistería.”
No se pueden tener los 5 sentidos tan desarrollados. El único del que carece totalmente es el de la discreción…igual tiene a quien salir.
Situación: Yo, su padre, mi suegra y un amigo mío tomando un café.
Valentina mirando a mi amigo fijamente: “¿Sabías que a mi mamá le sangra el chichi?”
La cara de mi novio un poema, mi amigo con los ojos girándole 360 grados. Mi suegra descojonada. Yo: “¿Vamos a ver ya la catedral?”. Valentina: “jajajaja”.
La matoooooooooooooooooooooooooooo










miércoles, 7 de septiembre de 2011


Hace unos días en el trabajo no conseguimos ponernos de acuerdo  sobre la siguiente pregunta: ¿Cuál es el motor que mueve el mundo? (a menudo mantenemos estas amenas  disertaciones   con las que intentamos,  en vano,   resolver los grandes enigmas  de  la historia. Y mientras lo hacemos, trabajamos “duramente”. Somos así de eficientes).  
 Yo, versión femenina, opinaba, por supuesto,  que el amor es el botón que  mueve a las personas y para muestra,   varios botones, Sarkozy, Cayetana, Napoleón…
Ellos, versión masculina,  opinaban que qué amor ni que ocho cuartos. Lo que mueve el mundo es el deseo…o lo que viene a ser lo mismo, el sexo. Sarkozy no está enamorado, está encoñado. De Cayetana,   mejor ni opinaban. La gente sólo está enamorada un tiempo, desgraciadamente  breve, y después de esa fase de enamoramiento estúpido,  con un poco de suerte todo se convertirá en una buena relación comercial o laboral. Un quid pro quo en el que yo te doy algo y  tú me das algo a cambio. Y claro…como  todas las relaciones laborales pues  unas duran más que otras. A veces te hacen fijo y otras veces,  a tu jefe ya no le convences y te despide…si eres afortunada,  con un buen finiquito. Hala… así de simple. Ya tenemos el  resumen las relaciones sentimentales.
Después de darle vueltas, he llegado a la conclusión de que lo que mueve el mundo es la ilusión. Y para esto si me sirve el caso de Cayetana. Ojalá todos tuviéramos la misma ilusión que tiene ella a menos de un mes para su boda. La gente la criticará pero ya quisiera yo para mí estar así de emocionada a mis 85 años con todo lo que aún me quede por hacer en la vida. Vida sólo hay una. Podemos vivirla mal o bien, con ganas o sin ellas, con alguna motivación o sin ella. Mejor elegir el camino de la duquesa aunque algunos envidiosillos no lo compartan.

martes, 6 de septiembre de 2011

Mi novio siempre se queja porque cuando se enfada no respondo…al menos no como a él le gustaría.  Si grita yo le miro con cara de: “Estás para encerrar”. Y él se enerva más. Si amenaza con irse y me mira amenazante esperando una  reacción inmediata para retenerlo,  yo sigo sentada, cerveza en mano. Cada uno apechugue con sus propias e irracionales  decisiones. Probablemente  mi frialdad no sea buena. Reconozco tiene que sacar de quicio a cualquiera. Pero…
Hace unos días  un vecino discutía con su novia en un garaje  cercano. Yo los oía desde la ventana de mi terraza. (Imaginad el tono de las voces). Tengo que admitir también que aunque mi novio me repetía sin cesar que dejara de cotillear los líos ajenos (bastante tenemos ya con los nuestros) yo no pude evitar seguir allí colgando con medio cuerpo fuera de la ventana  por si me perdía algún detalle. El caso es que la novia   debió de cometer el imperdonable error de decir “hijo de puta” en el transcurso de su conversación. De repente el metro y medio del consorte  se transformó en el increíble Hulk  y montó en cólera. Acto seguido empezó a soltar esa retahíla que ya está pasadísima  de moda: “Con mi madre no te metas porque no sé lo que hago. Mi madre es una SANTA”. (Nunca he entendido muy bien por qué si los hombres piensan en general que  las mujeres somos  un poco brujas, manipuladoras, rozando  el hijo putismo  a menudo, después resulta que las madres,  que al fin y al cabo no dejamos de ser mujeres,  por el hecho de ser madres,  ya somos santas.)Él gritaba y ella sólo acertaba a decir: “Lo siento…ya te he pedido perdón. ¿Qué más puedo hacer?” Y él a torta limpia con todo lo que había en el garaje y vuelta la burra al trigo: “Mi madre es una santa y nadie se mete con ella. ¿Me oyes?” (Pues ni que estuviera sorda).
Mi novio: “Deja de escuchar, Rosa, que no va contigo. Te vas a caer por la ventana. ”
Yo: “Es que a los tíos como ese  les venía bien alguien como yo. A la primera que me gritara que me fuera  a tomar por culo ahí  lo dejo plantado…no sin antes recordarle que me voy,  pero a tomar café con su puta madre…por si le había quedado alguna duda la primera vez  que me metí con su santa madre…que no se puede ser tan corto y tan de pueblo en la vida.”
Mi novio: “·)()”$()&/·%$)%$”/Y?(“!/?$)”$/?=” (Aunque no os lo creáis, mi novio  es capaz de hacer todo esto con los ojos cuando me escucha…)”


sábado, 13 de agosto de 2011

Seguro que todos  habéis ido a más de una boda en la que se  lee  la famosa carta a los Corintios sobre el amor. Los novios allí sentados   y  ya un poco más relajados,    escuchan atentamente frases como: “El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos. El amor perdura a pesar de todo, lo cree todo y lo soporta todo.” Después de escuchar esta exaltación del amor, los invitados se emocionan, la novia llora, el novio a veces también, los dos se lo creen todo  y cuando hacen el paseíllo hacia la  salida y todo el mundo les sonríe,   van pensando: “Mírales qué contentos. Eso sólo puede significar que no me he equivocado. Estaremos juntos todo la vida.” 
El tiempo pasa y a veces resulta que las cosas no son tan bonitas. Meses, con un poco de suerte,  años  más tarde, la paciencia, la tolerancia y la  comprensión se esfuman.  A algunos incluso se les pasa por la cabeza la idea de demandar al cura o al alcalde en cuestión por publicidad engañosa. ¿A quién se le ocurre decir que el amor lo soporta todo?
En realidad, ¿Quiénes eran  los Corintios? ¿Cómo pudimos  creernos algo que se dijo hace 20 siglos? ¿Qué tendrá que ver el amor de entonces con el de ahora?
Todo esto sería muy diferente si el día de su boda alguien les explicara a los novios  algunas cosillas mucho más prácticas y sobre todo,  más realistas.
El amor no lo soporta todo. Y, ¿Cuál es el problema? Puede que paséis juntos 10, 20, 30 o incluso que celebréis las bodas de oro. En todo ese tiempo, os enfadaréis, os molestarán muchas cosas, lloraréis de rabia a veces y de no tan rabia otras. Gritaréis y en más de una ocasión sentiréis  las ganas de mandar a vuestra  pareja a freír espárragos.  Todo eso forma parte de la vida cotidiana y como tal hay que aceptarlo sin escandalizarse. Es más, si creéis  que cambiando de pareja no os  va a pasar lo mismo, estáis equivocados.  A ciertas edades  ya no estamos preparados  para convivir con nadie. Gran Hermano es el mejor ejemplo. Así que encontrar una persona con la que simplemente quieras intentarlo ya es un auténtico logro. Lo importante no son las cosas que te separan  si no las que te unen.   Las ganas de estar juntos, de levantarte y acostarte con esa persona, sentir que si no duerme a tu lado pierdes   el equilibrio. No hay necesidad de arreglar todas vuestras diferencias antes de acostaros. Si esperáis al día siguiente, veréis las cosas de otra manera. Seguramente lo que te parecía un drama habrá dejado de serlo. Si no es así, y tu pareja se quiere ir sin despedirse de ti y darte un beso, recuérdale antes de salir por la puerta: “A lo mejor tengo un accidente y no volvemos a vernos.” Eso se llama manipulación pero  por algo  las mujeres tenemos un máster en esa asignatura. Si queréis que vuestro matrimonio no se convierta en una relación a tres debéis recordar siempre  que  el que no come en casa come de restaurante así que procurar dejar la dieta para los kilos.
Cuando un matrimonio fracasa no es culpa de uno o  del otro. Es culpa de los dos. En todo triste final hay siempre tres versiones. La tuya, la del otro y la real. Mejor averiguar esta última los dos juntos que vivir convencido toda la vida que la tuya es la única válida.
En vuestro caso esto no sucederá. Nadie os ha comido la oreja con  la carta a los Corintios. Ahora  ya sabéis que las cosas no son siempre fáciles pero eso hará que la diversión sea mucho mayor y vuestras bodas de oro tengan mucho más mérito.

martes, 9 de agosto de 2011


Yo te siquitrillo, tú me siquitrillas, él me siquitrilla….y así sucesivamente se conjuga el verbo que según mi novio define lo que yo hago en el blog un día tras otro…vamos, ponerle a parir. Desde hace más de 13 años he vivido situaciones en las que queda claro que el lenguaje es fundamental para entendernos. Durante el primer año de relación entre mi ex marido (Canario)  y yo, todas las conversaciones entre mi ex suegro y mi padre transcurrieron de la misma manera.
Uno: “%&&)()()/=()T&/$%·&%”
El otro: “jajajajajaja”
El otro: “/(/”()·/”)·(“()Y(¡·”?=)(¿=)”
El uno: “Jajajajajaja”
¿Cómo dos personas pueden llegar a ser amigas sin entender ni una palabra de lo que dice la otra? Nunca lo supe  pero ellos son el vivo ejemplo de que eso es  posible. Y si  no  había tenido  bastante con un Canario pues dije: "Ahora un venezolano  que seguro que éste habla más claro”.
Antes mi novio decía: “Párate, Valentina” y la niña  se quedaba quieta como una momia. Ahora ya  sabe que tiene que levantarse como las balas. Imaginaros  lo que quiere decir cuando dice: “Tengo la paloma parada” (¡Qué ironía! Con el asco que me dan a mí las palomas…)   Si  mi novio me dice: “Estate mosca. Hay un policía acostado”,  ahora  ya sé que no hay un tío tirado en medio de la carretera. Es un badén y   me está avisando para  que esté atenta (normalmente salimos volando por los aires).   Si te llama balurdo eres un patán.  Nunca me dice que soy guapa. Pero si me dice sin parar que estoy muy rica. Si eres un huevón, es que eres tonto del culo. Si te amenaza con no jalarte bola o jalarte mecate es que no te piensa comer la oreja para conseguir algo de ti (bueno es él y su orgullo). Si se arrecha estás jodida  porque  le quedan dos segundos para ponerse como las cabras de Heidi.
Valentina a veces se despista con sus palabras. Su padre le dice que es una sifrina (“una pija integral”) y ella le contesta que no es ninguna frisina. Si la manda a freír churros cuando le saca la piedra (de sus casillas), ella  le contesta entre lágrimas que no le gustan los churros, que se los coma él todos. La niña es un coño de madre (una manipuladora integral) y  sigue llorando como una magdalena porque no quiere dormir sola. Mi suegra le pregunta: “¿Quieres que duerma yo contigo para no estar sola?” y la tía entre sollozos y sin soltar el biberón de la boca,  responde con el mismo orgullo del padre: “Haz lo que te dé la gana”.



lunes, 8 de agosto de 2011

Cualquiera de mis hijas llora de madrugada. Mi novio no las oye. Se prende fuego un coche en frente de nuestra casa. Mi novio no se inmuta. Valentina se hace pis o vomita en la cama. Mi novio sigue durmiendo plácidamente mientras yo me cago en todo lo que se menea  de la que la cambio, pongo ropa nueva en  la cama, y la vuelvo a dormir. Al día siguiente mi amorcito sólo  puede sorprenderte con dos  frases: “Lo siento cariño. Es que no las oigo. ¿Qué puedo hacer?” o “¡Qué bien durmieron anoche, eh! ¿Por qué tienes esas ojeras?” También se te pueden quedar los ojos vueltos pa trás si le escuchas: “¿Y ese coche hecho cenizas? Seguro que lo hicieron de madrugada para que nadie se diera cuenta…” “Nadie, cariño, sólo los bomberos, los que bajaron primero con extintores caseros, los que corrieron a cambiar su coche de sitio por si explotaba…había más gente en la calle que en la procesión de Semana Santa pero no sufras cariño. Tú no sufras.”  
Lo mejor de la capacidad de mi novio para dormir como si le hubiera picado la mosca tse tse se produce a las 7 de la mañana cuando me levanto en silencio, salgo de la habitación y cierro la puerta para que no oiga ruido, me ducho, vuelvo a la habitación y él,  dormido como una marmota y sin abrir los ojos (supuestamente) dice frases como: “No veo que te hayas puesto  el imperdible (un centímetro de ancho como mucho)  para que ese vestido no se te abra y se te vea todo en el trabajo” ó “¡hala!, ¿no había otro tanga para ponerte  con esos vaqueros? Sin en tu trabajo tienen que estar encantados contigo. ¡Madre mía, lo que hay que ver!” “Algún día alguien me explicará por qué conmigo sólo te vistes como si fueras a un festival hippie.” ¿¿¿¿Y tú eres el que no se despierta ni aunque caiga un misil y se estrelle contra nuestra ventana???
Si hubiera muchos como mi novio,  (seguro que los hay) en los aeropuertos desaparecerían esas máquinas infernales en las que  te metes y te hacen una radiografía de cuerpo entero. ¿Para qué entrar en ese aparato  si él lo comprueba todo en unos segundos? Llega a casa. Mira a un lado, mira hacia el otro. Otea una visita…masculina. Te mira fijamente. No podrías decir si de repente se ha convertido  en  Superman  usando sus rayos X o en  el Inspector Gadget.  Pero no se fía de sus súper poderes. Aún así tiene que cerciorarse.  En cero coma se sitúa  a tu lado. Y  dos segundos más tarde  te  pasa  la mano por la espalda con la excusa de darte un beso (el chico es muy cariñoso) y baja la mano hasta donde acaba la espalda. Con un movimiento tan simple y tan sutil ya ha comprobado si le  estás faltando al respeto.
¿Cómo tendría yo el valor de hacerlo? En mi casa suena el timbre. Y automáticamente salgo disparada como una posesa  a la habitación, abro el cajón de la ropa interior (yo no sé el resto pero a mí en mi casa me gusta estar libre como los pájaros), me pongo todo lo que encuentro  y no me pongo una faja porque nunca he llevado de eso que si no…es más, no es la primera vez que llaman a la puerta sin pasar antes por el telefonillo  y al no darme tiempo a nada más, cuando abro tengo que oír: “¿¿¿Por qué llevas un albornoz si hay más de 30 grados????”
Encojo los hombros y me limito a sudar… por lo menos no tendré que ver los sudores fríos  de mi novio cuando llegue…y eso no tiene precio.



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