Pasaba todos los días por la misma caja del supermercado. Casi a la misma hora y normalmente con el mismo cajero. Después llegaba a casa y revisaba la nota memorizando los precios de cada artículo.
“¿Y este papel? No me dijo nada el chico de la caja que hubiera vales descuento. Menos mal que lo he visto.”

“Si quieres experimentar algo diferente, espérame en el parking del supermercado mañana a las 2.”

“¡Ay, Dios mío! ¿¡Qué significa esto!? No será para mí. Tiene que ser una equivocación. ¡Madona Santa! También está escrito por detrás.”

“No es un error y sí, es contigo con quien quiero tener una aventura. Estás muy atractiva con el pelo corto. Cuanta menos ropa interior lleves, mejor.”

“¿Qué te pasa Esperanza? Estás muy nerviosa.”
“Nada, nada”. (Rompiendo la nota)
“Entonces, tráeme la cena y una cerveza. Hay partido.”
“¿Te gusta mi nuevo peinado? No me has dicho nada.”
“Te hace mayor pero si a ti te gusta. Quita que no veo. ¿Qué haces? ¿Por qué no me traes la cerveza?”
“Voy a revisar el cajón de mi ropa interior pero…ahora que lo pienso creo que no me va a hacer falta.”
“Cada día dices más tonterías. No pondrías cachondo a nadie aunque fueras sin bragas. Jajaja”
“Tienes razón cariño. Mejor sin ellas.”
“¿Cómo?”
“Nada, nada. Sigue viendo el fútbol que yo mañana juego en primera división.”
“Estás muy rara, y muy tonta. Me gustas más cuando no dices nada. Quiero mi cerveza.”
“Vete tú por ella…cariñito.”


MAÑANA…..EN EL PARKING….