Fin de fiestas. Voy por buen camino. Empiezo a cumplir mi lista de propósitos para el año nuevo.
Primer propósito: Perder 6 kilos en 3 meses. No he perdido un gramo todavía pero voy camino de conseguirlo. Ya he metido un vaso de Caillou en la bolsa de la comida del trabajo para tomar una infusión adelgazante después de comer todos los días. Los remedios de mi amiga Pilar son milagrosos, TIENEN que ser milagrosos, vertiginosamente milagrosos.
Segundo propósito: Dar un cambio a la casa. Son 60 metros y todos los muebles a medida pero voy por buen camino…
“¡Mira, mis pegatinas de Hello Kitty! ¡Mira, mi pulserita! ¡Mira el libro de la tata! ¡Mira….! ¡Mira…..! (Esa es mi hija Valentina cuando he levantado los sofás del salón para pasar la aspiradora). Imposible cambiar los muebles de sitio y ahora además no tengo muy claro que haya espacio suficiente para colocar todo lo que había debajo.
Tercer propósito: Dar más gustitos a mis hijas. Voy por buen camino. Mi hija Adriana llega mañana después de 15 días. Dejé su regalo de Reyes para última hora y se me echó el tiempo encima… ¡Qué raro! Envolví lo primero que encontré por casa para que su hermana viera que la tata también tenía un regalo debajo del árbol. Mi intención era comprarle algo antes de que llegara mañana pero Valentina ha guardado el regalo de su hermana en algún sitio que desconozco y encima no me lo quiere decir porque quiere entregarle el regalo personalmente según llegue. ¿¿¿¿Cómo le explico a Adriana que los Reyes Magos le han traído mis zapatillas de andar por casa?????
Cuarto propósito: Levantarme de buen humor todos los días. En este sí voy por buen camino. Como no depende de mí…