El viernes presenté un libro de relatos. Mío sólo era uno pero  como lo presenté yo misma pues como si lo hubiera escrito entero.  La presentación comenzaba a las 7 y media. Mi novio y yo llegamos 15 minutos antes. La puerta estaba bloqueada. Las cámaras y los micrófonos impedían la entrada. No acertábamos a ver el final de la fila de gente que había ido sólo para verme y escucharme. Noté que unas enormes lágrimas comenzaban a caerme por las mejillas. Mi novio dijo: “Cariño, toma, coge mi pañuelo que te están haciendo fotos. Sonríe”.

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Mi novio: “Rosa, despierta, amor. ¿Qué estabas soñando?  Te reías y después llorabas y después te reías otra vez”

Yo: “Jolina… ¿Para qué me has despertado? Era famosa, la gente me quería, se mataban por hacerse fotos conmigo. Si hubieras visto la cola que había para que les firmara el libro…”

Mi novio: “Anda bonita, despierta que llegamos tarde a la presentación del libro y mira que si está la prensa esperándote”.

Media hora más tarde… en la biblioteca de Padre Isla, un chalet remodelado de tres plantas. Mi novio y yo de pie apoyados en la barandilla del último piso mirando desde las alturas la puerta de entrada como las vacas al tren.

Mi novio: “Esta escena me recuerda a las películas del oeste. Ahora mismo estoy viendo esas bolas de heno que se movían con el aire y la musiquita sonando antes del tiroteo…tiririri…”

Yo: “Quedan 5 minutos. Digo yo que alguien vendrán, ¿no?”

Mi novio: “Hombre, claro, siempre están las pringadillas de tus amigas que  van a todos los telares en los que participas y tus padres y tu hermano Jaime”.

Se abre la puerta. Mi padre. Mira hacia arriba y pregunta a voces si ha llegado mi madre y mi prima.

Yo: “No hay nadie todavía.” El todavía es muy importante. Significa que todavía no he perdido la esperanza. Lo pronuncio con fuerza dándome ánimos.

Sonora carcajada de mi padre que retumba en todas las paredes del edificio. “Entonces casi que la espero fuera.” Otra risa de nuevo mientras sale.

Se abre la puerta. Las pringadillas de mis amigas. ¡¡¡¡Bien!!!! Aún queda esperanza.

19:30. Empezamos. Total: 15 personas. La coordinadora de las bibliotecas, una mujer encantadora,  me presenta igual que si el recinto estuviera abarrotado.  Y después yo suelto mi  discurso  con el mismo entusiasmo que si las cámaras de Antena 3 me estuvieran enfocando con miles de  flashes. Un éxito. La única pena es que se me olvidó invitar a Buenafuente. Si me hubiera escuchado seguro me contrataba para su programa.  

20:05. Fin. Entra mi amiga Pilar, su novio y sus hijos. Pues estos también  cuentan. Ya somos 20 si me incluyo yo. Un éxito. Gracias a todos por haber ido. Sé que os lo pasasteis tan bien como yo. Eso se notaba en el ambiente y en las cervezas que nos tomamos después. Os espero el 21 de diciembre para invitaros a una copa de champán. Si ese día toca empezar un nuevo ciclo, que lo hagamos a lo grande.